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Jesús Robles Maloof

10/11/2016 - 3:50 pm

Pagar por un muro de 3,201 kilómetros en tres días

La medida propuesta es un chantaje que raya en la extorsión. Como si fuera una frase tomada de El Padrino.

“La migración es un privilegio, no un derecho”.

“Construir desde el primer día un impenetrable muro físico en la frontera sur”.

Donald Trump

La medida propuesta es un chantaje que raya en la extorsión. Como si fuera una frase tomada de El Padrino. Foto: AP
La medida propuesta es un chantaje que raya en la extorsión. Como si fuera una frase tomada de El Padrino. Foto: AP

Donald Trump resultó electo el pasado martes en un hecho que sorprendió al mundo entero. El sistema electoral norteamericano privilegia los contrapesos federales sobre el voto popular por eso Trump gobernará a pesar de no contar con la mayoría de los sufragios emitidos. Por las implicaciones para nuestro país, estamos obligados a realizar un análisis que responda a la pregunta ¿Por qué un candidato misógino, racista, mentiroso e incompetente se hizo del puesto de mayor poder político y militar?

En mi opinión no fueron ni el dinero, ni las alianzas político económicas, terreno en el que Hillary Clinton lo superó al gastar más dinero y construir redes a su favor que fueron desde Wall Street hasta Hollywood pasando por amplios sectores de la clase política. No fue tampoco el uso de Internet como espacio de articulación, movilización y financiamiento como lo fue para Obama ocho años antes. Trump básicamente lo usó para denostar.

La clave de la victoria estuvo en construcción de una narrativa clara, que puede parecernos repugnante y basada en falsedades, pero debemos admitir que fue brutalmente eficaz. Dirigida específicamente a la clases ubicadas en la parte inferior de la escala social, esta narrativa logró vincular al bolsillo de las personas casi todos los temas de política pública. Así, cuando hablaba de la corrupción la vinculaba a la incapacidad de los políticos para entender los problemas financieros de las familias. Cuando hablaba de inmigración, además de los contenidos racistas, centraba sus argumentos en construir asociaciones (la mayoría de ellas falsas) con el empleo, o con la escasez de los fondos sociales por la presencia de los “ilegales”.

Hasta la propuesta de construcción de un muro en la frontera con México, la vinculó por doble partida con el bolsillo de los norteamericanos ya que la confección de la propuesta supone una edificación impenetrable pagada por México. Para el votante ordinario la idea se presenta como “te daré impenetrable seguridad y no pagarás ni un centavo por ello”.

En este espacio he insistido en la importancia de analizar los detalles en la narrativa de los políticos y creo que para este caso es aún más relevante. Ya que, contra lo que muchos piensan en México, la construcción de un muro fronterizo financiado por México no es una ocurrencia en un discurso frente a una enardecida audiencia sino parte primordial de su Plan de Acción de los Primeros 100 Días”. Incluso ya tiene asignada una acción verificable desde el día 1 y cuenta también una estrategia en su ejecución.

En su página oficial existe un documento denominado “Pagar por el Muro” que detalla la estrategia que seguirá. Fundamenta su propuesta en los poderes ejecutivos extraordinarios del Patriot Act para emitir decretos sin aprobación del legislativo. Invocará la sección 326 que establece la regla “conocer al cliente”, la que obliga a instituciones financieras a exigir documentos de identidad antes de abrir cuentas. En uso de los poderes ejecutivos el día primero emitirá un decreto para prohibir a cualquier extranjero, transferir dinero fuera de los Estados Unidos sin que antes presente un documento legal.

Al bloquear el envío de los 24 mil millones de dólares anuales en remesas, el plan de Trump supone que para el día 2 el gobierno mexicano protestará. Para el día 3 Trump le dirá a las autoridades mexicanas que si aportan los fondos necesarios para pagar el muro, su administración no promulgará el decreto.

La medida propuesta es un chantaje que raya en la extorsión. Como si fuera una frase tomada de El Padrino, Trump sentencia: “Para México es una decisión fácil: hacer un pago único de 5 a 10 mil millones de dólares para asegurar que 24 mil millones continúen fluyendo a su país año tras año”.

En el documento describe además medidas de fuerza para hacer que México pague; 1.la imposición de aranceles a productos mexicanos. 2. El aumento de tarifas en los cruces fronterizos 3. La cancelación de las visas. El texto sostiene una mentira abierta al afirmar que la migración de México y Centroamérica le quita los empleos a los norteamericanos, cuando en realidad toman trabajos para los que no existe demanda de mano de obra local.

Remata la propuesta del muro una vez mas, vinculando el bolsillo de los ciudadanos con los procesos judiciales seguidos a mexicanos en EU, al tener un muro simplemente no entraran al país los indeseables criminales mexicanos y por lo tanto la administración federal no invertirá millones y millones de dólares ni en prisiones, ni en instituciones de justicia.

Con los 10 mil millones de dólares que eventualmente pague México o que recupere EU vía aranceles o visas, Trump piensa iniciar la construcción de un muro de 3,201 kilómetros desde Tijuana, hasta Matamoros. No parece importarle que su propuestas se contradigan entre sí. En materia de seguridad nacional prometió controles biométricos en la totalidad de los cruces fronterizos y zonas de ingreso al país, tanto de entrada como de salida.

Pero el problema del muro es que la tendencia migratoria en la región no apunta a ingresar, sino a abandonar EU. El Pew Research Center señala en su reporte de 2015 que más mexicanos regresaban comparado contra los que ingresaban, llegando a la cifra de 140 mil mexicanos menos como balance entre 2009 y 2014. La tendencia entonces se dirige a que con los años, la migración mexicana se reduzca al grado de estabilizarse.

En este contexto la medida de control biométrico de salida en realidad desincentivaría la tendencia de regreso de los mexicanos generando un tapón. Con la irracionalidad de la propuesta juega también el hecho que nadie en el Congreso apoya la medida (hasta el día de hoy). La historia también nos dice que más tardan en apilarse ladrillos que en ser derribados.

Finalmente el 20 de enero sabremos si inicia a levantarse el muro, pero es muy importante aprender la lección del proceso electoral y no caer en la auto complacencia de suponer que Trump no construirá el muro. ¿Por qué no construirlo si para eso fue electo y por ello puede ser reelegido?

Jesús Robles Maloof
Defensor de derechos humanos, entusiasta de los efectos transformadores de las tecnologías de la información. Hace años decidí unir mi voluntad a quienes luchan contra la corrupción, la violencia y la impunidad. Desde integro 2010 el colectivo de activistas digitales Contingente Mx. Colaboré como Senior Lawyer en New Media Advocacy Project y actualmente soy responsable del área de Defensa Jurídica de la organización Enjambre Digital que defiende las libertades en internet.

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