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Rubén Martín

12/08/2018 - 12:00 am

Elba Esther: “merezco penthouse”

Elba Esther Gordillo Morales no debió salir de la cárcel, nunca debió de ser exonerada. Fue liberada por las mismas razones que fue encarcelada: por razones políticas, por las transacciones corruptas y acuerdos cupulares.

La justicia es una ficción. Foto: Cuartoscuro.

Elba Esther Gordillo Morales no debió salir de la cárcel, nunca debió de ser exonerada. Fue liberada por las mismas razones que fue encarcelada: por razones políticas, por las transacciones corruptas y acuerdos cupulares.

En el año 2003, en la cúspide de su poder, exhibiendo su riqueza sin pudor, Elba Esther Gordillo Morales fue seguida durante todo un día por un reportero de TV Azteca. Era año de elecciones intermedias y Elba Esther Gordillo estaba al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y era además secretaria General del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En el contexto de las elecciones TV Azteca transmitía un programa en el que seguía a un político a la largo de un día.

El programa con Elba Esther comenzó en el penthouse de la maestra Gordillo en Polanco, Ciudad de México. Las cámaras de la televisora y del reportero Vicente Gálvez filmaron a la maestra mientras hacia ejercicio en su caminadora, en su recámara, en su largo vestidor con metros de zapatos, guardarropa y bolsas de marca, en su sala de estar, su estudio y el balcón del penthouse.

En un amplio ventanal, Elba Esther Gordillo le presumía a su entrevistador que su penthouse “realmente tiene una bonita vista” y luego justificaba así su riqueza: “Bueno, yo creo que no vivo mal. Yo creo que vivo bastante confortable, que hay millones y millones de gente que no tienen los mínimos. Estoy bien consciente. Pero, a mí se me hace un poco, con todo respeto, injusto y a veces digo demagógico el que no se den cuenta de que uno trabaja duro, en verdad la responsabilidad, el nivel de toma de decisiones, el desgaste físico, requiere confort (…) Pero yo pienso que es un sitio producto de esfuerzo, pueden decir lo que gusten pero soy una mujer, deveras, muy trabajadora, entonces… creo que una manera de combatir la corrupción va a ser precisamente el que cada quien cobre, gane lo que sus responsabilidades le exigen que no se simulen cosas, ¿no? Yo no las simulo, por eso qué bueno que están ustedes aquí y no se permitan especulaciones que no son reales”.

En otras palabras, Elba Esther Gordillo parece decir: por ser quien soy merezco este penthouse de lujo. Es un mantra parecido al que repetía Karime Macías, esposa del ex gobernador de Veracruz: “merezco abundancia, merezco abundancia”.

La entrevista de la maestra muestra sin ocultamientos el lujo en la que vivía, y al mismo tiempo permite asomarse al pensamiento de la élite que controla el poder político y económico de México: sus “responsabilidades” requieren que vivan rodeados de “confort”, les justifica que tengan una vida de riqueza, rodeados de sirvientes. Obviamente, esa vida de lujo y ostentación debe ser pagada de alguna manera, y en muchos casos esa riqueza no se explica por los ingresos que reciben, es decir, es riqueza inexplicable.

Es el caso de la maestra Gordillo. En una entrevista que le concedió a Carlos Loret de Mola en 2008, ella declaró que tenía un sueldo mensual de entre 18,000 a 20,000 pesos. Y se justificaba, otra vez: “Si me quiere usted decir que estoy entre los privilegiados de México, entre los ricos, ricos, no es cierto. Me gusta verme bastante bien y eso no es un delito”. Esos ingresos declarados, no le servían siquiera para pagar los salarios a la servidumbre que la atendía en el penthouse.

De modo que el ostentoso nivel de vida que llevaba la maestra Gordillo antes de ser detenida el 23 de febrero de 2013, se financiaba con ingresos que no podía comprobar.

Eso lo sabían los gobiernos anteriores, y lo sabía el gobierno de Enrique Peña Nieto que armó un expediente judicial contra la maestra Gordillo justamente por delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

El día que fue detenida, el entonces procurador de la república, Jesús Murillo Karam presentó la evidencia reunida por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y por la Procuraduría General de la República (PGR) en la que aseguraron que la maestra tejió una red mediante la cual desvió al menos 2,600 millones de pesos de trabajadores de la educación. En total, se dijo entonces, el SNTE manejaba 81 cuentas, de las cuales  la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP analizó dos donde se confirmó el uso de 1,978 millones de pesos en cuentas operadas por tres colaboradores de la maestra Gordillo.

El entonces procurador implicó a tres personas en esta red de triangulación de cuotas sindicales a favor de Elba Esther: Nora Guadalupe Ugarte Ramírez, Isaías Gallardo Chávez y José Manuel Díaz Flores.

