México

Héctor, 16 años, es otro sueño roto en el Edomex: deseaba ser paramédico y está desaparecido

09/11/2018 - 8:00 pm

Héctor Netzait Preza de la Cruz, de 16 años, desapareció el pasado 22 de julio cuando iba a comprar desayuno para él y sus hermanitos en Tecámac, Estado de México.

Ana Cristina de la Cruz, la madre del chico, penó por al menos cuatro agencias del Ministerio Público –en Tecámac, Zumpango, Ecatepec y Héroes Tecámac–, antes de que le levantaran la denuncia por desaparición por supuestos aspectos de competencia. Los funcionarios tampoco le mencionaron  o informaron, mucho menos activaron de inmediato la Alerta Amber.

En los días siguientes a la desaparición de Héctor fueron los vecinos de Ana quienes la apoyaron a realizar un boletín, sacar copias e iniciar la pesquisa. La ofendida también denuncia que además de perder esos valiosos días, una funcionaria de justicia extravió videos así como material que recolectó como evidencia.

Ciudad de México, 9 de noviembre.- (SinEmbargo).– Héctor Netzait Preza de la Cruz, de 16 años, quería regresar y concluir la preparatoria para entrar a la Cruz Roja y ser paramédico. Sin embargo, sus aspiraciones se truncaron. El menor desapareció la mañana del  domingo 22 de julio cuando iba a comprar desayuno para él y sus hermanitos en el municipio de Tecámac, Estado de México.

Ana Cristina de la Cruz López, la madre del adolescente, pide apoyo para localizar a su hijo y denuncia que ha sido víctima de  violencia institucional.

Cristina cuenta que acudió al menos a cuatro diferentes agencias del Ministerio Público y en ninguna le querían levantar el reporte de desaparición y mucho menos le informaron que se podía activar el protocolo Amber para su hijo que aún es menor de edad.

“Por cinco días me trajeron de un lado a otro y me decían que ahí no me correspondía levantar la denuncia”, afirma.

Además, una funcionaria de la Fiscalía General del Estado (FGE) en Zumpango perdió los evidencias y otras pruebas que había logrado recolectar y que ya no podrá obtener, acusa Ana Cristina.

LA DESAPARICIÓN

Héctor Netzait trabajaba por las noches en una tienda Oxxo ubicada en la colonia Progreso, en la localidad Los Reyes, municipio de Tecámac. Ahí reside el joven junto con su mamá y hermanos menores. El adolescente había dejado la preparatoria en febrero pasado.

“Se tomó un año para trabajar. Quería apoyar a la familia porque él veía que la situación estaba un poco difícil en la manutención con sus hermanitos, la renta y eso”, narra Ana Cristina.

El sábado 21 de julio fue la última vez que Ana convivió y habló con su hijo durante el almuerzo. Justo ese día, Héctor le informaba que iba a retomar los estudios porque tenía planes de ingresar a la Cruz Roja como paramédico, y le solicitaban tener la educación media superior concluida.

“Ese sábado me pidió disculpas porque se había salido de la escuela y me dijo que se iba a meter a estudiar la preparatoria en línea. Ya había ido a Tizayuca [Hidalgo] a pedir informes de qué necesitaba para meterse como paramédico de Cruz Roja, pero le dijeron que tenía que terminar la prepa. Por eso él se animó”, reitera la madre del chico.

El joven se fue por la noche a su trabajo y, en cuanto terminó su turno, regresó a su casa minutos después de las 7 de la mañana del domingo 22 de julio. Ana Cristina ya se había ido a su trabajo desde las cinco de la mañana.

Cuando Héctor llegó a su vivienda vio a sus hermanos y salió para comprar comida.Desde entonces ya no se ha sabido más de él.

Ana Cristina regresó de laborar alrededor de las 4 de la tarde. Una de sus hijas le notificó que Héctor no regresaba.

“Mi hija me dijo que no habían comido, que no habían desayunado porque su hermanito fue por el dinero, que iba a ir a comprar el desayuno, y dejó cargando su celular. Yo le dije que se me hacía muy raro porque, de hecho, él no acostumbraba a andar en la calle. Ya fui a buscarlo, al internet donde él iba, al centro de la localidad, fuimos a buscarlo con otras personas para ver si lo encontrábamos”, narra la madre.

Durante esa primera búsqueda de la madre, a una persona le afirmó haber visto a Héctor alrededor de las 7: 30 de la mañana. De acuerdo al vecino, el joven caminaba en la calle paralela a la carretera Zumpango -Tecámac, avenida que va directo de la colonia Progreso a hacía el centro de Reyes, á a unos 20 minutos de distancia a pie.

El menor que iba comprar unas gorditas para almorzar.

