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Tomás Calvillo Unna

09/11/2022 - 12:05 am

El abanico de la cordialidad

“El cuerpo incluso puede ignorarlo y sin voluntad alguna permanecer hasta su visible desintegración”.

“El retorno del fuego”. Pintura: Tomás Calvillo Unna

Aún con el tiempo encima

podemos quitar la lápida de las prisas;

e iniciar la tertulia interior

que tiene sus propias reglas.

Dejar de juzgarse es el preámbulo,

lo mínimo necesario para alejarse

de cualquier hegemonía,

política ideológica religiosa

psiquiátrica, etc.

Cuando se extravía el camino,

en el carruaje de las palabras

se pierden muchas verdades;

la grosería aparece en toda su plenitud

al aniquilar la posibilidad

de ver mejor lo que sucede;

el precipicio se convierte

en un lugar común,

y no hay para donde hacerse,

más que respirar hondo

ante la caída libre.

Reconocerse en el abandono,

sin ataduras,

asistido por el palpitar del pecho,

esa confirmación en las muñecas,

y en el cuello.

Pura biología zurcida en precisiones

del cuerpo que resiste su mitológico encargo:

cómo alcanzar a los Dioses

o cómo olvidarse de ellos.

El cuerpo incluso puede ignorarlo

y sin voluntad alguna permanecer

hasta su visible desintegración;

no obstante

una tensión original lo acompaña.

Tal vez esas historias

como la expulsión del jardín bíblico

que pretenden dar testimonio,

del primer paso

entre la eternidad y la historia,

tienen que ver con ello.

Aun conociendo ese paraíso,

la carencia no desaparece,

es el inicio,

la inquietud de la indagación:

poder tocar y palpar los elementos,

incluso respirarlos,

saber que el cielo se dilata

y lo que solemos nombrar como invisible

nos toma de la mano,

y atónitos nos sorprendemos

aunque pretendamos a toda costa

no perder una suerte de control

ante el telúrico temor a desaparecer

así, sin más, sin conocer a dónde

y porqué.

Henos aquí, en este lugar y tiempo,

al menos estamos obligados a desplegar

el abanico de la cordialidad,

ese aire fresco compartido

al reconocernos

en esta misma condición que a todos

nos atañe y confirma.

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