Catorce cadáveres fueron encontrados esta semana en Baja California Sur, una de las entidades preferidas para el turismo nacional e internacional de México. Este y otros hechos violentos reportados este año encienden las alarmas y evidencian que el crimen organizado ha elegido a esta entidad como su nueva residencia.
El Gobernador panista Carlos Mendoza Davis, sin embargo, prefiere no hablar del asunto, como si con su silencio se borraran las cifras de homicidios, balaceras, asesinatos y amenazas a periodistas, la sombra del narco invadiendo esta zona turística y también vital para la economía del país.
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Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).– Los cuerpos de tres mujeres y 11 hombres fueron hallados esta semana durante una excavación de dos días en una fosa cercana de la carretera que va del Parque Nacional Marino Cabo Pulmo a la ciudad turística San José del Cabo, en Baja California Sur (BCS), de acuerdo con información de autoridades de ese estado.
Los restos estaban en alto grado de descomposición lo que hizo imposible una identificación inmediata, por lo que se dio inicio al proceso para hallar sus identidades.
Al siguiente día del hallazgo, medios internacionales como The Washington Post, Fox News, ABC news, así como la agencia de noticias Associated Press, destacaron que este hecho corresponde al incremento de la violencia en esa entidad derivada de la lucha del narco por territorios.
Y sí, no es ninguna hipótesis: Baja California Sur se ha vuelto cada vez más peligroso,al grado que el Departamento de Estado de la Unión Americana incluyó a La Paz y Los Cabos como sitios de riesgo para sus ciudadanos en su más reciente alerta.
EL PAN Y LA VIOLENCIA
Carlos Mendoza Davis llegó al Gobierno de Baja California Sur el 10 de septiembre de 2015, como representante del Partido Acción Nacional (PAN) y con el lema de campaña “Mejor Futuro”. Esa consigna, sin embargo, se ha borrado en un año y nueve meses de gestión, pues las cifras de la violencia han alcanzado un nivel histórico, lo que, de acuerdo con las denuncias de grupos civiles, no sólo generan molestia sino preocupación entre los sudcalifornianos.
De acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la tasa de incidencia delictiva por cada cien mil habitantes ha aumentado considerablemente desde 2015.
En 2014, la tasa de homicidios dolosos fue de 9.45 por cada 100 mil habitantes y para el siguiente año, cuando el panista Mendoza Davis tomó el poder, esa cifra se situó en 19.77. Sin embargo, en 2016, la tasa se fue hasta 24.40, que es el nivel más alto de la que se tiene registro en la entidad.
Este 2017 no pinta diferente. Durante los primeros cuatro meses del año, Baja California Sur ha registrado 144 homicidios dolosos, cantidad que ya quintuplicó la del 2016, donde de enero a abril se reportaron 27 homicidios.
Esta semana fue fue hallada una fosa clandestina con los restos de 14 personas, pero hay más casos que demuestran que Baja California Sur está bajo el azote de la violencia.
El 23 de marzo pasado, tres cadáveres –dos hombres y una mujer– fueron encontrados en la ciudad turística y comercial de Cabo San Lucas.
Los cuerpos habían sido abandonados a la entrada de una exclusiva zona residencial, cercana a la Marina de ese puerto.
Cuatro días antes, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) confirmó el hallazgo de los cuerpos de dos hombres en San José del Cabo, asesinados en distintos hechos. Uno de los occisos había sido baleado y otro estaba descuartizado dentro de una bolsa negra, amarrada con cinta canela y dentro de una hielera.
Ese mismo mes se suscitó una balacera también en la cabecera del municipio de Los Cabos, y en pleno lobby del Hotel Hyatt.
Las personas que se encontraban hospedadas en el hotel grabaron incluso el momento de las detonaciones y la persecución de dos hombres en medio de la lluvia de balas.
La PGJE declaró después que producto de esa balacera fueron detenidos dos hombres –uno de 18 y otro de 29 años–, quienes intentaron huir en un vehículo.
En marzo se registraron 58 homicidios, con lo que se posiciona, hasta el momento y de acuerdo con las más recientes cifras, como el mes más violento de lo que va de 2017.
ATAQUES CONTRA PERIODISTAS
En lo que va de la administración del panista Mendoza Davis también se han reportado ataques contra periodistas y medios de comunicación.
El pasado 14 de abril se informó sobre el asesinado del periodista Maximino Rodríguez Palacios, en La Paz. La organización Artículo 19 planteó que el periodista había recibido amenazas desde diciembre de 2016, pero tres días antes de su asesinato en su columna habló de una célula criminal llamada “Los colores”, y escribió el supuesto nombre de su líder; el periodista consignó dos ejecuciones cometidas contra elementos de la policía.
En la publicación se dejó un comentario realizado bajo el seudónimo de “Pájaro inquieto”, con el siguiente mensaje: “Cuidado putito periodista vendido chayote ro corruptos ya están matando agentes ministeriales, policías estatales Lic. Del m.p. Ahora no más faltan que empiezen a matar periodista chayoteros corruptos que agarran bando pinche max aguas [sic]”.
