SÓNAR: 20 AÑOS DE ARTE Y MÚSICA ELECTRÓNICA

12/05/2012 - 12:00 am

 

Fotos: Sónar

Poco antes de presionar el botón de rec a la grabadora, los de Sónar anuncian que al cartel se une New Order, los mismos que pasaron del postpunk industrial (Joy Division) a ser células madre del rock motorizado, la música de baile, los sencillos de larga duración y demás conceptos de lo que hoy entendemos como música electrónica, electro-pop, acid-rock, etcátera. Si han podido fichar tal acto para este año en el que Sónar celebra su 19ª edición, ¿estamos en condiciones de empezar a fantasear con los artistas que conformarán la alineación de los 20 años de Sónar?

Sónar es acaso el festival de música electrónica más importante del planeta. O el más respetado, tomando en cuenta toda la abundancia de conciertos de música de tres días que actualmente invaden el calendario en distintos países, incluyendo México. Y es que justo ahí radica el prestigio de Sónar, no sólo es música electrónica de baile (hoy día uno de sus principales atractivos), la experimentación sonora y el arte multimedia son parte fundamental de su cartel, tan fuertes como New Order o The Roots.

No por nada surgió como Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia, existe ininterrumpidamente desde 1994 siempre en Barcelona (el diseño del festival está tejido de tal forma que la ciudad catalana juega un papel visual y vivencial relevante) en sedes que van desde museos como el de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), o el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), así como en escenarios especialmente ensamblados para sacudir las caderas al ritmo de las vanguardias hechas con samplers, cajas de ritmos o softwares.

Sin embargo, la sobrevivencia del Sónar no ha sido fácil. En los últimos años España ha tenido que enfrentar una de las crisis económicas más crudas, lo que impacta en cuestiones esenciales como el desempleo (de acuerdo con el Banco de España para marzo de este año el índice se ubicaba en 24%, algo así como 290 mil personas “en paro”). Aunque por otro lado, también España fue el país dónde se germinó el movimiento de los indignados que tuvo una eufórica simpatía, y réplicas, en el resto del globo terráqueo.

Una de las personas que por fortuna aún conserva su empleo es Georgia Taglietti, y su trabajo consiste en viajar por los rincones de España y el mundo, escuchar música la mayor parte del día, ver videos, descubrir nuevos talentos que en algún momento y dependiendo de su calidad, podrían ser parte de las alineaciones que integran el cartel del Sónar. Portavoz y ejecutiva de dirección del festival. Taglietti sostuvo una charla con SinEmbargo.mx sobre los casi 20 años de difundir eso que conocemos como música electrónica.

Por cierto, nos dice que por parte de México los únicos que han estado en el cartel de Sónar a lo largo de sus 19 años es el Colectivo Nortec, a principios de la década pasada, y aprovecha esta entrevista para decirnos que están más que dispuestos a recibir propuestas interesantes hechas en tierras aztecas, escucharlas con atención y quizás considerarlas en la alineación de 2013, cuándo se lleven a cabo los 20 años de Sónar.

–Hoy día Sónar ya no es el único festival de música electrónica y mucho menos el único de música. Y por si esto fuera poco, muchos de estos festivales presentan artistas o bandas que en su propuesta incluyen elementos que, de primera impresión, se piensa que entran en lo electrónico ¿Cómo hacen, o cómo entienden el discurso de música electrónica para armar un cartel que cumpla con los lineamientos, por decirlo de algún modo, del Sónar, y más importante (duro tal vez) mantener su identidad?

–Es una muy buena pregunta tengo que admitir porque a nivel de dirección artística, las fronteras entre el indie y la electrónica hace tiempo que ya son borrosas. Básicamente intentamos que en vez de que sea un crossover, del pop-rock a la electrónica, nosotros fomentamos que el artista invitado sea siempre, de raíz o de corazón al revés, de la electrónica al pop-rock. Es decir, que su base sea electrónica. Lo puedes ver en muchos de las actuaciones de los años anteriores, en donde (sobre todo a nivel musical) por el propio sonido, siempre favorecemos a los artistas que empiezan trabajando en electrónica, trabajan con instrumentos electrónicos, siguen teniendo la parce central de su arte o de la música en elementos electrónicos.

