Guadalajara, 9 Jun. (Notimex).- El investigador Alberto Villaseñor Sierra dijo que el fecalismo al aire libre, sea animal o humano, es uno de los principales mecanismos en la diseminación de la giardiasis, enfermedad causada por un parásito, la giardia lamblia.
Añadió que si bien la giardia lamblia es una de las más extendidas, en especial en países en desarrollo, sus manifestaciones se hacen más evidentes en grupos vulnerables como menores de cinco años y personas inmunosuprimidas.
El especialista adscrito al Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del IMSS en Jalisco agregó que la falta de higiene, en concreto no lavarse las manos después de defecar o manipular excretas, constituye en ésta como en otras parasitosis, un mecanismo igualmente importante en su desarrollo.
Explicó que como se aloja en el duodeno, segmento del intestino delgado en el que se absorben las grasas, una de las manifestaciones clásicas de la giardiasis, “son las evacuaciones semilíquidas, muy grasosas (esteatorrea) y en extremo fétidas”.
Detalló que en personas con giardiasis, una particularidad es el dolor e inflamación abdominal, apenas ingieren alimentos (postprandial).
También presentan exceso de gases, aunque entre sus repercusiones más serias está la mala absorción de importantes nutrientes como las vitaminas A, B, E y K, debido a que son solubles en grasa.
Precisó que, además de los niños de menos de 5 años, otras personas con alta vulnerabilidad a giardiasis, incluye a diabéticos, trasplantados, así como a quienes están en tratamiento por cáncer, entre otros; debido a que por lo general manejan defensas bajas, sin omitir a hombres que tienen sexo con hombres.
Indicó que el tratamiento contra la giardiasis es a base de fármacos, “pero se trata de una afección prevenible a 100 por ciento, con medidas que literalmente están al alcance de la mano: el lavado de manos después de defecar o de manipular excretas ya sea porque se cambian pañales o porque se convive con mascotas, es básico”.
Aconsejó lavado y desinfección de frutas y verduras antes de consumirlas y evitar en lo posible ingerir alimentos en lugares donde su preparación y conservación no sea la adecuada, “así como no practicar el fecalismo al aire libre porque esto promueve la fácil diseminación del parásito”.
“En la literatura mundial se da cuenta de al menos 20 por ciento de la población en general como portadora del parásito sin manifestaciones evidentes de ello, aunque con el riesgo de que con alguna baja de defensas, puedan aflorar, ante lo cual la visita al médico es fundamental”, concluyó.