Los pueblos originarios tienen “capacidades para proponer alternativas y otras formas de vivir”: Leydy Pech

08/12/2020 - 4:00 pm

La apicultora maya, de 55 años y oriunda del municipio suroriental de Hopelchén, consiguió en 2017 que el Gobierno mexicano revocara los permisos concedidos en 2012 al gigante de la agricultura Monsanto para cultivar soya trasngénica tras cinco años de lucha junto a su comunidad.

Miquel Muñoz

México, 8 diciembre (EFE).- Los pueblos originarios todavía existen y mantienen “capacidades y conocimientos para proponer alternativas y otras formas de vivir”, por lo que deben ser “visibilizados”, consideró este martes la líder maya Leydy Pech, galardonada con el Premio Goldman de medioambiente por su lucha, y triunfo, contra los transgénicos.

“El premio reconoce el trabajo en defensa de nuestro territorio que históricamente hemos hecho como pueblo maya. Porque hemos tenido una lucha en la defensa de nuestro territorio ante la entrada de un modelo de agricultura industrial, de un modelo de desarrollo que tiene consecuencias en nuestros principales medios de vida”, explicó Pech a Efe tras ser distinguida con el conocido como “Nobel de Medioambiente”.

La apicultora maya, de 55 años y oriunda del municipio suroriental de Hopelchén, consiguió en 2017 que el Gobierno mexicano revocara los permisos concedidos en 2012 al gigante de la agricultura Monsanto para cultivar soya trasngénica tras cinco años de lucha junto a su comunidad.

“Las comunidades maya todavía existimos y nosotros estamos trabajando en nuestras comunidades, en nuestro territorio, con estos conocimientos ancestrales que nuestros abuelos nos heredaron”, insistió la líder tras ensalzar cómo el sistema de producción de alimentos “sustentable” de su comunidad ha permitido a los indígenas vivir durante milenios.

LUCHA CONTINUA

La lucha que dio el Premio Goldman a Pech finalizó en 2017, tras cinco años de batallas, pero los apuros para el pueblo maya no acabaron ahí, con lo que el galardón “da la posibilidad de visibilizar” la situación de los pueblos indígenas a causa de este nuevo modelo de desarrollo que sobreexplota los recursos naturales.

“Tenemos problemas de contaminación en el agua por el uso excesivo de plaguicidas. Vemos vacíos, que no existen normas ni leyes que pudieran regular estos plaguicidas o prohibir su uso en los territorios donde tenemos esta biodiversidad tan completa”, lamentó.

La “guardiana de las abejas”, como se popularizó, recordó también la defensa que los mayas están haciendo de los maíces criollos y de la milpa, una forma de producir que permite descansar a los suelos y genera “una diversidad armoniosa para el medioambiente”.

“Está todo el tema de la deforestación. Hoy en día las fronteras agrícolas han crecido significativamente. Y eso es también muy importante, porque en este monte que se está deforestando y en esta selva que se está perdiendo están integradas muchas cosas que necesitamos (los mayas) para sobrevivir, como las plantas medicinales, el polen o el néctar que necesitan las abejas”, denunció.

VOZ SILENCIADA

“Es el momento de mirarlo, de ver qué está pasando con los pueblos indígenas, con los pueblos mayas. De ver cómo se está decidiendo en nuestros territorios, qué esta sucediendo con la voz de nosotros”, aseveró Pech al ser preguntada por el Tren Maya.

El Tren Maya es uno de los proyectos principales del Presidente, Andrés Manuel López Obrador, que pretende con él dinamizar el sureste mexicano y que tendrá una inversión total estimada de unos cinco mil millones de dólares para mil 554 kilómetros de extensión en los cinco estados de esa zona: Tabasco, Campeche, Yucatán, Chiapas y Quintana Roo.

Los pueblos indígenas de las zonas atravesadas por este ferrocarril, que ya está en construcción, aprobaron en una consulta popular la obra, pero Pech admitió que supone una “preocupación en la comunidad”.

“La consulta no fue suficiente porque creo que todos los procedimientos que se están usando para hacer la consulta no han sido los adecuados”, sostuvo, convencida de que no la manera de implementarla no permitió “avanzar” pese a partir de buenos principios.

México alberga 68 pueblos indígenas y tiene una población de alrededor de 25.7 millones de personas autodefinidas como indígenas, según datos oficiales.

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