Es verdad que se tiene que complementar dos cosas: la tendencia de mercadotecnia que evidentemente sigue siendo importante a la hora de vender al artista y a la hora de vender el line up, y la tendencia cualitativa del artista porque simplemente lo hemos visto en otros festivales, nos gusta mucho la propuesta, y el tener la posibilidad de que el Sónar pueda ser un paragüas bajo el cual el artista menos conocido o el artista más conocido puedan reconocerse dentro de un label, o lo que ahora mismo en Internet se llamaría un tag, este tag sería el Sónar, y debajo de éste hay una historia entre los cuales entrarían desde New Order a propuestas de Richie Hawtin, volver a proponer situaciones como del tipo de Nicolas Jaar que tuvimos hace tiempo y ahora vuelve como una estrella digamos un poco más importante que cuando estuvo por primera vez. Es muy interesante este fenómeno y lo que nos pasa mucho es que hemos traído a artistas cuando eran underground y al poco tiempo, un par de años, se convierten en más mainstream y ahí es cuando te das cuenta que tenemos ese pequeños ajuste en lo que ha sido tendencia y lo que no ha tenido éxito, con lo que ha sido tendencia y se ha consolidado como artista en todos sus méritos.

–Entiendo lo del ajuste, pero imagino también que deben tener algo así como un filtro que diseccione la propuesta de un artista; es decir, ¿por qué Nicolas Jaar y no Coyote Clean Up? ¿Cómo terminan escogiendo a determinado artista?

–No es fácil, porque si quieres hay un lado muy importante que es la búsqueda y captura, como se llama, es el research que vamos haciendo durante todo el año, a veces durante dos años, hay artistas que hemos conseguido después de dos años y medio porque no los conocemos personalmente, nos habían dicho que tenían una idea pero esa idea no está desarrollada. Hay un proceso curatorial, de asistencia al artista; es decir, el artista te confiesa que quiere hacer un proyecto y estás detrás de él para ver si finalmente lo quiere hacer.

Hay otro proceso donde yo y otras personas encargadas del booking vamos viajando para ver cosas que nos gustan mucho. Gracias a internet evidentemente y plataformas como Soundcloud pues vas un poco escuchando, mirando, leyendo, con tu iPhone buscando que es lo que se escucha y porque se está escuchando y luego, finalmente, el porqué se elige, es una cuestión puramente artística, y meramente curatorial; es como una exposición en dónde el tono, el color, la historia, tienen que tener una coherencia musical y artística clarísima.

Llevamos casi 20 años haciéndola, lo cual es una experiencia difícil de explicar a nivel didáctico, pero creemos que ya tenemos la capacidad de construir un puzzle musical y artístico de lo que es el Sónar. Sobre todo que no cualquiera está preparado para actuar en directo, y a nivel electrónico, entonces lo que si deben de tener es que el artista sea ya maduro como para aguantar una actuación en directo delante de miles de personas, con sonidos, audiovisuales, que tenga una presencia en el escenario. Esto me gusta repetirlo: tu actuación live depende ciento por ciento de tu éxito en el festival, entonces no depende mucho de la música que haces en casa, o lo que has editado, lo que has producido. Es decir, una vez que vienes al festival lo que tienes que demostrar es que eres un artistas al cien por cien.

–¿Qué edición del festival se llevará a cabo este año?

–Este año es la edición número 19 del festival en Barcelona [del 14 al 16 de junio]… Ya casi 20 años del festival.

–¿Cuál es la historia del festival?

–Sónar nace como un discurso específico en 1994, en Barcelona, como punto de reunión de la música electrónica que en ese entonces era un género muy especializado y muy de nicho. En los 90 aquello era muy underground y creció paralelamente junto con el festival. Ahora no sólo se puede definir como un festival de música electrónica, sino un festival dedicado a la cultura electrónica en todas sus facetas incluyendo las de new art como instalaciones, es decir con todo los cross overs  y las contaminaciones que la electrónica ha generado en muchísimos otros géneros y otros campos.

