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¿Qué es realidad y qué es ficción en Mank de David Fincher? Aquí repasamos 10 aspectos de la cinta

09/12/2020 - 9:20 pm

Mank no sigue al “pie de la letra” lo ocurrido entre 1930 y 1941, los años en los que se ambienta el aplaudido largometraje de David Fincher, que está ya disponible en Netflix.

MADRID, 10 de diciembre (Europa Press).– Ya está en Netflix Mank, el nuevo largometraje dirigido por David Fincher. El realizador de Seven y Zodiac se adentra en el proceso de creación del guión de Ciudadano Kane, considerada una de las obras maestras del séptimo arte, a través de la mirada de Herman J. Mankiewicz, oficialmente, el coguionista de la cinta que junto a su gran estrella, Orson Welles, que también dirigió, produjo y protagonizó el legendario filme.

Y aunque esté basada en hechos reales, como toda producción de ficción, Mank no sigue al “pie de la letra” lo ocurrido entre 1930 y 1941, los años en los que se ambienta la cinta de Fincher. El filme no solo narra cómo se gestó el guión de la cinta de Welles, sino que también aborda algunos momentos históricos del Hollywood de los años 30 como las consecuencias de la Gran Depresión o la importancia que en el juego político tuvieron los grandes estudios.

Repasamos qué es realidad y qué forma parte de las licencias creativas que tiene la cinta.

1. RECLUTANDO GUIONISTAS

En una de las escenas ambientadas en 1930, Charles Lederer (Joseph Cross) llega a los estudios de la Paramount y otro personaje le comenta que Mankiewicz envió un telegrama reclutando guionistas para la transición al cine sonoro “a cualquiera que supiera juntar tres palabras juntas”.

Cierto es que Mankiewicz envió el telegrama a varios escritores y dramaturgos para reclutar guionista para Hollywood -él llevaba instalado desde 1926-, pero no consta que, en realidad, buscase fichar “a cualquiera”. Es más, él utilizó sus contactos dentro de la escena de Nueva York para llevarse profesionales del teatro, lo que evidencia que se buscaba talento con credenciales. Entre los reclutados, estaba el hermano menor de Mank, Joseph L. Mankiewicz, que se convirtió en uno de los grandes cineastas del Hollywood dorado.

2. LAS LÁGRIMAS DE MAYER

Una de las escenas más incómodas de Mank es en la que Louis B. Mayer (Arliss Howard) reúne a los trabajadores del estudio MGM para pedirles, entre lágrimas, reducir sus salarios de forma temporal en un 50% para evitar despidos. Mayer promete reembolsarse la cantidad restada en cuanto los bancos volvieran a abrir. Una medida dura que tuvo el apoyo de los trabajadores, debido a la complicada situación económica provocada por la Gran Depresión.

Este momento es completamente real. Mayer quiso evitar el escándalo de huelgas y revueltas sindicales. Y, tal y como se plasma en la cinta, el empresario no cumplió con su promesa. Pues, efectivamente, los trabajadores recuperaron su sueldo completo cuando los bancos reabrieron, pero Mayer nunca les devolvió la mitad del salario que temporalmente les quitó.

3. EL APOYO A SINCLAIR

Hay una subtrama política en Mank que escarba en los motivos por los que Mankiewicz decidió escribir un guión tan incendiario contra W.R. Hearst. La cinta insinúa que el magnate estuvo relacionado con la campaña de desinformación y propaganda perpetrada por Hollywood contra el candidato demócrata a gobernador de California, el socialista Upton Sinclair. En la cinta, se muestra a Mankiewicz poniéndose de parte de Sinclair, frente a la opinión mayoritaria de los estudios, claramente republicanos.

Esto es una clara licencia artística de Jack Fincher, el desaparecido padre del cineasta y guionista del filme. Aunque es complicado catalogar las ideas políticas de Mankiewicz, se considera que sus postulados se inclinaban más hacia el partido republicano que al demócrata. Es más, la cinta minimiza el carácter conservador del escritor, dejándolo solo clara su falta de apoyo al Sindicato de Guionistas, al que rehusaba afiliarse.