Los dos primeros se dedicaban a pagar los lujos de la maestra: desde el pago de dos millones de dólares a la tienda de lujo Neiman Marcus en Estados Unidos, hasta el pago de pilotos y reparación de aeronaves privadas en las que se movía Gordillo.

Gordillo se daba una vida de lujo y ostentación sin recato y, al parecer, sin ninguna preocupación. En 2014, Gerardo Reyes de Univisión presentó un reportaje donde entrevistaron a una dependienta de la tienda Neiman Marcus: “La señora Gordillo compraba todo y lo que en el momento le gustara. Al menos que llegaran productos de edición limitada que los cargábamos a su cuenta de Neiman Marcus y ya luego cuando ella iba a nuestro departamento, recogía las cosas. en la tienda de Neiman Marcus, todos los meses iba. Se gastaba de 5,000 a 10,000 dólares”.

En ese mismo reportaje dos agentes de bienes raíces de San Diego revelaron los costos de las residencias que Gordillo tenía en Isla Coronado. Una propiedad que estaba remodelando tenía un costo de entre 4 y 7 millones de dólares, dijo Herlinda Ryan-Sandoval, mientras que otra residencia que ocupaba tenía un valor de 4.7 mdd, la cual fue comprada por la madre de Gordillo, la señora Zoila Estela Morales Ochoa a través de la empresa TTS, que a su vez recibía recursos triangulados a través de las cuentas del SNTE, manejadas por operadores de la dirigente magisterial.

El nivel de vida ostentoso y dispendioso de Gordillo era conocido desde hace tiempo. El reportero de la revista Proceso, José Gil Olmos, le dijo a Gerardo Reyes de Univisión que tenía el registro de al menos 61 propiedades a nombre de Elba Esther Gordillo y su familia a partir de 1982 que incluía residencias, departamentos, oficinas, casas en México, San Diego, y París. El mismo Gerardo Reyes confirmó, a su vez, la compra de un departamento en Miami en el año 2011.

Alberto Aguirre, otro periodista que investigó a la dirigente del SNTE, encontró que Elba Esther Gordillo tenia al menos 16 inmuebles, algunos en las Lomas de Chapultepec, Polanco, Paseo de la Reforma y el estado de Morelos. Una residencia en Green Turtle Village, en La Jolla, California, estaba valuada en 1.7 millones de dólares. Compraba ropa y bolsas de marca como Gucci, Louis Vuitton, Christian Dior, Chanel y Prada, y llegó a adquirir un anillo por 350,000 dólares en Neiman Marcus.

Además de las ropas y joyería de marca, la maestra Gordillo se hizo coleccionista de arte. La PGR le encontró obras de Diego Rivera, Francisco Toledo, Fernando Botero y María Izquierdo.

Todo esto lo sabía el gobierno de Peña Nieto y al presentarse el caso, afirmaron que tenían evidencias sólidas de este desvío masivo de recursos del SNTE a cuentas que fueron usadas para uso personal de la entonces dirigente magisterial.

¿Entones por qué está libre? Gordillo fue liberada por la misma razón que fue detenida: por motivos políticos.

Y detenida, es un decir. De los cinco años y casi seis meses que estaba en supuesta reclusión, Elba Esther Gordillo apenas pasó cuatro días tras las rejas, según publicó Nación 321. El resto del tiempo lo pasó en hospitales públicos y privados. De hecho, en los hospitales llevaba una vida relajada y de privilegios. Contaba con un médico y con un cocinero cotidianamente, según narró Arturo Cano (La Jornada, 10 agosto 2018).

Solamente las evidencias de un nivel de vida que no podía costear con sus ingresos declarados (Murillo Karam dijo que la maestra declaró al fisco ingresos por apenas de 1.1 millones de pesos entre 2009 y 2012), serían suficientes para mantenerla encarcelada. A los delitos patrimoniales, deberían sumarse los delitos de orden político. Desde que fue impuesta por Carlos Salinas de Gortari en abril de 1989, en lugar del otro cacique sindical Carlos Jonguitud Barrios, corrientes disidentes magisteriales acusaron a la maestra Gordillo de ejercer un control férreo y antidemocrático del SNTE e incluso la persecución de opositores.

La liberación de Elba Esther Gordillo confirma la simulación de justicia y el imperio de la impunidad en México. Su detención no fue parte de una cruzada contra la corrupción, como se dijo durante su detención en febrero de 2013. Si así fuera, no sólo Gordillo sino una al menos una docena más de dirigentes sindicales corruptos deberían estar encarcelados, junto a cientos de políticos corruptos. Pero la justicia es una ficción en México, es una quimera. Lo que impera es la impunidad, las transacciones entre corruptos, los acuerdos cupulares y los pactos mafiosos-políticos.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]

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