El desastre humanitario que asuela al país del Bravo al Suchiate, es el resultado esperado por la partida de canallas apátridas que se apoderaron de las instituciones, y cuyo génesis data de los años ochenta del pasado siglo.
Estos apátridas, algunos son viejos empresarios y políticos adoctrinados en universidades del extranjero o en instituciones locales influidas o subordinadas al exterior, otros, los más; son sus cachorros que han dado muestras fehacientes de su deslealtad y avaricia.
Este clan de canallas, abrevo en estas instituciones los dogmatismos del neoliberalismo, y como de pendejos no tienen un pelo, los han utilizado como la herramienta ideal para enajenar con toda impunidad los recursos de la nación.
La desolación provocada en la nación por el darwinismo social que trae consigo el capitalismo salvaje que han implantado, les vale una chingada, pues para que funcione la sociedad con sus fundamentos neoliberales, esta requiere deshacerse de buena parte de la población.
Por ello; no es exagerado aseverar que la forma en la que han ejercido el poder estos canallas los últimos cuarenta años es algo que en algunos países de centro américa han definido como “SICARIATO”, (el poder ejercido por asesinos a sueldo) al servicio de las oligarquías local y extranjera.
Sicarios no son sólo los criminales que asesinan, desmiembran, sepultan o simplemente desaparecen a sus víctimas, sicarios también son los funcionarios que estando al frente de las secretarías de estado asumieron y promovieron las ignominiosas “reformas” que les fueron impuestas por los globales criminales carteles financieros, teniendo pleno conocimiento que los únicos beneficiados son sus amos los oligarcas nacionales y extranjeros y ellos como rémoras obtendrán pingues recompensas ; sicarios también son los diputados y senadores que aprobaron en los lupanares legislativos las criminales modificaciones, y finalmente también son sicarios los leguleyos que se hacen llamar ¿ magistrados? De la suprema cortesana porque interpretando mañosamente las leyes arropan y propician la impunidad de sus cómplices del ejecutivo y legislativo.