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Redacción/SinEmbargo

12/03/2013 - 12:00 am

Cuatro días de turbulencia para Romero Deschamps

El 19 de octubre pasado, con el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa ya en agonía, la sección 34 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) –que tiene su sede en el Distrito Federal– convocó a una asamblea en la en la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de la Ciudad de México en […]

El 19 de octubre pasado, con el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa ya en agonía, la sección 34 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) –que tiene su sede en el Distrito Federal– convocó a una asamblea en la en la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de la Ciudad de México en la que eligió un nuevo dirigente.

Con 71% de la votación de las 36 secciones, Jorge Hernández Lira se encumbró como el líder legítimo y con tal investidura, desde el 2 de enero pasado, los petroleros comunicaron la decisión de la asamblea tanto al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como al titular de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin.

Hernández Lira es, de acuerdo con el documento avalado por la escritura número 74,945 registrada ante el Notario Público 18 del Estado de México, Mauricio Trejo Navarro, el sucesor de Carlos Antonio Romero Deschamps, quien fue electo oficialmente líder del STPRM en 1996, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Antes, desde 1993, el ahora Senador priista había sido encargado del mismo.

Además de informar a los titulares de la Segob y Pemex, el pasado 9 de marzo, representantes de la sección 34 se reunieron con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), César Camacho Quiroz, a quien también le presentaron la documentación de la asamblea registrada ante Notario Público.

El vocero de la sección, Juan José Cedillo, indicó que esa cita el grupo de trabajadores pidió un encuentro con el Presidente Enrique Peña Nieto para pedirle la toma de nota de la elección y es probable que ello ocurra esta misma semana. El plazo para la toma de nota de su elección por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que está a cargo de Alfonso Navarrete Prida, vence el próximo 15 de marzo.

Es decir, a partir de hoy, los próximos cuatro días pueden ser los últimos de Romero Deschamps al frente del sindicatos de la empresa más importante del gobierno mexicano, pues el documento está respaldado por la firma de una mayoría de delegados:

De la sección 3: Manuel Torres García, José Armando Reyes Rodríguez, Aldo César Hernández Aguilar; Víctor Manuel Torres Ollervides y Roberto de Jesús Sandoval Vázquez.

De la 9: Pedro Pizaña Segura, Darío Méndez Rodríguez, José Héctor Bravo Bautista, Víctor Hugo Bravo Bautista y Estanislao Montoya Bustos.

De la 10: Dimas Eloir Meza Estrada, Leonel Olán Magaña, Dimas Meza López, Jorge Omar Romero Juárez y Joel Aragón Cruz.

Con cinco delegados cada una, la lista se expande hacia las secciones 11, 13, 14, 16, 22, 25, 26, 29, 30, 31, 34, 36, 38, 39, 40, 42, 44, 45, 46, 47, 50 y 51.

Hernández Lira ha lanzado un llamado al Presidente Peña Nieto para que se cumpla la ley y la Secretaría del Trabajo emita la toma de nota. De no hacerlo, dijo, el 18 de marzo –en que se conmemora la expropiación petrolera– los trabajadores saldrán a las calles para hacer un reclamo público.

“Aparte de su antigüedad, Romero Deschamps ya no tiene nada qué pelear en el sindicato”, ha dicho Jorge Hernández. Pero, además, según los estatutos 148 y 292 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, el dirigente nacional sólo puede ser reelegido una vez. En 1993, tras la detención de Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, el polémico Carlos Romero Deschamps fue electo por primera vez. Desde entonces, ha sido reelecto y se ha mantenido como dirigente de los petroleros, aun con diversas acusaciones por corrupción y desvío de recursos a cuestas.

La hora cero se acerca para el Senador del PRI quien, encima, ha librado varias  órdenes de aprehensión en su contra:

En 2002, la Procuraduría General de la República (PGR) integró dos averiguaciones previas en su contra por los delitos de peculado simple (expediente PGR/UEDO­/102/2002) y por peculado electoral (055/Fepade/2002), derivado del escándalo conocido como Pemexgate.

El 22 de septiembre de 2003, el juez decimotercero, José Luis Moya Flores, libró una orden de aprehensión en su contra por ambos delitos, pero en octubre el juez segundo de Distrito del Circuito 13, con sede en Oaxaca, Tomás Quiroz, le concedió un amparo provisional.

En octubre de 2004, se abrió una investigación por presunta asociación delictuosa. El expediente se integró derivado de la controversia del convenio 10-275/04, de octubre de 2004, con el cual el entonces director de Petróleos Mexicanos, Raúl Muñoz Leos y Carlos Romero Deschamps transfirieron 8 mil millones de pesos de Pemex al sindicato, al margen del Consejo de Administración de la paraestatal.

Y el más reciente escándalo se reveló en febrero pasado, cuando se informó que Pemex realizó un préstamo de 500 millones de pesos al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana “para la construcción de viviendas”, aunque hasta ahora se desconoce dónde está ese dinero.

Así que el reclamo de la toma de nota del nuevo líder de los trabajadores petroleros no sólo se trata de un asunto de aplicación de la ley y del retiro o jubilación de Romero Deschamps. Es también la oportunidad para que las investigaciones pendientes en su contra sigan el curso que hasta ahora sus relaciones y protectores políticos han impedido consumar.

Cuatro días quedan para conocer el desenlace, cuatro días que seguramente serán de turbulencia para este hombre que llegó a laborar a Pemex a finales de la década de los 70 en el siglo pasado, como “preparador de raya” en Salamanca, Guanajuato, y que ahora, se afirma, es dueño de una fortuna incalculable.

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