RESEÑA | Esa luz que nos deslumbra, de Fabrizio Mejía Madrid

10/11/2018 - 12:03 am

A lo largo de medio siglo, el 68 mexicano ha dejado a su paso una gran variedad de libros testimoniales, análisis políticos y memorias personales que aspiran a esclarecer los hechos que ocurrieron la fatídica noche del 2 de octubre en Tlatelolco. Pero hasta ahora ninguno había conjuntado todas las voces en un mismo relato. Esa luz que nos deslumbra es la historia del choque entre el autoritarismo del Partido Único y la diversidad, la alegría y la esperanza de los universitarios. De esa colisión emergió la tragedia que no se olvida, pero también los gérmenes de un mito cívico que ha perdurado por más de dos generaciones.

Por Leopoldo Lezama

Ciudad de México, 10 de noviembre (SinEmbargo).- Esa luz que nos deslumbra es una novela sobre el movimiento estudiantil de 1968, que inició en julio con el bazucazo en la Vocacional 5 y concluyó con la masacre en la Plaza de las Tres Culturas la tarde del dos de octubre. El eje fundamental lo ocupa la cronología de estos hechos y sus momentos cruciales (la constitución del CGH, la Marcha del silencio, la intervención del ejército en Ciudad Universitaria y la matanza de Tlatelolco), pero se extiende hasta la sucesión presidencial de Luis Echeverría, el halconazo del diez de junio de 1971 y la suerte que vivieron algunos de los líderes. Al mismo tiempo, se narra la historia de Juan Carlos Ledesma Pérez, un contador de la Secretaría de Hacienda, escritor frustrado que pierde su trabajo por asistir a una marcha en apoyo a los estudiantes y que desquita sus ambiciones literarias escribiendo cartas a su vecina. El supuesto autor de esa correspondencia es la sobrina y cuidadora de la anciana, quien es una de muchos activistas desaparecidos.

Mejía Madrid recrea el episodio del 68 desde las aulas universitarias, pero también desde las oficinas de gobierno, donde podemos escuchar un diálogo entre Gustavo Díaz Ordaz y el General Luis Cueto: “Blinde las patrullas —aconsejó el secretario de la Defensa—, póngales metrallas a los lados y éntrele. ¿O desayunó gallina?”. En otro momento, el entonces Secretario de Gobernación, Luis Echeverría, exige al rector José Barros Sierra que reprima a la comunidad universitaria. De igual forma, el narrador recrea a los protagonistas de la gesta estudiantil: Eduardo Valle el Búho, Sócrates Campos Lemus, Luis González de Alba, Roberto Escudero, Manuel Álvarez Garin, Tita Avendaño, Nacha Rodríguez, y personajes imprescindibles como José Revueltas y Heberto Castillo. El autor, quien conoce a fondo el tema del 68 y la guerra sucia (ya ha publicado libros sobre Gustavo Díaz Ordaz y Fernando Gutiérrez Barrios), ha podido acceder a las entrañas de los acontecimientos y presentarlos de una forma original.

Una novela que aporta al tema. Foto: Especial

Gracias a que Mejía Madrid eligió narrar la historia desde dos puntos de vista (los estudiantes y el gobierno), también vemos desfilar la cuadrilla completa de los responsables de la represión: Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, Marcelino García Barragán, los generales Alfonso Corona del Rosal, Luis Gutiérrez Oropeza, Luis Cueto, Francisco Solís Soto, Manuel Díaz Escobar (creador de los Halcones y quien puso a disposición de las fuerzas represivas a 14 mil trabajadores del Distrito Federal), Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Federal de Seguridad y el tristemente célebre Miguel Nazar Haro, torturador y asesino. También salen a relucir los nombres de quienes se encargaron del Operativo Galeana el dos de octubre: Alberto Sánchez López, el General José Hernández Toledo, el Coronel Armando del Río Acevedo, Ernesto Gutiérrez Gómez-Tagle, Comandante del Batallón Olimpia y muchos otros, quienes, a criterio de Díaz Ordaz, evitaron “un baño de sangre mayor”.

Con esta novela, Fabrizio Mejía entra a un terreno ya transitado por excelentes libros, desde La noche de Tlatelolco, el clásico de Elena Poniatowska, Los días y los años, de Luis González de Alba, México 68: juventud y revolución, de José Revueltas, y novelas extraordinarias como Palinuro de México de Fernando del Paso.

¿Qué puede aportar Fabrizio Mejía con su novela? Por una parte, revive el incendio de una generación que intentó cambiar al mundo: el brigadeo en las calles, las asambleas de intelectuales, el caló subversivo impregnado de poesía, la inventiva de los artistas que pusieron su imaginario a favor de la lucha social. Fabrizio Mejía logra reconstruir la utopía estudiantil; un gran movimiento que comenzaría en las universidades y saldría de las aulas a “tomar las calles” y entregar esa parte de la “historia triunfante” al pueblo: una revolución que estallaría en todo el país como un incendio incontenible. Mejía retoma la frase de Marx y la pone en boca de los estudiantes mexicanos: “la revolución es un salto bajo el cielo que se abre”.

Por último, la novela sirve como un dique contra el olvido del crimen de Estado más brutal de la historia reciente de México, y es un recordatorio de que la misma idea de “seguridad nacional” que llevó a la práctica Gustavo Díaz Ordaz, se implementó desde el gobierno durante las cinco décadas siguientes.

Recientemente, el gobierno electo anunció la desaparición del Estado Mayor Presidencial; esperemos que esa parte oscura de la historia de México no vuelva a repetirse.

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