Hábitat

Exhiben falta de insumos

Veterinarios acusan que el hospital más grande de AL no tiene medicinas para mascotas

11/06/2022 - 10:00 pm

El único hospital público veterinario de la Ciudad de México carece de material y equipo para atender a los perros, gatos y demás seres sintientes de tutores de bajos recursos, han notificado médicos veterinarios a la Secretaría de Medio Ambiente aún sin una solución.

Ciudad de México, 11 junio (SinEmbargo).– Médicos veterinarios del único Hospital Veterinario del Gobierno de la Ciudad de México, que se oferta como el más grande de América Latina, han reportado ante autoridades locales el “desabasto urgente” de insumos y medicamentos para dar atención, falta de personal, alza de costos de servicios y, además, acoso laboral que atribuyen a estas demandas.

“Como lo ofertan como un hospital de alta especialidad, se forman con su perro o gato desde las seis de la mañana y se les tiene que decir que no podemos atenderlos”, dijo una médico veterinaria.

De acuerdo con los oficios que han enviado a la Agencia de Atención Animal (AGATAN) y al órgano de control interno de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), donde está adscrito el hospital y a los que SinEmbargo tuvo acceso, el titular de AGATAN, Carlos Esquivel Lacroix, y la representante del área médica, María de Lourdes Contreras Zentella, son acusados de haber realizado una ineficiente administración a costa de los tutores de bajos recursos de los perros, gatos, pericos, hámsters, tortugas y otros seres sintientes (según la Ley de Protección Animal) que acuden por los supuestos bajos costos.

Sin embargo, ante la escasez, los médicos deben requerirles insumos, medicinas y pruebas de laboratorio de manera externa.

El hospital veterinario de la Ciudad de México se inauguró en febrero de 2016 y desde entonces no se le ha dado mantenimiento a los equipos. Foto: AGATAN.

Este medio solicitó desde hace varios días a través de la Sedema una visita al hospital público para entrevistar al director Carlos Esquivel, pero al cierre de esta edición no se ha concretado. Pese a las diversas mesas de diálogo interno, no se han resuelto las peticiones al argumentar falta de presupuesto.

Los veterinarios plantean que antes de 2019, cuando el hospital pertenecía a la Secretaría de Salud local, era “funcional” respecto a ahora que sólo pueden brindar consultas generales y ciertas hospitalizaciones sin cirugías, pese a que la mayoría de los pacientes llega fracturado, con hemorragia interna o con órganos dañados por caídas, atropellamientos o quemaduras.

La Secretaria de Medio Ambiente Marina Robles y el titular de AGATAN Carlos Esquivel en la reapertura del Hospital veterinario de la Ciudad de México en diciembre de 2021. Foto: Sedema.

El hospital veterinario público, inaugurado en febrero de 2016 y cerrado de abril de 2020 a diciembre de 2021 por la pandemia, se ubica en la Alcaldía Iztapalapa, una de las demarcaciones con mayores niveles de pobreza de la capital mexicana, con gran presencia de canes y felinos en situación de calle, y al que acuden por la cercanía habitantes de Iztacalco, Tláhuac y el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, también de bajos recursos.

Aunque también otros tutores aprovechan los supuestos bajos costos para acudir, lo que implica una desventaja competitiva para veterinarias aledañas.

“Le hacemos perder al tutor su tiempo y al paciente le causamos sufrimiento y le quitamos tiempo de vida. Si necesitamos hacer un ultrasonido remitimos al paciente porque no se puede atender o entregamos al paciente con su catéter en la vena y le pides al titular que lo lleve al ultrasonido, cuando es gente de bajos recursos que no tiene carro o te llegan en triciclo y un día laboral para ellos es muy importante”, dijo una veterinaria.

INSUMOS FALTANTES Y AUMENTO DE COSTOS

Para realmente poder brindar el servicio completo de calidad, y no “simularlo” en la lista de la página oficial, los médicos veterinarios han requerido por oficio a la subdirectora Lourdes Contreras el abasto de más de 70 insumos y medicamentos en todas las áreas médicas, así como la ampliación de plantilla médica, ya que actualmente 50 veterinarios atienden a 300 pacientes por día (incluyendo madrugadas y días festivos), cuando se contaba con casi 90 médicos al inaugurarse en 2016.

