Pirámide para contener la central de Fukushima; la arquitectura del pasado sirve de modelo a arquitectos japoneses

09/12/2013 - 12:00 am
Foto: Cooking Ideas
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Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo).– Dos años después del tsunami que provocó la fusión de un reactor de la central nuclear de Fukushima, Japón, aún no sabe cómo manejar los efectos devastadores de esta tragedia. Sin embargo, un equipo de arquitectos nipones han decidido poner sus ojos en la arquitectura de épocas pasadas, para enterrar para siempre el núcleo radiactivo de la central, con lo cual Fukushima quedaría aislada bajo una literalmente faraónica cubierta en forma de pirámide.

La idea forma parte del proyecto “Aprende de un milenio. Vuelve a la vida. Nunca olvides”, del Laboratorio Tsukamoto, el cual forma parte del Instituto de Tecnología de Tokio. Su fundador, el ingeniero Yoshiharu Tsukamoto que da nombre a la institución, afirma que “cien años de conocimiento desde la era moderna no son suficientes en lo que concierne a los mega tsunamis, que ocurren cada mil años”, con lo que justifica su iniciativa.

De esta manera, el equipo de Tsukamoto está recurriendo a las construcciones que conforman la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), para bregar con los problemas actuales y mitigar los que están por llegar. Así, la Gran Pirámide de Guizeh es el modelo que sirvió de inspiración para el “sarcófago” que podría cubrir a la accidentada central de Fukushima, mientras la sólida muralla de Dubrovnik, en Croacia, serviría de modelo para proteger la costa de Sanriku de futuras olas gigantes, publicó el blog Cooking Ideas.

Así, el proyecto “Pirámides para el Futuro” contempla enterrar Fukushima con una pirámide de bloques de cemento fabricados con la “enorme cantidad de residuos que permanecen en la zona del desastre”, según indica el proyecto.

Foto: Cooking Ideas
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Es mediante esta iniciativa que se pretende convertir la ciudad siniestrada en una “unidad de almacenamiento de recuerdos”, que inspire a los niños de generaciones futuras a que pregunten a sus padres el por qué de esas estructuras piramidales en mitad del país asiático.

Por otra parte, el proyecto “Aprende de un milenio” está inspirado en el distrito comercial de Ponte Vecchio, en Florencia, el cual sirve de inspiración para preparar el complejo del Castillo de Himeji, una de las zonas afectadas por el tsunami de 2011, ante futuras arremetidas del mar.

A raíz del gran terremoto de 9 grados de magnitud que afectó Fukushima, se concluyó que el desastre pudo haberse sido significativamente reducidos gracias a los avances tecnológicos de la arquitectura japonesa en materia de resistencia a terremotos y sismos. Sin embargo, todo quedó en una posibilidad no concretada y el tsunami que se produjo arrasó un área de más de 500 km en la costa oriental del país destruyendo innumerables ciudades. De esta manera, la reacción de los arquitectos fue la de empezar a cuestionarse qué podía hacer la arquitectura para compensar los daños causados.

Sin embargo, esconder los restos de tragedias no es un asunto nuevo, el cuarto reactor de Chernobil fue cubierto con un gigantesco sarcófago de hormigón luego del accidente de 1986. Sin embargo, en este caso particular, la estructura empezó a degradarse poco tiempo después y en febrero de esta año se derrumbó una parte del techo debido al peso de la nieve.

No obstante, el gobierno ucraniano calcula que para febrero de 2015 estará listo la nueva cubierta protectora; una inmensa estructura móvil de 105 metros de alto por 150 de largo la cual, esperan, evitará posibles fugas radiactivas durante los próximos 100 años.

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