Ayer, el ex alcalde panista de Monterrey, Adalberto Madero Quiroga, fue arrestado por la PGR. El hombre, de la misma familia de Gustavo Madero, presidente nacional del PAN, fue alcalde regio de 2006 a 2009 y poco después fue expulsado del partido por presuntos actos de corrupción.

¿Es el inicio de una limpia en el PAN de Nuevo León? Eso está por verse. Ese grupo, que hasta hace unas semanas era la base de apoyo de la candidatura de Ernesto Cordero en esa entidad, es amplio e incluye a muchos. En él estaban Fernando Larrazabal Bretón, actual alcalde en rebeldía de Monterrey; Raúl Gracia Guzmán, consejero de la judicatura nuevoleonesa, y Zeferino Salgado Almaguer, delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Nuevo León. Y no son todos.

Por lo menos Salgado y Madero fueron vinculados con el cártel de los Beltrán Leyva y con actividades relacionadas con casinos. Un cable del consulado de Estados Unidos en Monterrey fechado el 2 de julio de 2009 afirmó:

“Nuestro interlocutor señaló que en las elecciones de 2006, los hermanos donaron ilegalmente 2.5 millones de dólares, cada uno, a Adalberto Madero, actual alcalde del PAN en Monterrey, y Salgado Zeferino, alcalde panista en San Nicolás; así como al candidato del PAN a diputado federal por el distrito de San Nicolás. De acuerdo con nuestra fuente, los hermanos Rojas están estrechamente vinculados con el cártel de los Beltrán Leyva. La conexión con el cártel de los Beltrán Leyva y por otro lado las ligas con políticos del PAN permiten a los hermanos Rojas operar en otra región del cártel de El Golfo”.

El cable 09MONTERREY259 estaba titulado así: “Lazos de casinos con candidatos del PAN”. Qué conveniente.

Una pregunta inocente: ¿Por qué tuvieron que esperar a que ocurriera una tragedia para actuar en contra de Madero?

¿Van contra los otros, o seguiremos en la simulación?

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Santiago Creel Miranda juega con fuego. Ayer volvió a tundirle a Elba Esther Gordillo, la aliada del presidente Felipe Calderón y de todos los panistas, como él, desde que llegaron a Los Pinos.

México, dijo, necesitará una verdadera revolución educativa, pero “un obstáculo para lograrlo” es la dueña del SNTE, Elba Esther Gordillo.

“Le hemos dado la mano y no ha cumplido. Ni el sindicato ni la disidencia permiten el cambio educativo en el país”, dijo el precandidato del PAN a la Presidencia.

¿Le hemos dado la mano? ¿No será que la poderosa “maestra” les ha dado la mano y ya se les salió de control?

¿Qué no es Elba Esther la aliada de los Calderón en Michoacán, en pleno 2011?

¿Qué no fue con ella con quien se pactó que les echara “una mano” en el proceso electoral del 2006?

¿Qué no fue el jefe de Creel, Vicente Fox, el que le dio la mano y la puso a cogobernar con él el país?

¿Le hemos dado la mano y no ha cumplido? ¿No sería bueno que lo aclarara?

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Por cierto, esto le sucedió a Ernesto Cordero en San Luis Potosí. No, no lo abuchearon como cuando fue a León, Guanajuato. Esta vez la víctima fue una diputada panista que lo apoya. Y bien merecido. Vea por qué.

Resulta que en un acto en Ciudad Valles, la legisladora Raquel Hurtado Barrera llamó “Enrique” al precandidato presidencial en tres ocasiones. A la primera se lo perdonaron; pero a la tercera le armaron un escándalo.

“Es que me falló el chip”, dijo. Que porque anduvo por el Estado de México. Enrique Peña Nieto, ex gobernador del Estado de México, le estaría muy agradecido.

Y eso no es todo. En el mismo acto, el organizador presentó a Cordero como “el candidato del PAN”. Corrigió, un poco tarde. Cordero tuvo que salir al paso: “Yo no sé en calidad de qué vengo, pero estoy seguro que seré presidente de México”, expresó.

Ayer mismo –puf, qué día–, Cordero dijo que lo que México “necesita es un presidente de a de veras”.

“México necesita no al presidente mas conocido, no al candidato mas popular; México necesita a un presidente de a de veras. Un presidente que haya estado en donde se toman la decisiones difíciles, que las haya tomado, que tenga experiencia. Un presidente que esté determinado a llevar a México hacia el futuro”, dijo.

¿México necesita un presidente de a de veras? ¿Sí? ¿Qué pensará su mentor de esa frase?

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