Desde el 30 de marzo pasado, los aspirantes a la Presidencia de la República iniciaron formalmente su campaña política. Hasta ayer, 10 de mayo, Andrés Manuel López Obrador visitó 25 estados; Meade 20; Anaya 18; “El Bronco” 13 y Zavala 12, de acuerdo con los datos de sus respectivas agendas y sitios oficiales de Internet.
Un recuento de SinEmbargo muestra que mientras AMLO destina el 60 por ciento de sus viajes a estados del norte del país, Anaya ha viajado un 66 por ciento a la zona centro. Meade, Zavala y “El Bronco”, por su parte, se reparten entre el centro (46, 39 y 39 por ciento de sus paradas, respectivamente) y el norte (31, 39 y 40 por ciento, cada uno).
En contraste, los candidatos casi no han visitado el sur de México, lo que, en la opinión de los politólogos consultados por este medio digital, refleja “la poca importancia” que se le da, en general, a la situación que se vive “de Puebla hacia el sur del país”.
No obstante, destacaron, la falta de presencia se debe a que son entidades con poco peso electoral –en comparación con otras– y donde AMLO tiene influencia hace años.
Ciudad de México, 11 de mayo (SinEmbargo).- En 41 días que van de campaña política, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha visitado al menos 25 estados de la República Mexicana; Jose Antonio Meade Kuribreña, 20; Ricardo Anaya Cortés, 18; Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, “El Bronco”, 13 y Margarita Zavala Gómez del Campo, 12, de acuerdo con datos de sus respectivas agendas y sitios oficiales de Internet. ¿Pero qué México han visitado? ¿A dónde los ha llevado su estrategia y dónde están sus centros de acción?
Los cinco aspirantes presidenciales, en lo general, han celebrado más eventos en la Ciudad de México y el Estado de México que en el resto de los estados. Ambas entidades cuentan con el botín de electores más grande en todo el territorio nacional (7.6 y 11 millones de electores, cada uno, según el Instituto Nacional Electoral).
Sin embargo, ninguna entidad se compara con la capital del país, que pareciera ser la base de acción de todos los aspirantes. Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla, y Enrique Toussaint, analista político de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explicaron que “si no se gana el centro [del país], es muy difícil ganar la Presidencia de la República”.
Los especialistas concordaron en que, aunque somos un país federalista por Constitución, nos comportamos de manera centralista en la práctica. Y en la Ciudad de México, a diferencia de otros estados, convergen poderes fácticos como el empresariado y los medios de comunicación, cuyo eco, “tarde o temprano, termina impactando en la periferia del país”, dijeron Hernández y Toussaint.
En contraste, los candidatos casi no han visitado el sur de México, lo que, en la opinión de los politólogos consultados por SinEmbargo, refleja “la poca importancia” que se le da, en general, a la situación que se vive “de Puebla hacia el sur del país”.
La razón principal, no obstante, es que se trata de una zona menos poblada, pues como dijo Toussaint, “el 50 o 60 por ciento de la población del país se encuentra en todo el corredor industrial [Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Nuevo León, Puebla, entre otros] y es donde tienen más posibilidad los candidatos de generar votos”.
Cada aspirante presidencial, además, tiene razones propias para concentrarse en otros puntos de la República Mexicana. López Obrador, por ejemplo, no tiene tanta necesidad de ir al sur porque allá es fuerte (inclusive en Chiapas, bastión del Partido Verde Ecologista de México). Pero su presencia en esta zona, refirieron los politólogos, también limita la acción de sus oponentes.
Explicaron que en los casos del panista Ricardo Anaya y del abanderado tricolor Jose Antonio Meade, dado que sus respectivos partidos no son tan bienvenidos -salvo quizá en Yucatán y Oaxaca- prefieren concentrarse en otras locaciones. Esto mismo podría aplicar a la independiente Margarita Zavala, quien es ligada (por el electorado) al gobierno de su esposo, el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Y en el caso de “El Bronco”, sólo tiene presencia fuerte al norte de México.
“Es difícil que el PRI y el Frente [Por México] hagan discursos atractivos en zonas que han abandonado por muchas administraciones. Hablamos de las zonas más pauperizadas y abandonadas del país por los gobiernos”, explicó Toussaint. Y según Hernández, de acuerdo con las encuestas electorales, “El peje” tiene 52 por ciento de la intención del voto en la Circunscripción III (conformada por Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán). En cambio, Anaya y Meade tienen 14 y 13 puntos porcentuales, cada uno.
Los politólogos consideraron que una falta de incentivos para visitar un estado es también la presencia de un determinado partido en la región.
Casos como el de Chiapas y Guanajuato -que no son tan visitados, a pesar de tener un buen número de votantes (3.5 y 4.3 millones de electores, respectivamente)- son paradigmas ad hoc. El primero es peleado por Morena y PAN, por lo que Meade casi no le hace caso. El segundo, en cambio, tiene fuerte presencia panista y la oposición apenas y pasea por ahí.
