“El arte debe levantar el puño”, dice la artista en medio de la esquina de Tijuana, ese lugar donde Estados Unidos y México conviven en momentos en que no sólo las gruesas olas del mar luchan por separar ambos territorios.
Tijuana, Baja California, 8 de octubre (SinEmbargo).- 50 banderas con una horma de un zapato en el medio del lado de México. 50 banderas con una horma de un zapato en el medio del lado de los Estados Unidos.
Esa es la instalación con que la artista Betsabeé Romero ha querido expresar con voz fuerte y puño levantado la solidaridad con todos los migrantes. Ella misma es migrante, como lo dice en una conferencia de prensa llevada a cabo con sorpresa pero con mucho interés por parte de los periodistas acreditados a Entijuanarte, el festival artístico que celebra esta ciudad todos los años.
La historia la cuenta Haydée Zavala, la directora del Instituto de Cultura de Tijuana, sin cuya presencia Betsabeé Romero –que llegó sola a pedir ayuda a esta ciudad donde comenzó su carrera hace 20 años- no hubiera podido hacer la instalación.
Se trata de “un homenaje a todos los migrantes que cruzan y han cruzado la frontera entre México y Estados Unidos por razones de trabajo. Personas que con enormes esfuerzos personales y familiares lo han arriesgado todo para ofrecer su mano de obra, su disposición de aprender, sus ganas de encontrar una salida a situaciones difíciles que los forzaron a migrar”.
Esa esquina de Tijuana es proverbial. Hay un muro encima del otro y muñecos y arcoíris pintados en medio de un mar que suena fuerte y bravo, con los policías gringos que caminan de un lado a otro buscando gente sin visa y que en los últimos tiempos, todo se ha puesto de mal en peor.
Ya no abren las fronteras dos veces por semana, ya las mujeres no se acercan para ver a sus hijos, ya no existen esas fiestas donde un hombre de aquel lado y una mujer de este –o al revés- se casaban para siempre- Ahora es momento de Donald Trump, de aquí a por lo menos cuatro años las cosas se pondrán negras y oscuras.
Las banderas de Betsabeé Romero resultan “un homenaje a los migrantes que han abierto camino y que nos han enseñado a mexicanos de uno y otro lado, a resistir y a caminar con paso firme por el sendero del trabajo y de la amistad con otros pueblos y culturas”.
“Esta es una instalación que busca dignificar la bandera con la que sus manos y sus pies han llegado a trabajar al otro lado. Una bandera que ha sido blanca y que antes, ahora y siempre ha cruzado en son de paz”.
Su primera edición fue realizada con apoyo de la UNESCO y del gobierno de Chihuahua en mayo del presente año en Ciudad Juárez – el Paso y están programados otros cruces transversales con la misma pieza en Nogales-Nogales y en Aguaprieta-Douglas Arizona en los próximos meses.
–¿El tema de frontera y migración siempre te ha interesado?
–Siempre me ha interesado, empezó hace 20 años precisamente en Tijuana, en la Colonia Libertad. He seguido trabajando con eso y extendiendo el tema hacia Frontera Sur, hacia fronteras no geográficas, ahora, a partir de las elecciones en los Estados Unidos, la inquietud ha crecido. Trabajo con grupos migrantes, en el lugar del crimen y por invitación de gente que me ha llamado, como estas dos personas que no conocía y tenían acceso a estas hormas de zapatos de madera, que eran de una marca mexicana que ya tronó y ellos pensaron que yo podía hacer algo con ellas.
–Tu huella es el camino, tu bandera es de paz, recurre a los zapatos, que es algo que Alejandro González Iñárritu también recurrió para su trabajo con los migrantes
–Bueno, todo es sumar y me parece muy loable que todos estemos usando los símbolos que todos entendamos y que cada quien lo haga como tiene acceso a hacerlo. A mí, estos objetos de madera, creo que tienen una mitología desde mitológica, la madera tiene mucho que ver con lo humano y reavivando a través de un grabado manual que hemos hecho, haciéndole los dedos, haciéndole las uñas, con la caricia de las manos, es lo que quisiera que la gente hiciera. Que se acercara con su mirada, con su memoria, a estas huellas que están ejemplificando todo ese camino.
–Y en esta esquina de Tijuana, tan característica
–Es un muro que siempre ha sido más que evidente que nos quiere desunir, puesto desde hace tantos años, a mí me pareció el lugar más simbólico en esta frontera. Yo lo hice por primera vez en Ciudad Juárez y El Paso.
–¿Qué facilidades tuviste del lado gringo?
–Tuve la fortuna de contar con todo el apoyo del Consulado Mexicano en Estados Unidos, en San Diego. También conté con el apoyo de Enrique Morones –fundador de Ángeles de la Frontera-, quien dentro de un rato hará una misa a favor de los migrantes.
–Estás todo el tiempo haciendo cosas…
–Es lo que nos toca, soy una artista mexicana y ese contexto a mí me determina para que mi oficio se desarrolle. Soy una persona muy privilegiada, en un país donde muchas mujeres son atacadas, víctimas de la violencia y yo he tenido todo en la vida, es lo mínimo que puedo hacer.
–¿A qué te refiere la frontera en estos momentos?
–Me refiere a la necesidad de hacer patente, tanto de un lado como del otro, a que la cultura es tan geográfica que somos un pueblo que se desarrolla a un lado y al otro de la frontera. Tenemos que estar juntos y muy solidarios frente a estas injusticias que se están tomando en todo el mundo contra los migrantes. La migración es el eje de la cultura de la humanidad, la migración es un fenómeno que nos define como seres humanos y creo que el que no entienda que todos somos migrantes es porque está mal. Tenemos desde nuestras trincheras que dar este mensaje.
–¿Lo van a documentar, van a hacer una exposición?
–Cada momento ha sido sorpresivo. Del lado de Tijuana convoqué a la gente muy tarde. Yo tenía atorado el permiso de los Estados Unidos y solo me lo dieron, oficialmente, el lunes pasado. Así y todo, tengo un equipo de gente conmigo en Tijuana increíble, todo ha sido muy rápido. Estoy súper contenta, registrando todo en video y espero poder presentarlo pronto.
–¿Qué es el arte?
–El arte es una forma de conocimiento, para tratar de entender lo que uno no entiende de la realidad, el compromiso es ese. No importa si soy más conceptual o menos conceptual. Si soy más instaladora que escultora. La discusión es más urgente y más inmediata y tomo todas las herramientas que tengo a la mano y las metodologías que he aprendido con todos mis estudios para hacerlo de la mejor manera.
–¿Entonces crees que el arte es una manera de levantar el puño, como se ha hecho con los terremotos reciente en la Ciudad de México?
–Creo que siempre que el arte como también la filosofía tienen un montón de cuestionamientos. Depende del ritmo con el que uno las puede hacer, que los medios tienen la premura de editar para el día que sigue, de sacar el encabezado, la noticia. Creo que uno puede aportar algo es respirando un poco y aportar algo a la discusión, haciendo visible algo que no tuvimos en cuenta.