Empezó en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona que está en el Barrio Gótico, al lado de Plaza Cataluña, que aún es la casa del Sónar de día, y es que actualmente Sónar es bicéfalo: hay un Sónar de día y otro de noche. De día siempre ha sido en la casa del Centro de Cultura Contemporánea, posteriormente se expandió en cuanto se construyó el edificio MACBA, Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y aún sigue aconteciendo en estos dos edificios durante el Sónar de día. La sede de noche es a 20 minutos de esta sede y que es la Feria 2 con una capacidad total de 25 mil personas y es dónde acontecen el viernes y el sábado las noches del festival a partir de las nueve de la noche y hasta las cinco de la mañana.

–¿Cómo ha ido creciendo el festival en cuanto a demanda de asistentes?

–Al principio, en 1994, teníamos una asistencia de 7 mil personas y hoy te digo que tenemos una asistencia total de 80 mil personas sobre los tres días y las dos noches.

–¿Cómo explicas el crecimiento a niveles masivos del festival?

–Verás, el crecimiento fue a nivel exponencial, no sólo a nivel de público sino al de una autoridad de marca, por el hecho precisamente de dar en su momento una voz a un género que no tenía casa, no tenía ubicación en festivales. ¿Qué pasó? Que como fuimos de los pioneros en dar cabida a este tipo de propuestas, además de con cierto tipo de notoriedad, evidentemente nos convertimos en un referente, porque siempre hemos trabajado en esa dirección artística. Lo que sí te cuento es que hace poco estuve en una conferencia muy interesante en el que se debatía como la música electrónica y la música de baile, ha conseguido ahora mismo conquistar escenarios y festivales propiamente asociados con rock y pop.

Está claro que la contaminación (lo que en inglés se entiende como crossover) ha sido muy fuerte en los últimos cinco años. Entonces al nacer un cierto tipo de artistas que además permiten que la música tenga mas difusión o más promoción, evidentemente nos permite tener una difusión mayor no sólo a nivel europeo, tendríamos que añadir también el crecimiento de este tipo de música en América, Estados Unidos en donde, el conjunto de la música que surge de estos dos continentes de golpe, nos ha permitido una notoriedad se hace muy alta y muy elevada.

Es una realidad que el mercado estadounidense está dando algo así como una segunda vida a la música de baile, a la música electrónica. Sin embargo, nosotros seguimos siendo un poco los referentes en cuanto a música electrónica que bien vale la pena aclararlo, no sólo es de baile.

–¿En casi 20 años de festival que ha pasado con la música electrónica?

–Hay una cosa muy clara y es que antes la música electrónica era mucho más elitista o minoritaria, cómo se quiera ver, también por el costo de los instrumentos. Y la verdad es que el desarrollo de la música electrónica va paralelo con el de la tecnología musical, propiamente dicho a nivel de soporte, como puede ser el software o el hardware, o a nivel también de programación, las posibilidades de crear música electrónica con tecnología son casi infinitas. Eso ha permitido que sea mucho más accesible el hecho de poder producir en casa y fuera de casa, con amigos y producir a nivel de sampling, a nivel de sonidos, autoproducirse, con lo cual entra no solamente la existencia de los indie labels sino también el hecho de que tu puedas crear tu propio sello discográfico con unos amigos. Eso hace que se democratice de alguna manera el sonido electrónico, y también empiece a ganar terreno al sonido puramente analógico. Ahora lo que ves es que el sonido analógico lo que intenta por proximidad acústica es intentar asemejarse al de lo electrónico, a veces se consigue bien, a veces no, hay fusiones interesantes, y hay otros que, inconfundiblemente, se nota que se hacen por oportunismo comercial; pero realmente no es música electrónica, es oportunismo.

–¿Cómo detectan cuándo algún artista pretende ser oportunista en cuanto a música electrónica?

