Ciudad de México, 9 agosto (SinEmbargo).- En la portada de la reciente El pacifista, la nueva novela del irlandés John Boyne que en nuestro país ha dado a conocer la editorial Salamandra y distribuye Océano, no aparece una faja que destaque que el nativo de Dublín, la ciudad donde nació hace 41 años, es el autor de la exitosa El niño el pijama de rayas, su obra traducida a 40 idiomas.
Se trata sin duda de un intento legítimo del autor de despegarse un poco de esa historia y tirar para adelante en una prolífica carrera literaria con la que propone, en cada novela, una vuelta de tuerca a sus historias de siempre.
Hay de todos modos un hilo conductor que se puede rastrear en su narrativa y que tiene que ver con la soledad que siempre circunda la experiencia humana en la infancia y, por supuesto, los temas relacionados con la guerra.
El Pacifista, extrañamente, no respeta en español el título original de la novela, que en inglés se llamó The absolutist. Sin embargo, es esta nominación la que describe con más justicia la tragedia del personaje central, Tristan Sadler y de Will Bancroft, el hombre del que se enamora en las trincheras, durante la Primera Guerra Mundial.
La lucha encarnizada entre el absolutismo de las ideas por las Will muere fusilado y el absolutismo del amor ciego por las que Tristan se convierte prácticamente en un asesino de la persona que más quiere, no termina bien para nadie.
Como en todas las novelas de Boyne, no hay tampoco aquí un final feliz.
Un amor condenado necesariamente trae una soledad de por vida, pero se trata de una soledad que dignifica, que da sentido a la existencia. Al fin y al cabo, Tristan y Will son absolutistas, cada uno en lo suyo.
El primero amando sin esperanza a un hombre que reniega de su pasión secreta; el otro esclavizándose a una idea del mundo y de la moral por la que está dispuesto a perder la vida.
LA BELLEZA EN MEDIO DEL HORROR
Contra lo que pudiera pensarse, en esta historia de pasiones escondidas y vergonzantes para la época (principios del ‘900) en que transcurre El Pacifista, es el personaje homosexual el que parece adaptarse con más destreza a los horrores de la guerra.
El idealista, en cambio, no se define por sus preferencias sexuales, sino por ese estado de gracia del pensamiento, cuando una visión teórica de la moral, de cómo deberían ser las cosas y las personas, es mayor que la realidad cruenta, feroz y complicada a la que se enfrenta.
No es poca cosa la guerra en la nueva novela de Boyne. En la Primera Guerra Mundial se expresaba un sentido del honor y de la alegría por formar filas que ya no existe en nuestros días.
“La guerra actual es una cosa más visible. Lo vemos en la televisión, en la CNN. En 1914, la guerra era un concepto. Con cierta ingenuidad y estupidez se pensaba que la guerra era en el fondo como una gran broma y, luego, cuando los soldados llegaban a la realidad del frente, entendían la realidad de la guerra”, explicó Boyne en entrevista con Interview.
Tristan Sadler fue enviado a la Primera Guerra Mundial. Luchó en trincheras del norte de Francia y carga con toda la historia del conflicto y las pesadumbres y victorias de sus compañeros.
Especialmente, el recuerdo de su amigo Will fallecido y de quien recupera las cartas que le enviaba su hermana Marian Bancroft. Por ello decide viajar hasta el pueblo inglés donde ella vive para devolverle las cartas. Allí empiezan a desmadejarse los secretos inconfesables que producen un final inesperado y a la vez liberador.
John Boyne se formó en el Trinity College y en la Universidad de East Anglia, en Norwich. De sus seis novelas publicadas anteriormente destaca El niño con el pijama de rayas, que se ha traducido a 40 idiomas.
Es la novela ganadora de dos Irish Book Awards, fue también finalista del British Book Award y llevada al cine por Miramax/Disney.
Boyne es también autor de Motín en la Bounty, La casa del propósito especial, La apuesta, El ladrón del tiempo y En el corazón del bosque.
En 2008 visitó la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, donde entre otras actividades, mantuvo un encuentro con mil jóvenes lectores.