4. LA AYUDA A REFUGIADOS

En una conversación entre Rita Alexander (Lily Collins), la secretaria de Mankiewicz, y fräulein Frieda (Monika Gossmann), la cuidadora del guionista, la última le comenta cómo el escritor salvó a un pueblo entero del nazismo. Esta confesión relatada en la película de Fincher provoca que la señora Alexander vea con otros ojos a Mank, ayudándole.

Sí es cierto que, pese a no tener alma de sindicalista, el guionista tampoco apoyaba las ideas fascistas. Hijo de judíos alemanes, ayudó a traer refugiados a Estados Unidos, les consiguió trabajo y ayudó económicamente a organizaciones relacionadas con el apoyo a refugiados en los años 30. Es más, en 1933, Mankiewicz intentó hacer una película contra Hitler. Pese a ello, también era un aislacionista, pues auguraba que Alemania iba a derrotar a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

5. SU PARTICIPACIÓN EN LA CAMPAÑA REPUBLICANA

Una de las escenas más importantes de la película es en la que Mankiewicz rechaza apoyar financieramente la candidatura de Merriam, el aspirante republicano a California. Louis B. Mayer era presidente del partido republicano en ese momento y presionó para evitar una victoria electoral de Sinclair, llegando a insinuar que trasladaría sus estudios a Florida, al igual, pidió a todos sus empleados que donasen un día de su salario a la causa (a los empleados de menor rango se les redujo un día de su salario sin consultarles).

Efectivamente, hubo campañas de desprestigio y desinformación de las majors de Hollywood, los vídeos de falsas entrevistas son reales. Y sí, hubo varios guionistas que se negaron a participar en la campaña republicano, pero Mankiewicz no estuvo entre ellos. Debido a las simpatías republicanas del guionista de Ciudadano Kane y aversión al sindicato, es más que dudoso que se negase a apoyar a Merriam.

Escena del largometraje Mank. Foto: Netflix

6. EL SUICIDIO DE METCALF

El rodaje de falsos informativos, con actores y extras convertidos en entrevistados que denunciaban al “comunista” Sinclair fue algo real y, para ello, los productores de Hollywood contrataron a aspirantes a directores, como es el caso de Shelly Metcalf (Jamie McShane), el cual -según relata la película- se arrepiente cuando Merriam gana las elecciones, suicidándose durante la noche electoral.

El personaje de Metcalf es completamente inventado. Irving Thalberg, productor de MGM, contó para la realización de estos falsos informativos con Felix Feist Jr., que buscaba ascender en el estudio. No parece que Feist tuviese escrúpulo alguno en participar en estas campañas de propaganda, pues siguió trabajando en la realización de cortometrajes, para comenzar a dirigir largometrajes en los años 40 y pasarse a la televisión en los 50. Falleció por causas naturales en 1965.

6. SU APUESTA CON MAYER Y THALBERG

En la película de Fincher, Mankiewicz acude a la fiesta que organizó Louis B. Mayer para celebrar la victoria de Merriam. El guionista, escamado con la más que evidente derrota electoral de Sinclair y tras conocer de la creación de noticias falsas, asiste a la fiesta quemado, llegando a montar un pequeño escándalo y apostando su dinero con Mayer y Thalberg.

Pero en realidad, no consta que Mankiewicz acudiese a la fiesta republicana, tampoco que llegase a apostar con Mayer o Thalberg por los resultados electorales. En el hipotético supuesto de que Mank no apoyase la forma de actuar del estudio, podría ser por razones más personales que políticas, pues su hermano Joseph (Tom Pelphrey) sí participó activamente en estas campañas.

