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Universidad alemana revela por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos

09/01/2019 - 12:05 am

Por mucho que lo intentases nunca podrías provocarte una carcajada acariciándote la planta del pie: existe una razón neurológica por la que eres incapaz de hacerte cosquillas a ti mismo, avalada por varias investigaciones científicas.

Por Andrea Núñez-Torrón Stock

Ciudad de México, 9 de enero (Ticbeat/SinEmbargo).- Dicen que un día sin risa es un día perdido, y es que no hay mejor antídoto ante el cansancio, el tedio o el mal humor que unas buenas carcajadas en compañía de nuestros seres queridos.

Como todo en nuestro cuerpo, la risa tiene una razón de ser como mecanismo dentro de nuestro organismo, al reírnos liberamos endorfinas y dopamina y la usamos también como instrumento de interacción y comunicación social. Sin ir más lejos, somos 30 veces más propensos a reírnos cuando estamos con gente, según la BBC, en especial la persona que acaba de hablar.

Sin embargo, como seguramente hayas podido comprobar en alguna ocasión, resulta imposible hacernos cosquillas a nosotros mismos, algo estrechamente ligado con la conciencia y la autoconciencia.

La razón ahonda en que los diversos estímulos que llegan a nuestro cuerpo nos indican peligros, advertencias, cambios o alertas del exterior. Si por ejemplo, al acariciarte percibieses que se trata de otra persona, tu organismo se confundiría.

Hacer cosquillas. Foto: Especial.

Dicho en otras palabras, el hecho de no poderte hacer cosquillas a ti mismo está ligado a la conciencia sobre tú mismo y tus actos, pues tu cuerpo sabe diferenciar claramente entre tus movimientos y las acciones de otras personas.

“Las cosquillas son un buen ejemplo por el contraste tan obvio entre los mismos actos si los realiza otro o nosotros mismos”, afirma a la BBC Jennifer Windt, de la Universidad alemana Johannes Gutenberg, de Maguncia.

Un experimento realizado por Sarah-Jayne Blakemore, del University College de Londres consistió en escanear el cerebro de un grupo de personas que recibían cosquillas ajenas y propias.

Al tratar de hacerse cosquillas a sí mismas la investigadora averiguó que el cerebelo produce predicciones precisas de los movimientos corporales, mandando a continuación una segunda señal que extingue la actividad de la corteza somatosensorial, región cerebral que procesa las sensaciones táctiles.

Eso sí, la ciencia ha probado algunas formas avanzadas de intentar engañar al cerebro con las cosquillas, como la estimulación magnética cerebral, manera en la que la mano hace cosquillas al pie en contra de la voluntad del sujeto. Esta pareció tener efecto, mientras que otros estudios comprobaron que es imposible hacerte cosquillas en sueños.

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