–Podría planteártelo como cuando un cuadro es falso y otro verdadero. Es decir, cuando eres un curador de arte te das cuenta de cuando se trata de una falsificación. Lo mismo pasa en un festival, sabes cuando un artista te está vendiendo algo falso, y que además el tipo de creación no es auténtico, y lo ves en lo acústico y en lo audiovisual. No hay presencia y eso salta a simple vista. Ahora, también quisiera recalcar que lo bueno y lo malo es complicado; dentro de nuestro criterio hay determinadas músicas que al menos nosotros no consideramos como electrónicos, pero también hay que pensar que la difusión musical aún tiene sus limitaciones de frontera; es decir, que los medios tradicionales no suelen apoyar cierto tipo de creatividad electrónica. Porque seguramente es menos vendible, menos comercial. Y a los medios tradicionales nos les interesa, y nunca las ha interesado, difundir este tipo de música. Lo que sí sabes es que esta música ha encontrado su máxima difusión en su medio más natural y orgánico que es Internet, a través de este medio es donde ha encontrado su verdadera audiencia.

–También en 20 años, además de la evolución de la música electrónica, se han vivido tremendas crisis económicas que, en especial, a España han golpeado de una forma podría decirse trágica. ¿Cómo sobrevive un festival a una crisis de tales magnitudes?

–Es importante mencionar que Sónar es, por decirlo de una manera, una empresa independiente, con todo lo que esto implica. Independiente de dinero. Y he de decir que no sólo ha habido una crisis sino más de una en 20 años y puedo decirte que ya hemos tenido varios trancazos monetarios y laborales. ¿Qué hacer con un festival ante una o varias crisis? Hay que reajustar cierto tipo de expectativa en función de lo que la gente pueda permitirse en sus posibilidades económicas; a nivel de patrocinio, por ejemplo, en donde evidentemente nadie te puede asegurar que sea igual de esplendoroso que otros años. No deja de ser una lucha, y esto muy importante, tienes que saber equilibrar el asunto económico y lo que la gente quiera disfrutar y lo que pueda pagar por ello. La gente no dejará de disfrutar un festival si este sigue trayendo y presentando propuestas donde todos disfrutan al menos durante sólo tres días al año. El bono por los tres días (y noches) de Sónar cuesta 150 euros, dos noches 100 y por día cuesta 39 euros y los conciertos de noche 60, los precios no han variado desde el año pasado por lo mismo.

–Y a pesar de la crisis, Sónar ha trascendido fronteras, ya se llevan a cabo en Sao Paulo y Tokyo. ¿Cómo se llevó a cabo esta expansión?

–Llevamos desde 2002 haciendo eventos fuera de España, ya somos una marca consolidada en términos mercantiles para la música electrónica, al arte new media. Y esto ha llamado la atención de promotores que se nos han acercado para saber si podían trabajar con nosotros para hacer pequeñas o medianas versiones del festival fuera de Barcelona y de España. Así ha pasado desde 2002. Hasta ahora hemos hecho unos 50 eventos fuera de España; este año ya tuvimos un evento en Cape Town en Sudáfrica de tamaño mediando que se llamó “Taste of Sónar”, para 300 personas, y vendrá la de Tokyo y la de Sao Paulo en este mayo.

–¿No se han acercado promotores de México para replicar un Sónar en tierras aztecas?

–Nos interesa muchísimo México y se nos han acercado pero, verás, creo que no hemos encontrado el formato adecuado de montarlo, no es tan sencillo.

–¿Qué impresión tienen de la música electrónica que se hace en México?

–Teníamos contactos con diversos grupos de Guadalajara; sin embargo, no hemos tenido tanta retroalimentación con México a nivel musical como quisiéramos. Quien lea esta entrevista y tengan propuestas o sellos discográficos interesantes, pueden empezar a enviarlas para 2013 y todas serán bienvenidas. Honestamente, propuestas mexicanas para participar en Sónar no tenemos, así que es buen momento para animarse y entrar.

 

La edición 19 del Sónar se llevará a cabo el fin de semana del 14 al 16 de junio en las sedes oficiales en Barcelona, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), edificios que en si mismo ya son una obra de arte por su arquitectura, ideal para relacionarse con nuevos medios electrónicos.

Como se menciona en la entrevista, una de sus principales características (que al mismo tiempo es uno de sus irresistibles agasajos) es presentar un cartel que incluye nombres legendarios como artistas que apenas arrancan, pero prometen ser la sensación en poco tiempo. El olfato de sus organizadores no tiene margen de error, prueba de ello son Nicolas Jaar y anteriormente M.I.A, que inicialmente dieron conciertos en escenarios secundarios y años después regresaron como grandes estrellas al foro principal.

