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Javier Areán: En una pintura lleva su infancia y los recuerdos del abuelo a la Bienal del Tamayo

09/08/2018 - 12:10 am

 Javier Areán divide su tiempo entre la música y la pintura. Su trabajo ha sido seleccionado por la Bienal Tamayo y eso lo pone súper contento. “Estos reconocimientos animan a seguir y todos los artistas lo necesitamos”, afirma.

Ciudad de México, 9 de marzo (SinEmbargo).- Nadie puede decir que Javier Areán se queda corto con su carrera, sobre todo si se la compara con la de su famoso hermano José Areán, director de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Ambos se mantienen en una vertiginosa pero placentera –a juzgar por sus declaraciones– actividad, llenando el mundo con propuestas que tienen que ver con las artes, la música, la pintura.

¿Algo habrá pasado en esa calle de Madrid en Coyoacán, donde ambos pasaron su infancia? Esa casa, que hoy ya está vendida, es el motivo por medio del cual Javier Areán es uno de los elegidos para formar parte de la XVIII Bienal de Pintura Rufino Tamayo, que se llevará a cabo el 20 de septiembre, en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca. (El año entrante vendrá al Museo Tamayo en la CDMX).

No sabe exactamente Javier si esta elección, a la que había aspirado durante unos cuantos años, es exactamente lo que él vale como artista, pero también acepta que estos reconocimientos animan a seguir.

Mientras tanto, Areán, nacido en 1969, sigue con sus muestras, entre ellas la colectiva que se inaugurará el 17 de agosto en Galería Quezalli, con el título Siete Artistas Siete vacíos, con sus colegas Elizabeth de Jesús, Adrián Guerrero, Javier Pélaez, Patrick Petterson, Alejandro Pintado y Ricardo Pinto.

Este diciembre, habrá también una exposición colectiva con el pintor Agustín González en la YAM Gallery, en San Miguel de Allende. En abril de 2019, la exposición individual, en Un Mes Un Artista, en la Galería Artículo 123.

Detalle del cuadro seleccionado por la Bienal del Tamayo. Foto: Especial

–¿Contento con la selección del Tamayo?

–Sí, muy contento. Fui seleccionado en la Bienal Tamayo este año, es la bienal más importante a nivel nacional. Hacía años que estaba aspirando y no me la daban. En esta nueva emisión varios de mis colegas no quedaron y en otros años ellos sí.

–¿Cuántos artistas son los que estarán en la Bienal?

–Son 40 artistas. La exposición inaugura el 20 de septiembre en el Museo Contemporáneo de Oaxaca y de ahí empieza a viajar por todo el territorio, hasta que regresa al Tamayo el año entrante.

–¿Con qué pieza participas?

–Ellos seleccionaron la mediana que es una de mis piezas favoritas. Estuve muy contento por la selección, es una pieza que tiene que ver con un proyecto que hace mucho tiempo llevo adelante, sobre la casa de infancia, en Madrid, Coyoacán. Muestra un despacho y está marcada con un círculo. Este proyecto es mi contraparte al proyecto sobre la Guerra Civil Española, sobre mi abuelo paterno. Sentí la necesidad de buscar el lado femenino. Es un español que viene antes de la guerra, viene a “hacer las Américas”. Funda una editorial, Acrópolis y compra esta casa en la calle de Madrid, que es por otro lado la ciudad donde había nacido. Mi abuelo enviudó muy joven, no le contó a su hija inmediatamente, que además era mi madre. Construye para ellos dos y en el futuro de su hija. Nunca se volvió a casar mi abuelo y la casa está llena de historias. Estuve durante 24 años de mi primera vida. No se puede ahora visitar porque es la Fundación de un banco. Entendí a la casa como un contenedor de memoria y de identidad, que de algún modo me define. El cuadro que seleccionó la Bienal es una diapositiva de los 50, una diapositiva, increíble cómo se ha mantenido el color (una película de Kodak Chrome). Mi madre tiene un montón de diapositivas, de álbumes, de fotos y es un material de archivo ideal para mí. El cuadro marca una ausencia, lo que se ve es una silla vacía. Luego hay un círculo que marca esa ausencia. También es interesante estas fotos de los ’50 son cosas que no he vivido y es un concepto manejado en el arte contemporáneo llamado “post-memoria”. No es tanto mi memoria, sino la memoria de los demás y estoy reactivando.

–¿Cómo te afectado también?

–Sí, claro. El caso de la Guerra Civil Española es un evento traumático y en el caso de la casa se dan muchas cosas a la vez, encierra más significados que la felicidad de la familia. Es un cuadro mediano. Mandé de los tres formatos y eligieron ese.

Javier Areán: “Todos necesitamos reconocimientos”, dice. Foto: Especial

–¿Qué significa para ti entrar a esta Bienal?

–Sí. Yo creo que todos los artistas necesitamos de vez en cuando estas cosas. Por más que uno tenga una convicción tiene que existir esa conexión. Este tipo de cosas nos impulsan mucho.

–¿Qué pasa con el dilema que hay en el arte: sí o no a la pintura?

–Es buena pregunta. Creo en los últimos tiempos ha habido un gran resurgimiento de la pintura. Se nota mucho. En las ferias de arte, en las revistas, mucha pintura abstracta aunque yo soy un artista figurativo desde hace tiempo. Admiro eso sí la pintura abstracta. En los ’90 había un rechazo a la pintura y hoy no es así. Hemos llegado a un punto que conviven la pintura con el arte contemporáneo. Es un buen momento. En lugar de cerrarnos, hay que mantener mayor apertura para todo.

–¿Qué piensas del arte conceptual?

–Lo he pensado mucho. Hay cosas que me interesan mucho y otras no tanto. Si me dicen algo o no. En la pintura pasa exactamente lo mismo.

–¿Qué pasa con tu carrera de músico?

–La música es súper importante para mí. Se ha vuelto algo paralelo en mi vida. La banda Eurídice no está de forma activa, hemos tenido dificultades de orden financiero, pero lo que quiero añadir es que estoy trabajando en un propio proyecto. No sé si será solista u otra banda. Tengo 10 canciones nuevos. Al final del año sacaré uno o dos sencillos. Estaba recordando con mi esposa que yo hacía canciones desde muy chico, es algo natural en mí, al regresar es como algo imperante. Se ha vuelto esencial.

Muestra Colectiva en la Bodega Quetzalli. Foto: Especial

–¿Las has escuchado tu hermano?

–Sí, por supuesto. En una de las canciones que hice para Eurídice, que se llama “La casa”, él tocó el bajo. Era importante porque él también convivió en esa casa conmigo.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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