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Pablo Ruíz Galindo Covarrubias

08/09/2014 - 12:01 am

El Mensaje Oficial

Como dije la semana pasada, el martes pasado Peña Nieto dio un mensaje a todos los mexicanos. El mensaje, frente a más de 1,000 invitados en Palacio Nacional, duró aproximadamente una hora y media y no tuvo mayores sorpresas. Debemos reconocer que después de la alternancia en el 2000, la transparencia ha hecho que prácticamente […]

Como dije la semana pasada, el martes pasado Peña Nieto dio un mensaje a todos los mexicanos. El mensaje, frente a más de 1,000 invitados en Palacio Nacional, duró aproximadamente una hora y media y no tuvo mayores sorpresas. Debemos reconocer que después de la alternancia en el 2000, la transparencia ha hecho que prácticamente conozcamos todos los temas que debiera tratar el Presidente en su informe. Nos vamos enterando por los medios y por los propios políticos de los logros, las deficiencias y los planes del gobierno. Sería muy desagradable y un retroceso en la transparencia llevarnos una sorpresa importante en el informe. Concuerdo con la opinión de varios analistas y periodistas reconocidos, en realidad es un mensaje, porque de informe no tiene mucho.

Como buen político, Peña Nieto no perdió la oportunidad de utilizar su hora y media para presumir logros. Nadie usaría ese tiempo, poco común, de contar con la atención de muchos, para criticar sus propias decisiones. Dejaría de ser político. Aunque todos sean políticos, a los priistas sí les enseñaron a hablar y a dar mensajes de una manera particular, con un tono quizás de mayor orgullo.

El mensaje tocó varios puntos. Después de todo fueron 90 minutos para hablar de actividades y resultados de un año de trabajo y anticipar lo que está por venir. El presidente lanzó cifras positivas en materia de seguridad y educación que me parecen son altamente cuestionables, le recordó a los mexicanos que el próximo año no se cobrará larga distancia en México, resaltó la importancia de México en el mundo como uno de los destinos turísticos consentidos, habló del que sea quizás el que considere el logro más importante, la reforma energética, entre muchos otros datos. Pero las notas más destacadas sin duda fueron las reformas estructurales, la creación del programa social “Prospera” y la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México.

En el tema de las reformas estructurales, el presidente no dejó de mencionar el Pacto por México. Reconocido por muchos y criticados por más, el Pacto por México fue la clave para que Peña Nieto pueda presumir hoy tantas reformas. Es ese acto el que le permite que algunos consideren que aún sin haber podido nombrar 3 libros, ha demostrado saber rodearse de la gente indicada o ser un buen estratega. Al final del día le ha salido lo que ha querido. Y hubiera sido absurdo pensar que no iba a empezar su mensaje vanagloriando al Pacto y a las distintas reformas que se han logrado gracias al Pacto. Ya terminó el trabajo legislativo y toca la ejecución. Lo más importante y lo que debe traer resultados.

La transformación del Programa Oportunidades al Programa Prospera era únicamente cuestión de tiempo. Por razones quizás obvias, pero quizás necias, Peña Nieto tenía que abandonar el programa social que a su vez el PAN había transformado del programa del PRI, para dejar su huella. La justificación fue que no ha dado los resultados esperados. No me queda claro que un simple cambio de nombre sea suficiente, pero para eso habrá que esperar. Por lo pronto las novedades son que Prospera se amplía a estudios universitarios y técnicos superiores y programas productivos. La Secretaria de Desarrollo Social tiene un reto importante.

El tercer tema, que es indudablemente del que más se ha hablado desde el martes pasado, es la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. De este proyecto habló más a fondo al día siguiente, en un evento específico en el que hizo la presentación oficial. El nuevo aeropuerto contará con 6 pistas, transportará a 120 millones de pasajeros al año, requerirá una inversión de 120 millones de pesos en recursos públicos y privados y se contempla que genere más de 160 mil empleos. Los ganadores del proyecto fueron Norman Foster (destacado arquitecto a nivel internacional) y Fernando Romero (arquitecto del Museo Soumaya y esposo de una de las hijas de Carlos Slim), y será la mayor obra de infraestructura de los últimos años en México y única en su tipo en el mundo. Al menos eso dicen. No han faltado las críticas, justificadas e injustificadas. El gobierno se enfrenta a varios retos: el costo y su pago, el éxito del proyecto y las resistencias sociales que seguramente habrán. El proyecto es impresionante, faltan los resultados.

Quizás algunos otros detalles, pero el mensaje fue ese. Peña Nieto nos quiso decir que México camina. Habrá opiniones encontradas. Habrá conformes e inconformes. Los legisladores citarán a algunos miembros del gabinete presidencial para hacerles cuestionamientos. Yo sigo insistiendo que sería bueno que al igual que presidentes de otros países y algunas otras personalidades, el presidente de nuestro país pudiera ir en un ambiente de respeto al Congreso a rendir cuentas personalmente de su administración. Nos falta todavía para una auténtica democracia.

Pablo Ruíz Galindo Covarrubias
Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Abogado practicante y Escritor.

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