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Sanjuana Martínez

11/08/2014 - 12:00 am

Diputados mercenarios

¿Cuánto vale cada diputado? ¿En cuánto dinero se cotizan? ¿Cuánto cuesta su voto? ¿En cuanto venden su conciencia los 500 diputados que dicen representar al pueblo de México?… Los ciudadanos sabemos que esas señoras y señores, cuyo curul ocupan como ocupar un asiento en el cine, ya no nos representan. Hace tiempo dejaron de ser […]

¿Cuánto vale cada diputado? ¿En cuánto dinero se cotizan? ¿Cuánto cuesta su voto? ¿En cuanto venden su conciencia los 500 diputados que dicen representar al pueblo de México?…

Los ciudadanos sabemos que esas señoras y señores, cuyo curul ocupan como ocupar un asiento en el cine, ya no nos representan. Hace tiempo dejaron de ser los representantes del pueblo y han traicionado su deber con los ciudadanos.

Más que sorpresa, enterarnos de que los diputados del PRI, PAN, Partido Verde y Nueva Alianza vendieron su voto para aprobar la nefasta Reforma Energética, fue una confirmación.

Sabemos los métodos corruptos que rigen el sistema político mexicano, sabemos que todo se vende y se compra en ese entorno “democrático” llamado Cámara de Diputados, sabemos que la venta de “principios” está al mejor postor, pero descubrir las cantidades de dinero que se han erogado desde el erario público para comprar “conciencias” es francamente lamentable.

¿Dónde está la esperanza para los mexicanos? Estas señoras y señores diputados se han vendido al mejor postor sin importar el bienestar de los ciudadanos. ¿Qué podemos hacer para desconocer a estos diputados mercenarios?

Mostrar nuestro rechazo es indispensable. La Cámara de Diputados esta llena de mercenarios y gracias a la denuncia del coordinador del partido Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal Ávila, sabemos que el gobierno de Enrique Peña Nieto compró la conciencias de cientos de diputados para consumar la venta de Pemex.

Fue Monreal Ávila quien decidió devolver a la Tesorería de la Federación, 15 millones de pesos, cantidad entregada en tres partidas bajo el concepto de ‘‘aportaciones económicas extras’’, autorizadas por la secretaría general en San Lázaro.

No sabemos la razón por la cual Monreal decidió guardar silencio desde octubre, cuando le fue entregada la primera partida económica “extra” para apoyar la reforma de Peña Nieto, pero nunca es tarde, para denunciar la corrupción.

Esta mucho en juego. Los legisladores se aprobaron este año, un monto de 6 mil 800 millones de pesos, que son destinados particularmente a atender la labor legislativa de 500 diputados y sus cinco ayudantes respectivamente, además de su oficina y su secretaria particular.

Otra diputada en contra de esta práctica, es Zuleyma Huidobro, quien desde el primero de agosto denunció en la tribuna que diputados del PAN, Partido Verde y Nueva Alianza de recibir dinero a cambio de su voto en favor de la reforma energética.

Por supuesto, los involucrados en ese entonces se dieron sus respectivos baños de pureza de manera hipócrita y rechazaron las acusaciones, asegurando que ellos eran un ejemplo de honestidad y que nunca habían recibido “aportaciones económicas extras”.

Pero los diputados mercenarios han quedado al descubierto. La denuncia va más allá. Se ha ventilado públicamente esa “partida extra” de recursos millonarios dirigida a los señores y señoras “coordinadores” de San Lázaro.

La famosa “partida extra” pertenece a una partida no fiscalizada por ninguna dependencia. Es decir, ese dinero, corresponde a la cantidad negra de recursos públicos sin fiscalizar.

Ahora sabemos como se enriquecen algunos nuestros legisladores nomás sentándose en su curul. Ahora sabemos también, en qué se utilizan los “sobrantes” del presupuesto de la Cámara de Diputados.

Según la información difundida, el año pasado hubo un “sobrante” de 300 millones de pesos. ¿Y que hicieron con ese dinero? Pues si, adivinó usted, se los repartieron entre todos los partidos políticos, como si no hubiera necesidades en México que atender, los diputados se pusieron de acuerdo para embolsarse la lana.

La repartición del pastel se hace “equitativamente”, es decir, quien tiene más diputados, más lana recibe para sus chicles. Y es evidente que los partidos PRI y PAN son los más beneficiados con este “sobrante negro” para apoyar la Reforma Energética.

Lo que nos queda claro a partir de ahora es que, los dineros de la Cámara de Diputados se manejan a discreción, a discreción del gobierno en turno, según sus intereses. ¿Dónde está la independencia del poder legislativo?

Gracias a Monreal sabemos que el 15 de octubre les llegó a sus señorías el primer ramalazo de corrupción. En su caso, al Movimiento Ciudadano una aportación económica de 7 millones de pesos, sin conocer el propósito o el fin de su destino.

Nos cuenta, que dos días después intentó devolverlo, según oficio presentado como prueba. Luego el 20 de marzo recibió un depósito por 5 millones de pesos en la cuenta del mismo grupo parlamentario, que nuevamente intentó devolver el 14 abril. Pero no fueron aceptadas las devoluciones. Aquí opera la máxima de “corruptos todos o ninguno”. A los corruptores no les conviene una escisión.

Fue hasta el 9 de mayo cuando volvió a intentar devolver un total de 12 millones de pesos. Tampoco fue aceptada. Y el 30 de julio recibió otros 3 millones de pesos, con lo cual, ya eran 15 millones. Pero la Tesorería sigue sin querer aceptar la devolución. Claro, en México es muy difícil entender a una persona honesta, los funcionarios de esa dependencias no comprenden como alguien rechaza dinero fresco para su libre albedrío.

Pero la Tesorería de la Federación no sabe como “reintegrar” recursos “sobrantes negros”. No tiene ni idea cuál es el mecanismo que opera, porque hasta ahora, ningún partido político al parecer había tenido la decencia de rechazarlos, ni ningún diputado había tenido el valor y la honradez de denunciarlo.

¿Y esos son los diputados que nos representan? Disculpen, pero a mi no me representan estos señores mercenarios que deberían ser sometidos a juicio penal. Lo que recibieron no es un “donativo” ni mucho menos un “sobrante”, se trata de un soborno, y eso está tipificado en la ley.

La opacidad en el manejo de los recursos públicos en el gasto de los diputados fomenta la corrupción y le resta credibilidad e independencia a la labor legislativa. Si no existen mecanismos de control externo, la Cámara de Diputados pronto será identificada como una guarida de delincuentes.

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Sanjuana Martínez
Es periodista especializada en cobertura de crimen organizado.

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