México, 9 Jun. (Notimex).- Seductora, elegante, brillante y con una gran energía para tocar su instrumento, lució la violinista estadounidense de ascendencia coreana Sarah Chang en un magno concierto, que ofreció anoche en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes en esta capital.
Como parte de las actividades conmemorativa por el 80 aniversario del llamado Palacio de mármol, Chang conquistó al público mexicano, al ofrecer un recital en el que sus dotes de violinista, no sólo fueron celebrados y reconocidos con múltiples aplausos de pie, sino también con constantes “¡bravo!”.
Acompañada al piano de Julio Elizalde, Chang sedujo a un auditorio casi lleno, al tiempo que atrapó las miradas de los asistentes al portar un glamouroso vestido de noche en color rosa mexicano, con destellos brillosos.
Con agilidad, estilo y clase, esta virtuosa del violín, quien en el 2006 fue distinguida por la revista “Newsweek”, como una de las 20 mujeres más influyentes del año, dejó en claro porque es reconocida como una de las grandes violinistas del mundo.
El repertorio estuvo integrado por “Cantabila en Re Mayor Op. 17”, de Nicollo Paganini (1782-1840); “Chacona en sol menor”, de Tomaso Vitali (1663-1745); “Suite de West Side Story”, de Leonard Bernstein (1918-1990) y “Sonata para violín y piano número 2”, de Sergei Prokófiev (1891-1953).
El concierto inició con aplausos y ovaciones para Chang, quien apenas salió al escenario y de inmediato despertó las ansias y alegrías del público mexicano. Instantes después, comenzó su recital con “Cantabile en Re Mayor”, y la magia musical se hizo presente.
Con la segunda pieza, encantó a la sala, toda vez que nadie parpadeó, ni dejó de admirar su calidad como músico, pues “Chacona en sol menor”, hipnotizó hasta los menos conocedores de la música de cámara.
Antes de concluir la primera mitad, la artista quien hizo su debut a los 8 años de edad con la Orquesta Filarmónica de Nueva York, engalanó su presentación con “Suite de West Side Story”, una obra alegre, jovial y rítmica en la que sus dotes de violinista volvieron a hechizar a los presentes.
Siempre agradecida con el público, Sara Chang recibió una ovación minutos antes de la primera mitad, y es que el derroche de talento y energía sobre el escenario nunca paro.
Para la segunda parte, la artista quien ha tenido destacadas participaciones en Estados Unidos, incluyendo las realizadas con las sinfónicas de Cincinatti y Nueva Jersey, se despidió con “Sonata para violín y piano número 2”.
Se trata de una obra integrada por cuatro movimientos musicales, mismos que se escucharon por momentos rítmicos y suaves, gracias nuevamente a la calidad musical de la violinista.
Luego de poco más de una hora, Sarah Chang y el pianista Julio Elizalde se despidieron del Palacio de Bellas Artes, entre una ovación, y agradeciendo una y otra vez, el cariño del público mexicano.