“Pese a las carencias, hay bastante gente que requiere el servicio y en ocasiones hay carga de trabajo en ciertas áreas como la de manejo que no requiere quirófano; no se alcanza a cubrir. Y otros servicios que vienen marcados en la página oficial, como endoscopía, no se están dando porque no sirve el endoscopio”, comentó un médico veterinario.

Entre el material faltante figura equipo de rayos X y anestesia, servicio de ultrasonido, de endoscopía, de cirugía, de desinfección, de esterilización, electrocardiógrafo e incluso lo básico: vendas, sondas, gasas, jeringas, mascarillas, catéteres, entre otros. Además necesitan mantenimiento a instalaciones de rehabilitación y laboratorio, jaulas de oxígeno y alumbrado en quirófano.

“Ahorita no hay cirugías porque no sirven las máquinas de anestesia, no hay ultrasonido y rayos X hay algunos días y otros no. Se lo tienen que llevar de urgencias. El laboratorio no funciona, únicamente se hacen cierto tipo de pruebas sencillas sin necesitar aparatos especializados. El área de urgencias a veces funciona el oxígeno y a veces no”, dijo una veterinaria.

Aunque no se proveen los servicios completos, los costos han subido de 2019 a 2022 pese a que la finalidad del hospital es apoyar a los tutores de bajos recursos. Una noche de hospital subió de 60 a 158 pesos y una de urgencia de 90 a 260 pesos (más 600 pesos del oxígeno, que antes era gratuito); rayos X, de 230 a 420 pesos; y un ultrasonido, de 115 a 473 pesos.

Desde que volvió a abrir el hospital veterinario en la pospandemia, no se han podido hacer cirugías de esterilización, claves para el control poblacional de perros y gatos en situación de calle, por lo que han requerido al personal médico hacer campañas de esterilización en foros externos y en horarios no laborales durante fines de semana como el Can Fest 2022.

Gatos rescatados del Mercado de Sonora tras el incendio registrado en noviembre. Foto: Especial.

En noviembre del año pasado, arribaron más de 30 gatos provenientes del Mercado de Sonora, conocido por vender animales silvestres hacinados, luego de que se registró un incendio. Llegaron deshidratados, bajos de peso, con pulgas y parásitos a un hospital donde no tenían ni oxígeno en ese entonces.

La Procuraduría Ambiental (PAOT) donó costales de comida que ya se acabó. A la fecha, nueve murieron, un par se dio en adopción y el resto –atendido con insumos comprados por los veterinarios– vive enjaulados en el hospital con algunas horas de recreación en el área donde estaba el endoscopio. Ya esterilizados y desparasitados, se encuentran en adopción. 

“Se celebró que se hayan rescatado los gatos, pero se abandonaron. Ni la PAOT ni AGATAN pusieron los medicamentos y eran pacientes de urgencia”, lamentó una médico veterinario. “La función del hospital no es ser albergue, sino dar atención a una mascota enferma”.

ACUSAN ACOSO LABORAL

Ante las diversas solicitudes de insumos y medicamentos, los médicos veterinarios también han reportado acoso laboral por parte del director Carlos Esquivel, la subdirectora Lourdes Contreras y el personal denominado “facilitadores”.

De acuerdo con las quejas ante el Sindicato de Servidores Públicos de la Ciudad de México, la Comisión de Derechos Humanos y la Secretaría de Gobernación, el acoso laboral va desde gritos, calumnias, extensión o cambios de horarios, retraso de pago de quincenas, cancelación de vacaciones hasta advertencias de despido por retardos acumulados.

Durante el cierre del hospital por la COVID-19, el personal médico fue requerido de manera presencial en marzo de 2021 para trabajo interno que incluyó clases de yoga hasta que en verano –durante la ola de Delta– se registraron casos positivos.

En diciembre fue reabierto oficialmente en una ceremonia con presencia de la Secretaría de Medio Ambiente, Marina Robles, quien aseguró que “cada vez tenemos una mayor atención” y mejora en “la condición de operación”.

Pero una médico veterinaria dijo: “Se abrió sin insumos ni respetar los horarios laborales. Estábamos muy limitados, ni para tranquilizar a un paciente asustado. Se abrió con una desorganización total, sin rayos X, sin ultrasonido, sin hospitalización, era casi dar consultas con lo que pudiéramos hacer”.

“Estamos muy lejos de ser el mejor hospital de América Latina”.

Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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