El estudio de la geometría de placas ayuda a entender cuáles son los esfuerzos en la corteza, los fenómenos del vulcanismo en el centro de México y su composición geoquímica, la sismicidad presente y el tamaño en que se manifiestan los sismos.
Ciudad de México, 8 de noviembre (Agencia Informativa Conacyt/SinEmbargo).- ¿Por qué es importante conocer la geométrica de una placa, y en específico de la placa de Cocos?, fue el tema central de la conferencia impartida por la doctora Xyoli Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional, en la Facultad de Ciencias de la UNAM. El evento fue organizado por el grupo de divulgación Bohrium Comunidad de Ciencias del Espacio.
Xyoli Pérez describió las principales características que presentan los sismos en México, enfatizando particularmente en la geometría y estructura de la placa de Cocos. Algunas de las preguntas iniciales que resolvió fueron: ¿qué son las placas tectónicas?, ¿qué es un sismo?, y reveló algunos detalles de los sismos recientes que acontecieron en el país en el mes de septiembre. La experta señaló que los sismos no ocurren en la superficie de la corteza de la Tierra sino en la profundidad; además de que el punto donde se forman genera una ruptura que se conoce como foco o hipocentro.
GEOMETRÍA DE LA PLACA
El estudio de la geometría de placas ayuda a entender cuáles son los esfuerzos en la corteza, los fenómenos del vulcanismo en el centro de México y su composición geoquímica, la sismicidad presente y el tamaño en que se manifiestan los sismos.
Algunos estudios se han basado en la sismicidad y muestran el alineamiento y dirección de la placa en la trinchera, lo que muestra que la trinchera no es paralela a la faja volcánica transmexicana; para la doctora Pérez esto corresponde a un fenómeno que se puede explicar con la historia de la geometría de la placa, ya que la placa de Cocos era pareja y después de unos millones de años cambió y provocó que el vulcanismo se trasladara hacia el sur. Esto incitó rupturas en la placa y la migración en la geoquímica de los magmas.
En 2003 y 2004, iniciaron los experimentos sísmicos con sismógrafos en 10 estaciones sismológicas, para delinear los cambios en la placa. Esto implica un trabajo de tomografías sísmicas y su mapeo. Las estaciones sísmicas en la superficie generan imágenes que permiten ver los contrastes del material sísmico.
LA OBTENCIÓN DE LOS DATOS
Existen 157 estaciones dispersas en todo el país, detectando de manera automática sismos que tengan una magnitud por arriba de 4 Mw. A la par de esos sistemas automáticos, hay un analista 24 horas del día, siete días a la semana que analiza toda la información que llega para poder hacer una revisión de la localización y de la magnitud.
La doctora expuso que en 2016 se reportaron 15 mil 460 sismos en el año, más de lo que se registró en 2015, con una cantidad de más de 10 mil sismos. La pregunta inmediata a contestar es: ¿está temblando más?, a lo que la doctora objetó que el aumento de registro de sismos se debe a que se han incorporado más estaciones para detectarlos. Sin embargo, en 2017 se han añadido pocas estaciones y se han registrado de lo que lleva la mitad del año 15 mil sismos, “si está temblado más, es porque hay una secuencia de réplicas de un sismo importante”, comentó la experta.
En un mapa se ilustraron algunos de los sismos desde 1905 de magnitud mayor a 6 Mw. En la proyección había 302 sismos que fueron percibidos en una región considerable; 218 fueron de magnitudes 6 y 7; 81 sismos fueron de magnitudes 7 y 8. A lo que se puede concluir que México es una zona donde se presentan varios sismos. Lo cual lleva a considerar que algunos de los sismos más importantes fueron el más reciente que se presentó el 7 de septiembre con magnitud de 8.2; el segundo de 1932 con magnitud de 8.1; el tercero en 1985 de magnitud 8.1, y por último el de las costas de Colima en 1995 con magnitud de 8.0.
De igual forma, la jefa del Servicio Sismológico Nacional especificó que existen “20 formas de calcular la magnitud y que se pueden dar números diferentes. Estos números pueden indicar algo sobre el comportamiento en la fuente, es decir, donde se originó el sismo”.
OTROS GRANDES SISMOS
La experta comentó que existen otros sismos con las mismas características de subducción como las del sismo que ocurrió en México en 1985. Estos sismos han permitido entender fenómenos que los investigadores no habían tomado en cuenta.
El primer ejemplo que señaló fue el del sismo de Sumatra-Andamán en 2004, con epicentro en la costa de Indonesia y magnitud de 9 Mw. Sus características revelan que se trató de un sismo de subducción entre la placa de Filipinas y la placa Euroasiática, y generó un tsunami transoceánico alrededor de las costas de los países que bordean el océano Índico. “Este sismo marcó y rompió paradigmas en la sismología porque hizo voltear a todos los países que tienen zonas de subducción para poner más atención en los tsunamis lejanos”.
Otro sismo de subducción fue el de Chile en 2010, con una magnitud de 8.8 Mw y epicentro en el mar chileno frente a la costa de Biobío. A pesar de que Chile tiene un historial de sismos grandes, es el país que ha registrado el sismo más grande en la historia en 1960, con magnitud de 9.5 Mw. Y el sismo de Japón en 2011, que representó para los sismólogos un sismo que hizo replantear a los países con zonas de subducción las afectaciones que puede tener la cercanía con la trinchera.
La doctora enfatizó que México se encuentra en este contexto, con cinco placas tectónicas. La placa de Norteamérica, considerada la más grande. En segunda instancia, la placa del Pacifico, donde se ubica la península de Baja California. Por otro lado, la placa de Rivera, estimada como la placa más joven, suscitada hace cerca de 25 millones de años de la ruptura de una placa más grande llamada Farallón que se dividió y dio origen a la placa de Rivera y la de Cocos, comentó la doctora.
Se recalcó que el contacto de las placas Rivera y Norteamérica ha dado origen a uno de los sismos más grandes que se ha registrado en México, de magnitud de 8.2 Mw. “Donde ha habido un sismo grande puede haber otro sismo grande”, señaló la experta.
La placa del Caribe, que incluye una parte continental de América Central (Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Panamá) colinda con la placa Norteamericana, la placa Sudamericana y la placa de Cocos, moviéndose en dirección del sureste. La placa de Cocos subduce con la placa Norteamericana desde Michoacán hasta Chiapas y es objeto de estudio de la doctora.
La experta manifestó que aún existen interrogantes por resolver para entender los sismos intraplacas que tienen profundidades similares pero con comportamiento diferente. Para ello es necesario realizar más estudios en la geometría de placas, ya que no está completo el mapeo de la placa de Cocos.