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Silencio, miedo y vergüenza por la violencia machista son eje de Formas de estar lejos, de Portela

11/03/2019 - 12:00 am

Formas de estar lejos cuenta el inicio y caída de la relación entre Alicia, una española que busca afianzar su carrera universitaria en Estados Unidos, y Matty, otro joven deportista y talentoso que proviene de una familia desestructurada.

Madrid, 11 de marzo (Europa Press) – Edurne Portela publica nueva novela Formas de estar lejos (Galaxia Gutenberg), una historia sobre una relación tóxica en la que una mujer se ve atrapada en una espiral violenta de la que no será consciente ni tampoco las personas de su alrededor, porque “la violencia siempre produce silencio”.

“Como todas las mujeres con cierta edad, hemos tenido experiencias de este tipo y de situaciones en las que percibimos una violencia, aunque no sea de los puños, y no sabemos muy bien como señalar esa desigualdad de poder. Me interesaba mucho explorar esas situaciones que no deberían estar normalizadas”, explicó en una entrevista con Europa Press la autora.

Formas de estar lejos cuenta el inicio y caída de la relación entre Alicia, una española que busca afianzar su carrera universitaria en Estados Unidos, y Matty, otro joven deportista y talentoso que proviene de una familia desestructurada. Alicia decide dejar atrás su vida en el País Vasco para iniciar otra nueva con Matty en un pequeño pueblo, mientras sus amigos asisten desde fuera al deterioro de la pareja.

Para Portela, al igual que cualquier otro tipo de violencia, la violencia de género produce “silencio”. “En el caso de la víctima por miedo y por vergüenza, sobre todo en situaciones de maltrato machista, porque una no quiere reconocerse como tal. Y alrededor, porque señalar esa violencia significa comprometerse”, lamentó la autora.

De hecho, recuerda que en el caso concreto del maltrato de la pareja “se tiende a pensar que lo que ocurre en el hogar o en espacios cerrados no es asunto de uno”. “Los vínculos de solidaridad a veces son difíciles de establecer y en buena medida porque la víctima tiende a guardar silencio, sobre todo en la época en que se sufre violencia o maltrato”, explicó.

En la novela, la violencia apenas está presente de una manera física, sino que son pequeños detalles que van creciendo hasta llegar a un dominio psicológico casi total. “Es una violencia muy común y poco reconocida, pero que hace un daño tremendo y va horadando a esa persona hasta que no se reconoce a sí misma”, lamentó.

La elección de una mujer del ámbito universitario tampoco es casual, ya que la violencia de género “se da en cualquier clase social y formación”. “Es un prejuicio de clase pensar que esto no le puede pasar a una mujer como Alicia: las situaciones sentimentales dañinas afectan a todos, en especial en las edades en que se tienen ridículas fantasías de amor romántico”, añadió.

UN MOVIMIENTO “IMPARABLE”

Para Portela, lo que ha cambiado de unos años a esta parte con la violencia contra la mujer es “la conciencia sobre lo que es maltrato”. “Cada vez estamos visibilizando más estas actitudes que antes estaban normalizadas, pero que no deberían ser aceptadas ni permitidas”, señaló.

Y apuesta por “plantar cara” a aquellas formaciones políticas que “están en contra de estos procesos de concienciación”. “Me provoca pavor saber que esta gente está aquí y entre nosotros, pero esa reacción tan radical y tan en contra de procesos de concienciación lo que indica es que estamos teniendo éxito y es un movimiento imparable”, concluyó.

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