7. SU ENEMISTAD CON HEARST

La cinta muestra cómo se gestó la amistad entre Herman J. Mankiewicz y William Randolph Hearst. También muestra cómo, gracias a pertenecer al círculo íntimo del magnate, entró a formar parte de la plantilla de MGM. Sin embargo, para retratar cómo esta amistosa relación se agrió, Fincher lo vinclula a la intriga política relacionada con la derrota electoral de Sinclair en 1934 y con la frustración derivada de la misma del guionista, que harto todas las mentiras explota en mitad de una cena de disfraces.

Debido a que Mankiewicz nunca apoyó públicamente a Sinclair, con el que no simpatizaba ideológicamente, su enemistad con el magnate, con Marion Davies y con Louis B. Mayer se originó por otros motivos, los cuales, en realidad, no se conocen.

8. LA MARCHA DE MARION DAVIES

Algo que queda claro es que Marion Davies (Amanda Seyfried) tenía mucho más talento que Susan Alexander en Ciudadano Kane, el propio Welles en vida defendió que Davies era mucho mejor actriz que “su versión” cinematográfica. Esto sabe reflejarse en la cinta, así como también su marcha de MGM. Davies se convirtió en amante de Hearst en 1916 y en 1918 el magnate formó una compañía de producción, Cosmopolitan Pictures, para producir las cintas de Davies.

El talento de Davies destacaba, sobre todo, en la comedia ligera, pero Hearst la prefería en dramas de época. En Mank se ve cómo Thalberg no accede a la exigencia del millonario cuando pide que Davies interprete a María Antonieta. Este hecho fue real, como también es verídica la marcha de la actriz y de la productora de Hearst a Warner Bros. Lo único que no exacto es que la intérprete se marchase de MGM coincidiendo justo con las elecciones. Davies firmó su contrato con Warner el 31 de octubre y abandonó formalmente MGM el 1 de enero de 1935, mentras que Sinclair perdió las elecciones el 6 de noviembre de 1934.

9. ¿QUIÉN ESCRIBIÓ CIUDADANO KANE?

El tema central de la película es reivindicar la autoría de Herman J. Mankiewicz en el guión de Ciudadano Kane. El propio David Fincher declaró en una entrevista que el libreto de su padre era mucho más anti-Wells que lo que se refleja en la cinta, que sigue al dedillo la teoría expuesta por el ensayo de Pauline Kael de 1971, Raising Kane, en la que la crítica de cine afirmaba que el único autor de Ciudadano Kane era Mankiewicz.

Sí es cierto que Mankiewicz firmó un contrato renunciando a que su nombre apareciera en los títulos de crédito, así como también después pidió ser acreditado y que se le concedió. El proceso de escritura del libreto de Mank también está bien documentado. Sin embargo, Fincher omite cualquier punto de vista del otro genio que estuvo detrás de Ciudadano Kane: Orson Welles, el cual también se implicó enteramente en el proceso de escritura.

10. LA IMPLICACIÓN DE WELLES

Según el propio Welles declaró en 1972 en un artículo de Peter Bogdanovich para Esquire, que él escribió su propia versión del guión y que, posteriormente, ambos libretos se aunaron en la versión definitiva. Según escribió Robert L. Carringer en un artículo en 1978 en el Chicago Journal, los borradores de Victorville eran principalmente de Mankiewicz, pero el proceso de reescritura fue tan exhaustivo, que sería “inadecuado” no reconocer el crédito autoral de Welles.

Es más, hay constancia de un telegrama que Houseman (Sam Troughton) envió a Mankiewicz en junio de 1940 en el que se evidencia que Welles estuvo muy involucrado en la escritura del guión. Además, se supo que Houseman también participó en el libreto. En la cinta de Fincher, Welles no participa en ningún momento en la escritura, solo apareciendo al final, concediéndole todo el crédito artístico a Mank. Es más, el filme minimiza las contribuciones de cualquiero otro en el proceso creativo de Ciudadano Kane.

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