La película Esto no es Berlín muestra la conexión que hay entre el México ochentero y los millenials

10/12/2019 - 11:01 am

El filme le sigue los pasos a Carlos, un joven de 17 años que no encaja en ningún lugar, pero todo eso cambia cuando es invitado a un club nocturno clandestino, donde descubre el post punk y las drogas, lo que pone a prueba la relación que tiene con su mejor amigo, Gera.

México, 9 dic (EFE).- La película Esto no es Berlín, que relata las vivencias de un grupo de jóvenes en 1986, conecta de manera sorprendente con los millenials , explicó el director de la cinta, Hari Sama (Ciudad de México, 1967).

“La película conecta mucho con los millenials (nacidos entre 1980 y mediados de 1990) porque mi generación es un espejo para ellos. No se cómo ni por qué, pero si la hubiera estrenado en 1986 habrían venido 50 personas a verla”, precisó.

Carlos (Xabiani Ponce de León) es un joven de 17 años al que le encanta escuchar música y admirar a la hermana de su mejor amigo Gerardo, Rita, quien junto a su banda de música los invita a un club nocturno clandestino del que se quedan prendados.

Carlos es un joven de 17 años que se quedará atrapado en el mundo de las drogas y la libertad sexual. Foto: Especial

Estos lugares, según detalló Sama, quien realiza en la cinta un ejercicio autobiográfico, estaban frecuentados por una parte de la población que se sentía incomprendida y tenía aspiraciones diferentes a las habituales en un México que acababa de vivir el terremoto más destructivo de su historia y que se preparaba para el campeonato mundial de fútbol.

Música estridente, poesía contestataria, drogas y libertad sexual son algunos de los elementos de los que se queda atrapado Carlos, quien lucha por descubrir su propia identidad y encuentra en este espacio un refugio a una familia adinerada, católica y convencional.

“De 1986 casi no me acuerdo de nada, pero sé que lo viví dentro de esos lugares. Sí que estaba sucediendo esta contracultura (que se relata en la película) pero casi no se sabe nada. Nadie habla de esa época”, explicó el director.

Desde hace años Sama quería hacer una película que contase parte de su juventud, en la que descubrió su identidad a través de los círculos más underground de Ciudad de México, lo que consiguió tras varios intentos al encontrar guionistas con los que crear la historia y los actores perfectos para cada papel.

La historia está ambientada relata las vivencias del director en el México de los ochentas. Foto: Especial

“Yo venía haciendo películas más libres. Quería hacer una película con más estructura, más grande y sobre todo fundamentada en un buen guión. No fue fácil, más bien compleja de hacer y de conseguir que este guión le interesase a la gente”, explicó en rueda de prensa.

Los actores fueron llegando tras varios casting (pruebas de actuación) y después de meses de trabajo todos lograron crear el clima adecuado para el rodaje mediante el trabajo de cada personaje y el estudio del contexto de la época.

“Hubo trabajos muy diferentes en la preparación. Hubo trabajo de mesa pero nos enfocamos mucho en la esencia de cada personaje, en las cosas que le dolían a cada uno. Después sobre la marcha, en el rodaje, empezaron a suceder cosas, la magia de la época ya estaba ahí”, comentó José Antonio Toledano, quien interpreta a Gerardo.

Ximena Romo, que da vida a Rita, por su parte, consideró que fue clave conocer a la artista Patty Smith y lo que representa, ya que aunque Rita pertenece a una familia de clase media-alta, siente admiración por el modo de vida de Smith y tiene la capacidad de entenderlo sin contar con “ningún tipo de pasado cruel”.

“Sabíamos que de todos los personajes Rita debía ser el más centrado y estructurado”, expresó.

Ximena Romo protagoniza a Rita. Foto: Especial

La cinta se estrenó el 25 de enero de este año en el Festival de Cine Sundance que se celebra casa año en Park City (Estados Unidos) después de muchos esfuerzos, por ser una película que, especialmente por su contenido musical, resultó costosa económicamente.

Además, Sama tenía grandes exigencias en cuanto a la fotografía y los escenarios para que se construyese la historia de una manera “inmersiva” y verosímil para el espectador.

“Quería comunicar lo que sentí la primera vez que vi un performance y me voló el cerebro. Quería una película que no fuese un homenaje, sino que fuese los años ochenta mismos, o al menos mis ochentas”, sentenció el cineasta.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video