El trabajo de Maximino Rodríguez en el Colectivo Pericú incomodó al crimen organizado, reportaron sus compañeros, por ese motivo fue asesinado en el estacionamiento de una tienda departamental cuando iba en compañía de su esposa, quien resultó ilesa.
El 7 de junio fue aprehendido un implicado en el asesinato del periodista de 71 años, la Procuraduría General de la República (PGR) a través de la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) y la PGJE lograron la captura.
Un día después, en la conmemoración de la Libertad de expresión, el Gobernador Carlos Mendoza dijo que el crimen contra el periodista “no quedó impune” y que es el primer caso de este tipo que se ha resuelto de manera “convincente” en el país, de acuerdo a medios locales.
El 28 de marzo, otro periodista fue víctima de la delincuencia. La casa del reportero de 911 Noticias, Julio Omar Gómez, fue irrumpida a balazos durante la madrugada.
De acuerdo con la denuncia, el grupo armado arribó con el objetivo de incendiar por tercera ocasión el inmueble, pero no pudieron debido a la seguridad con la que contaba, y por ese motivo decidieron accionar las armas de fuego.
Aunque el periodista y su familia resultaron ilesos del ataque, un escolta asignado por la Secretaría de Gobernación (Segob) perdió la vida.
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LA GUERRA SE EXTIENDE
La presencia del narco es ya evidente en Baja California Sur. Las fosas, las balaceras, el asesinato del periodista Maximino Rodríguez, los atentados contra el reportero y el repunte de la violencia son huellas claras de que el crimen organizado opera en la entidad y, ahora, las autoridades reconocen incluso una guerra entre cárteles.
Tras la salida del país de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, el pasado 19 de enero, el reacomodo en el Cártel de Sinaloa impactó a la entidad, así lo reconoció el Secretario General del Gobierno del estado, Álvaro de la Peña Angulo, de acuerdo con un reporte del diario BCSnoticias.
Dicha información sería confirmada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que planteó que el reacomodo del cártel, más la lucha contra otros grupos delincuenciales habrían detonado la violencia.
Pero desde antes de la extradición de “El Chapo”, los cárteles de los hermanos Arellano Félix y el de Tijuana de Nueva Generación ya se disputaban el territorio.
De acuerdo con estadísticas del Gobierno de estatal y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), presentados en 2016, los delitos consumados registrados en averiguaciones previas iniciadas en carpetas de investigación abiertas en el Ministerio Público del fuero común rastrearon en 2014, 662 casos de narcomenudeo, el segundo mayor delito registrado en la entidad, después de las amenazas.
TURISMO AMENAZADO
Las estadísticas del DATATUR, el sistema que recaba procesa y difunde información básica del sector turístico en México, Baja California Sur recibió en 2015 un millón 939 mil 845 turistas, el arribo más grande de viajeros desde 2008, cuando hubo una llegada de 2 millones 150 mil 095 personas.
Este destino turístico se ha distinguido por ser uno de los preferidos por los extranjeros y, en especial de los estadounidenses. Cada año la mayoría de sus visitantes arriban de otros países para disfrutar de sus paradisiacas playas y de sus dos Pueblos Mágicos: Loreto y Todos los Santos.
En 2005, del millón 939 mil 845 turistas que disfrutaron del sol sudcaliforniano, un millón 110 mil 341 viajeros provenían de otros países.
El centro turístico más visitado en 2015 fue Cabo San Lucas con el arribo de 812 mil 976 turistas, le sigue La Paz con 330 mil 180 visitantes y Loreto en tercer lugar con 84 mil 226, plantea la información del Inegi.
Para esta entidad, el turismo representa el 75 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), dijo en la XV edición del Foro Nacional de Turismo el Secretario estatal en el rubro, Luis Genaro Ruíz Hernández.
La presencia del narco que ha elevado los números de violencia representa para la entidad un peligro para su fuente de ingresos.
“Particularmente en Los Cabos, San José y La Paz, la península de California va a sufrir estragos. Tenemos que honrar este estado con una estrategia particular. No podemos estar accionando como en otros estados, porque el impacto no es sólo en la economía local sino del país”, dijo Jorge Ramos Hernández, Diputado federal del PAN por Baja California, en una entrevista con SinEmbargo en marzo pasado.
Los tres destinos turísticos en Baja California Sur son los que han reportado las fosas, las balaceras y los cadáveres que yacen a los pies de los turistas cual si fueran un tributo por su visita.
Por parte de los gobiernos estatal y federal hay nula respuesta.
El panista Carlos Mendoza Davis habla poco de las muertes en su estado y en sus redes sociales sólo hay fotos de los eventos a los que asiste.
El Gobernador, además, no es un político conocido a nivel nacional y pasa desapercibido a los ojos de la mayoría de los mexicanos. Lo más sonado sobre su persona en los últimos meses fue un VIDEO donde, supuestamente, Mendoza Davis se divierte con una bailarina exótica. Pero no hay más. El narco deja silencioso al Gobierno de Baja California Sur, pero deja huellas sangrientas y mucha alarma entre los ciudadanos.