Si a ello añadimos que los estados de la Circunscripción III suponen un total de 11 millones de electores -sin considerar Veracruz, que por sí solo vale seis millones de votos- no hay muchos incentivos electorales para que la oposición del político tabasqueño vaya al sur del país, comentaron. Ganar estados como el de México o la capital, dan efectos similares.
En consecuencia, “es tiempo perdido, es territorio perdido”, señaló Hernández Avendaño, para quien, como en otras partes del mundo, “los candidatos se concentran en los estados más disputados y en aquellos en los que claramente creen que pueden hacer la diferencia […]. Eso explica por qué PAN y PRI dan por perdido el sur”.
Y también explica por qué los estados de Aguascalientes, Campeche y Colima -que suman 2.1 millones de votantes- no han sido visitados en campaña. O por qué la capital y la entidad mexiquense, además de Jalisco (5.9 millones), Veracruz (5.7 millones), Puebla (4.5 millones) y Nuevo León (3.5 millones) son los más disputados.
EL PASO NORTEÑO DE AMLO
Andrés Manuel López Obrador, según el recuento de SinEmbargo, tiene mucha más presencia en el norte del país que en otra zona (el 60 por ciento de sus viajes son a es región de México). Los estados que ha visitado más, de acuerdo con su agenda pública, son Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.
En la opinión de Toussaint y Hernández, las tres zonas geográficas en que AMLO y la izquierda han tenido dificultades para hacer presencia son el centro-bajío (todo lo que se extiende de Jalisco hasta Querétaro), el Pacífico (las baja californias, Nayarit, Sinaloa y Sonora) y el norte de México (Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas).
La debilidad en el norte, explica que AMLO haya empezado su campaña política en Ciudad Juárez, Chihuahua, su concentración en aquellos estados, e incluso, la incorporación de dos norteños a su equipo de campaña: Alfonso Romo y Tatiana Clouthier.
Los politólogos concordaron en que la estrategia del tabasqueño está funcionando, ya que además de la fuerza electoral que tiene al sur (va ganando en estados como Chiapas, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo, y Tabasco, por ejemplo) y en el centro del país, es la primera vez que el tres veces candidato presidencial gana peso electoral en el norte.
En 2006 y 2012, recordaron los politólogos, haber descuidado esta zona hizo que su sueño presidencial tocara fondo.
A pesar de que López Obrador ha ganado fuerza en la circunscripción I (que incluye las baja californias, Chihuahua, Durango, Sonora, Sinaloa, Nayarit y Jalisco), todavía, refirió Hernández Avendaño de la Ibero Puebla, falta mucho para cantar victoria. En la circunscripción II (que incluye a Aguascalientes, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, Tamaulipas, San Luis Potosí, Zacatecas) el ex Jefe de Gobierno capitalino tiene menos presencia que Anaya, aunque está por encima de Meade.
Por otro lado, de los estados que tendrán elección de Gobernador, con excepción de la Ciudad de México, que es la entidad más visitada por todos los candidatos presidenciales, SinEmbargo encontró que AMLO y Anaya le han dado prioridad a Jalisco, Puebla y Veracruz. Meade, en cambio, sólo dio prioridad a los dos últimos.
El primero es un estado que arropó al PAN (1995-2006 y 2007-2013) pero que no quedó contento y regresó al PRI. Ahora podría pintarse de naranja, ya que el apego de la población por el partido tricolor, está deslavado. Y Puebla y Veracruz, por su parte, están desencantados de la alternancia panista -según las más recientes encuestas- y voltean a mirar a Morena, partido que pela cuerpo a cuerpo, sin amarrar aún, la gubernatura.
La lucha por Jalisco, refirió Toussaint, se explica porque tiene el tercer padrón electoral más importante de México. De acuerdo con el INE, cuenta con casi seis millones de votantes. Y precisamente esa entidad, comentó el académico, “era el Waterloo [la batalla perdida] de Andrés Manuel López Obrador, porque en 2006, Jalisco le dio la victoria a Felipe Calderón Hinojosa. Tan es así, que le sacó 900 mil votos de distancia Calderón a Andrés Manuel en Jalisco. Y en 2012, Enrique Peña Nieto le sacó 600 mil votos en Jalisco a Andrés Manuel”.
Para Toussaint y Hernández, aquél es “un estado históricamente anti-peje y anti-priista”. Pero hoy la cosa está cambiando. “De acuerdo con las encuestas de allá, 44 por ciento de los jaliscienses votaría por AMLO y el 33 por Anaya”, indicó Toussaint.
En los casos de Puebla y Veracruz, los especialistas coincidieron en que los partidos se los disputan, no sólo por su peso electoral y estratégico (son puntos económicos importantes), sino también por su influencia política. Son estados que han transitado del priismo al panismo, y no conformes, coquetean con Morena.
