Banqueros privados denuncian injerencias políticas en el Banco Nacional Suizo

11/01/2012 - 8:43 am

Ginebra, 11 ene (EFE).- La Asociación de Banqueros Privados de Suiza (ABPS) denunció hoy las injerencias políticas en la gestión del Banco Nacional Suizo (BNS) y recordó que la independencia de la institución es esencial.

"La independencia de la institución es crucial. Es un bien superior a todos los juegos políticos a corto y medio plazo", señaló al diario La Liberté el presidente de la ABPS, Michel Dérobert.

Estas declaraciones se producen después de la dimisión del presidente del Banco Nacional Suizo, Philipp Hildebrand, tras el escándalo por haber supuestamente especulado en el mercado de divisas.

La polémica que acabó con la dimisión de Hildebrand fue instigada por la UDC, primera formación helvética, ultraderechista y xenófoba, abiertamente contraria a la política monetaria llevada a cabo por el ente emisor suizo.

Según la UDC, "no basta" con la dimisión del hasta el lunes presidente de la BNS sino que deben asumir responsabilidades instancias superiores, como el presidente del Consejo del Banco, Hansueli Raggenbass, o la ministra de Finanzas y presidenta de la Confederación, Eveline Widmer-Schlumph.

Sin embargo, la Conferencia de los Directores Cantonales de Finanzas afirmó hoy que espera que no haya más dimisiones y dejó bien claro su apoyo tanto a Raggenbass como a Widmer-Schlumph.

"No hay ninguna razón para que Eveline Widmer-Schlumph sea objetivo de ataques", afirmó a la Radio Suisse Romande Christian Wanner, presidente de la Conferencia.

Tanto la asociación de bancos privados como la Conferencia consideran que la dimisión de Hildebrand es más que suficiente y afirman que el único fleco pendiente es el endurecimiento de las reglas internas del BNS para evitar que en el futuro otros directivos puedan verse implicados en polémicas similares.

"El nuevo presidente, o incluso los otros miembros del directorio del BNS, deberán limitarse a invertir de forma extremadamente conservadora, como los bonos de la Confederación, o incluso otorgar a un tercero la gerencia de su patrimonio", sugirió Dérobert.

La esposa de Hildebrand compró 504.000 dólares contra francos suizos, supuestamente sin el conocimiento ni el consentimiento de su marido, quien no obstante, al enterarse al día siguiente, no anuló la operación, aunque advirtió de lo sucedido al BNS y pidió a su gerente bancario que en el futuro no realizase ese tipo de operaciones sin su autorización.

La operación se realizó el 15 de agosto, tres semanas antes de que el BNS estableciera un cambio fijo entre el franco y el euro -a causa de la incesante apreciación de la moneda helvética- que provocó un valorización del dólar, y por tanto unas ganancias de varios miles de dólares para la familia Hildebrand.

Un informático del banco Sarasin, entidad en la que estaba depositado el dinero de los Hildebrand, tuvo conocimiento de los movimientos bancarios de éstos, robó la información -violando el secreto bancario helvético- y la entregó a la UDC.

La formación acusó a Hildebrand de enriquecimiento ilícito e instigó al Consejo Federal (gobierno helvético) a investigar el caso, cosa que hizo.

El Ejecutivo solicitó dos investigaciones y ambas exculparon a Hildebrand.

No obstante, cuando el caso fue de conocimiento público, la presión mediática y política fue demasiado fuerte, supuestamente el Consejo del Banco le retiró su apoyo y, finalmente, Hildebrand dimitió el pasado lunes.

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