“Ya cuando yo llegué al puesto de las gorditas, con la señora que usualmente cada fin de semana comprábamos gorditas o tacos para desayunar o comer, me dijo que no había visto a mi hijo, que él no llegó a comprar con ella”, añade Ana Cristina.

Cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) muestran que hasta julio de 2017 se registraron 33 mil 482 personas desaparecidas, de ese total el 18 por ciento [ es decir, 6 mil 079] son niñas, niños y adolescentes. Los números detallan que seis 6 de cada 10 estos casos corresponde a niñas y adolescentes mujeres.

El director ejecutivo Red por los Derechos de la Infancia en México, Juan Martín ha mencionado previamente que, de acuerdo con datos disponibles, cada día desaparecen cuatro niños, niñas o adolescentes.

El mismo registro muestra que 72 por ciento [4 mil 394 casos] de las desapariciones de niñas niños y adolescentes ha ocurrido en la administración federal actual que preside Enrique Peña Nieto

El titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, ha señalado que en el informe especial sobre Desaparición de Personas y Fosas Clandestinas en México, que elaboró el organismo, se reportó que en el periodo de 1995 a diciembre de 2016, hubo un total 6 mil 901 casos de personas menores de edad desaparecidas.

Héctor es descrito como un joven serio. Trabajaba por las noches en un Oxxo. Foto : Especial

DOBLE MARTIRIO

“El trato con las autoridades fue algo muy desastroso y muy doliente”, describe Ana Cristina en entrevista con Sin Embargo.

Ana Cristina acudió por la tarde de ese 22 de julio a la Fiscalía para levantar el reporte, pero se topó con que los funcionarios se negaban levantar el acta bajo argumentos de presuntos aspectos de competencia.

La mujer acudió a agencias del Ministerio Público en Zumpango, Tecámac, Héroes de Tecámac y en Ecatepec, pero en todas la mandaban de un lado a otro, incluso a donde ya había acudido.

Primero visitó las oficinas de Zumpango. Ahí fue el primer lugar donde no le quisieron levantar la denuncia, según denuncia:

“Me dijeron que tenía que ir a Tecámac. Llegué a Tecámac y ahí también me dicen que no me correspondía levantar mi acta. De Tecámac me envían a Ecatepec. Ahí, una persona de nombre William, me dice que tampoco me correspondía, y me manda de nuevo a Técamac”, comenta la mujer.

Ana Cristina tuvo que perder las primeras horas, que son cruciales en una desaparición, por andar de oficina en oficina. Fueron los vecinos quienes la apoyaron con la pesquisa y hacer fichas para pegarlas en las calles.

“En eso, de ida por municipios, de aquí a allá, ya se me había hecho noche. Mis vecinos me dijeron: ‘¿saben qué?, vayámonos de regreso a la casa, probablemente ya llegó y si no, hacemos un volante provisional’”.

La mujer y sus vecinos llegaron a la casa cerca de las 11 de la noche. “Unos vecinos me hicieron el favor de sacar como un boletín con la foto del niño, con los datos personales, el teléfono y empezaron a pegarlos esa misma noche”.

El lunes 23 de julio, Ana Cristina regresó a las oficinas de Tecámac para insistir en que le levantaran el acta, pero no tuvo resultados favorables. Los servidores públicos reiteraron que ahí no le correspondía hacer el trámite y la regresaron a Ecatepec.

“Ya en Ecatepec, la misma persona que me atendió un día antes, me mandó a Héroes Tecámac. En Héroes Tecámac yo ya estaba desesperada y les exigí que me explicaran quien iba a levantar mi acta porque yo ya estaba cansada de dar vueltas. Desde el día de anterior a ese ya llevaba como unas 12 vueltas y nadie me podía levantar el acta. Me dijeron que no, que ahí tampoco me correspondía”, dice.

Y enfatiza: “Mi molesta, mi dolor y mi tristeza por no encontrar a mi hijo, me tenían tan desesperada, que le rogué a la señora que por favor me dijera a donde tenía que dirigir porque ya había ido a todos los lugares y nadie me quería levantar el acta”.

La funcionaria de Héroes Tecámac levantó la denuncia ante el clamor desesperado de la mujer, pero con un discurso que daba a entender que hacía el acto como “un favor”.

“Cuando me levantaba denuncia, la funcionaria me dijo: ‘pero le aclaro que aquí no le corresponde y de nada le va a servir que yo se la levante. Se la voy a levantar, pero se tiene que esperar a que se cumplan 72 horas, exactamente’. También me dijo que la denuncia la iba a enviar a Zumpango, porque que es allá dónde me correspondía y que al día siguiente tenía que ir a Zumpango a preguntar por la carpeta”, detalla Ana Cristina.