Un abono para asistir a los tres días y dos noches que comprende el festival, cuesta 155 euros, algo así como unos 2 mil 600 pesos, nada mal si consideramos que Paul MacCartney vende boletos VIP en 12 mil pesos tan sólo por verlo a él y sus glorias pasadas, que cada vez son menos. Los precios varían si se compran por separado; por ejemplo: Sónar de noche cuesta 60 euros cada uno y de día 39 euros. También hay un abono de dos noches por 100 euros. A esto habría que agregar boletos de avión, hospedaje y alimentos para los extranjeros. Algo caro.

Sin duda el plato principal de este año será New Order, pero también hay muchas más propuestas que vale la pena echarles un ojo.

Aquí les presentamos algunas de ellas, ya sea como un premio de consolación para los que pasaremos el verano entre campañas presidenciales. O bien puede servir para motivar a ahorrar, volar y escaparse de tanta promesa de cambio y darse una vuelta por el Sónar 2012, escuchar buena electrónica y ver arte hecho con lo último en tecnología.

New Order

Tras el suicidio de Ian Curtis (a estas alturas de la historia es más que sabida la forma en que sucedió), el resto de Joy Division decidió superar su muerte superándose a ellos mismos, musicalmente hablando. Bastó un disco para que el cuarteto se alejara de ese sonido oscuro, frío e industrial de Joy Division y le dieran la vuelta al acetato para generar música un tanto más pop, bailable, electrónico, dance, y dejar todo ese tufo sombrío. La historia de este grupo que se reinventó bajo el nombre de “El nuevo orden”, ha sido seminal e influyente no sólo en la electrónica, sino también en el rock con todas sus variantes. Se presentarán en Sónar sin la presencia de Peter Hook y su inconfundible bajo, ya que tuvieron serios y al parecer irreconciliables discusiones, después de que Hook sacara un ep con supuestos tracks que nunca terminó de componer Ian Curtis.

The Roots

Desde mediados de los 90, este grupo surgido de las entrañas urbanas de Filadelfia viene haciendo un hip hop más exquisito que pandillero, con cada álbum que editan ganan más adeptos y respeto, consecuencia en gran medida a la calidad de letras que rapean, narraciones literarias de una belleza desesperanzadora que no caen en lo grotesco, ni esos lugares comunes del hip hop como un machismo desenfrenado o violencia de más, a lo que hay que agregar un estilizado sampleo. En su carrera cuentan ya con 11 discos siendo “Undun” el último trabajo que lanzaron a finales de 2011 editado por Def Jam. Los de HIPHOPDX lo definen como “un álbum no apto para los débiles de corazón, ni para el aficionado al hip hop unidimensional”.

Amon Tobin presenta: Isam Live

Quizás el gran botón de muestra que materializa la filosofía electrónica del Sónar: música, baile y arte. Amon Tobin, productor brasileño, llevará a cabo su performance Isam, que consiste en la construcción, en vivo, de una monumental escultura virtual, en la que el propio Tobin escala y se introduce para desde ahí manipular el espectáculo. Lo lleva a cabo en colaboración diversos estudios de arte digital como Blasthaus, V Sqaured Lab Studio,y Vitamotus. El discurso, según Tobin, es reflexionar sobre el punto al que hemos llegado en que la tecnología ya es parte de nuestra de vida biológica. La ciencia ficción ya es una realidad cotidiana. De acuerdo con los directivos de Sónar, Isam es uno de los espectáculos más codiciados.

Die Antwoord

Si existiera la etiqueta punk-rave/hip hop, el trío de Die Antwoord amalgaría a la perfección, serían sus máximos sus representantes. Originarios de Cape Town, Sudáfrica, la propuesta destilada de los cerebros de DJ Hi-Tek,  Ninja, y Yo-Landi Vi$$er, son de esos casos que o generan elogios desproporcionados, o bien el repudio se vuelca hacia ellos con espumosa rabia. Suficiente para generar tal morbo que obliga a verlos en vivo. Son más sarcásticos que un capítulo de Family Guy, incorrectos y perturbadores, críticos de la sociedad actual sudafricana, algo así como una reencarnación futurista de Jello Biafra.