En Puebla, López Obrador jugó de “forma muy pragmática” apoyando la candidatura a Gobernador del Senador Miguel Barbosa, explicaron Toussaint y Hernández. Pero “allí el voto estará más cerrado por la presión del ex Gobernador panista Rafael Moreno Valle”, quien controla las estructuras locales y quien apoya la candidatura de su esposa para relevarlo en el cargo. Y en Veracruz, el poder del PAN, o de los Yunes, podría causar problemas al tabasqueño.
Sin embargo, mencionó Toussaint, en Veracruz “siempre ha habido un voto de izquierda muy importante, que tiene que ver con visiones más nacionalistas del tema del petróleo. Inclusive en la elección de 2016, el candidato a Gobernador Cuitláhuac García se quedó a cuatro puntos de Miguel Ángel Yunes Linares. Ese referente nos dice que AMLO tiene muchas posibilidades de ser el candidato más votado en Veracruz”.
MEADE Y ANAYA, DEFIENDEN LA TRINCHERA
Más allá de la disputa por los estados de Jalisco, Puebla y Veracruz de Ricardo Anaya Cortés y Jose Antonio Meade, cada uno tiene objetivos claros. El recuento de SinEmbargo arrojó que el 66 por ciento de los viajes de Anaya se distribuyen en estados del centro del país, mientras que los de Meade se dividen entre el centro (46 por ciento) y el norte de México (31 por ciento).
“Anaya necesita -pero creo que ya no lo va a lograr- meter una paliza en todos los estados que corren de Querétaro a Jalisco [Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Nayarit y San Luis Potosí], que son conservadores y que históricamente han votado por el Partido Acción Nacional, pero que en esta ocasión están más divididos que en el pasado”, refirió Toussaint.
Y para Hernández Avendaño, politólogo de la Ibero Puebla, la estrategia de Anaya es consolidar su fuerza en sus bastiones panistas (como en el caso de Guanajuato), además del voto duro en las regiones del centro, bajío y occidente. Sin embargo, apuntaron los analistas, en estados como Guanajuato, Aguascalientes y San Luis Potosí no ha logrado perfil su triunfo de manera contundente.
En el caso de Jose Antonio Meade, dijeron que quitando su inicio de campaña política en Yucatán, “que resalta como el símbolo de gobierno del PRI no corrupto”, el partido no tiene mucha fuerza en el sur. Asimismo, tomaron como natural su constante paso por el Estado de México y la capital del país. Pero en general, concordaron en que Meade no tiene un trayecto geopolítico concreto, “porque en realidad, el PRI está en una estrategia de contención” que se refleja, además, en el cambio de su presidente nacional.
El 2 de mayo de 2018, René Juárez Cisneros relevó a Enrique Ochoa Reza al frente del Comité Ejecutivo Nacional priista. Ese día aseguró que será “un presidente cercano a la militancia” y que buscará “mirarle los ojos a todos los militantes y simpatizantes en todos los rincones de la República”, además de visitar “a la comunidad, al seccional, a la colonia [y] al barrio”.
La declaración de Cisneros hace referencia, sobre todo, a la estructura interna y a los simpatizantes del PRI. Y de acuerdo con los analistas consultados, lo que el partido tricolor busca es “precisamente tratar de coaccionar el voto duro y corporativo del PRI”. La estrategia será, más que buscar votos, evitar perder presencia en los sectores donde son fuertes, explicaron.
El politólogo Juan Luis Hernández Avendaño recordó que en la circunscripción IV (que comprende la Ciudad de México, Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala) la intención de votos, hasta mediados de abril de este año, era en un 46 por ciento a favor de López Obrador. En cambio Meade y Anaya tenían 14 y 13 por ciento de preferencia, lo que los ha obligado a tener más presencia en el centro del país.
En los casos de Margarita Zavala Gómez del Campo y Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón (“El Bronco”), SinEmbargo encontró que, además del centro (39 por ciento de sus viajes terminan allí) visitan más el norte del país (39 y 40 por ciento, respectivamente).
Los especialistas indicaron que Margarita ha tratado de “buscar estados en donde Felipe Calderón dejó mejor perspectiva que otros”.
Para Enrique Toussaint de la UdeG, “es obvio que Felipe Calderón no tiene ninguna fuerza en la Ciudad de México o en el sur del país. Pero sí tiene algo de acopio en el norte. Por eso, la ex panista trata de hacer campaña en lugares en donde su esposo no es visto con tanta negatividad” (como Chihuahua y Baja California, por ejemplo).
Y en el caso de “El Bronco”, los analistas coincidieron en que sus mejores posibilidades están en el norte porque “no existe en el Bajío, en la Ciudad de México… Son más patadas de ahogado que otra cosa”.