Ana Cristina vagó por múltiples dependencias y en ninguna le informaron que debía acudir a Odisea, ni le hablaron sobre la Alerta Amber, que es un protocolo que se debe de activar cuando se trata de un menor que pudiera ser víctima de la comisión de un delito.

Al día siguiente, Ana Cristina acudió a Zumpango a preguntar por la carpeta y regresó el calvario de las vueltas entre dependencias: “ me dijeron que ahí no les había llegado la carpeta, que tenía que ir yo a Ecatepec, y yo le dije de Héroes Tecámac iban a enviar la carpeta ahí a Zumpango.

Nuevamente regresaron a la mujer a agenca del M.P en Héroes Tecámac para que investigara lo que sucedió con su carpeta de investigación y a qué lugar la habían turnado.

“Llegué a Héroes Tecámac desesperadamente y una señorita de nombre Nancy me dijo que me esperara. Yo llegué a las 9 de la mañana y hasta las 5 de la tarde me atendió sólo para decirme que ella [la funcionaria] no tenía una bolita de cristal para buscar a mi hijo”, explica Ana Cristina.

“Mientras esperaba a que me atendieran yo me paraba desesperadamente para preguntar a qué hora me iban a atender. La funcionaria dijo que tenían muchos casos, no es el único. Yo le comentaba que estaba desesperada porque llevaba desde la mañana sin comer, sin saber de mis otros hijos, y no me han dado una respuesta sobre quién y dónde está mi carpeta. Entonces, la señora me dijo: ‘si yo tuviera una bolita de cristal yo ya le hubiera dicho donde está su hijo’. Eso fue algo totalmente grosero para mí porque yo no estaba ahí por mi gusto, yo no estaba ahí para estarle viendo la cara a esa señorita. Y yo le contesté que si yo tuviera esa bolita de cristal que ella se refería, yo no tendría que estar ahí”, añade.

Ana Cristina se enteró que tenía que acudir a Odisea cinco días después. Fue una persona que también tenía a su hijo desaparecido quien le comentó del trámite, porque  ninguno de los funcionarios le dieron esa información, afirma la mujer.

“En ningún momento la señorita de Zumpango me dijo había una alerta donde me iba a dar un boletín de mi hijo. De hecho, el acta me la levantaron mal porque los datos no estaban correctos”, comenta.

Los días posteriores Ana Cristina se movilizó para acudir a los negocios que tenían videos de las zona donde fue visto Héctor por última vez. Grabó los videos en discos, tomó fotos y llevó ese material a las oficinas de la Fiscalía en Zumpango, porque le informaron que ahí es donde tenían su caso. Sin embargo, le perdieron todas las pruebas y material, acusa la madre del menor.

“Yo llevé los discos y se los entregué en las manos a una señorita de nombre Yoselín y le dije que ahí estaban las pruebas que me habían pedido, que en Héroes Tecámac me dijeron que las llevara allá [al Ministerio Público de Zumpango ]. Y ella me dijo que estaba bien, que las dejara ahí y que si había información me marcaba”, explica Cristina.

Pasaron 20 días y la mujer no recibía llamadas de las autoridades. Decidió ir a la Fiscalía para preguntar por la investigación pero la respuesta sobre algún avance fue nula.

“Me dijeron que no, que no tenían nada. Después de 20 días me comentaron que iban a pedir videos y yo les respondí que ya habían entregado videos, y cual sorpresa fue la mía que no había nada. No había videos, todo lo perdieron y después de 20 días, si piden los videos a los negocios ya no van a encontrar en las grabaciones nada porque los locales guardan sus videos ocho días a lo más. Me perdieron la evidencia”, se lamenta.

Ana Cristina recuerda que regresó con la funcionaria de nombre Yoselín. “Le pedí que me entregara los videos que yo le había dejado en sus manos y me dijo que ella no tenía nada porque ella no era responsable de la carpeta. Pregunté cómo podía recuperar esos videos, y me dijo que ella no tenía la mínima información de esos documentos”, abunda.

La mujer destaca que es terrible  el trato con el que ha sido atendida por las autoridades mexiquenses y que fue hasta que encontró el apoyo del colectivo Ehecatl, que encabeza Carmen Zamora, cuando logró que su carpeta estuviera en un lugar fijo: Ecatepec.

Sin embargo, hasta el momento no hay indicios ni avances en la investigación para dar con el paradero de Héctor Netzaí de la Preza de la Cruz.

Sugeyry Romina Gándara
Ha trabajado como reportera y fotoperiodista de nota roja en Chihuahua. Los últimos años, ya radicada en CdMx, los ha dedicado a cobertura sobre temas de desaparición, seguridad y víctimas de la violencia.
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