Lana del Rey

La polémica se hace presente en Sónar. Lana del Rey fue una suerte de chica prodigio durante algunos meses del año pasado, cuando en Internet y otros medios circuló un encantador sencillo con un aún más producido video musical, la canción: Video Games; creían que una nueva Cat Power, más etérea y con tintes electrónicos, había llegado al círculo de la música indie. Incluso se arriesgaron a etiquetarla como una Nancy Sinatra en versión gángster. ¡Oh sorpresa! Tras una desastrosa presentación dentro de Saturday Night Live, se dieron que cuenta que Lana del Rey no era más que Elizabeth Woolridge Grant, ex modelo que pareciera que un día se despertó con la locochona idea de ser cantante indie, poco afinada, sin carisma. Un claro ejemplo de cómo hoy día lo indie es tan económicamente pre-fabricable como Miley Cirus. Para muchos Lana del Rey es una farsa, pero otros creen que en verdad posee talento. Habrá que ir a Sónar para averiguarlo.

Nina Kraviz

No sólo en Sónar tienen olfato para la tendencia en las tornamesas. Ya en un ranking publicado aquí en SinEmbargo.mx hace unos meses sobre los 10 djs a los que había que seguirles la pista en 2012, mencionábamos a esta guapa chica de origen ruso y su tremenda habilidad para reinventar un potente house desde sus tornamesas. Las secuencias que es capaz de reproducir son tan sexys como la forma en la que pincha el acetato y da caladas a su cigarro al mismo tiempo. La fiesta en Sónar está asegurada.

Two Bears

En México sobra decir quienes son Hot Chip, adorados por diseñadores gráficos hipsters, pero probablemente muy pocos ubiquen a Two Bears. Se trata del proyecto paralelo de uno de los integrantes del Chip Caliente, Joe Goddard en colaboración con Raf Rundell. Su nombre hace una explícita referencia a la subcultura gay de los Bears u Osos, como se denominan a los hombres robustos con pinta de leñador. También su música es una especie de homenaje a la escena dance gay de finales los ochenta con toques de ese electro-pop característico de Hot Chip. Después de andar causando sensación en Inglaterra con una serie de sencillos, recién acaban de sacar su primer álbum Be Strong, diversidad sexual para machos.

100 % Silk presenta: Maria Minerva y LA Vampires

Muchas disqueras que se jactan de ser indies terminarían pareciéndose a Universal Music en comparación con las propuestas que actualmente está lanzando 100% Silk proveniente de Los Ángeles, y que viene a ser una suerte de subsidiaria del sello Not Not Fun. Casi toda la música que edita 100% Silk se vende en casettes de manufactura casera, y se especializan en fichar artistas (Como María Minerva, LA Vampires, ITAL, Magic Touch entre otros) que producen algo así como música bailable experimental, house lo-fi de bajo presupuesto e ingenio reciclado. Además de que sus conciertos suelen ser espectáculos de disco-cabaret-vintage eróticos con una estética como salida de un pervertido VHS. Ya son considerados toda una disquera de culto.

John Talabot

Profeta de su propia tierra, el orgullo de Barcelona. Puede ser que los catalanes de origen esperen con más ansias el espectáculo de su paisano que, digamos, James Murphy, otrora líder de los LCD Soundsystem. Talabot se volvió el consentido de la crítica especializada desde que su producción fIN, salió al mercado a principios de este año, un álbum que a primeras oídas sonaría house, pero de complejidades que rayan en atmósferas oscuras, un poco tenebrosas, irresistible al baile, eso sí.

Supersilent feat. John Paul Jones

En el espíritu más puro de Sónar, no todo podría reducirse a música electrónica pop, bailable y accesible. El arte y la experimentación sonora de grueso calibre se hará presente con el recital de Supersilent, banda noruega de improvisación jazz-noise, quienes estará acompañados por John Paul Jones, quien fuera nada más y nada menos guitarrista del grupo inglés que se hizo llamar Led Zepellin. En conjunto son capaces de inventar enormes capas de ruidos anti-melódicos que hipnotizan, envuelven y atrapan.

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