Ciudad de México, 6 de enero (SinEmbargo).– El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, manifestó su preocupación por la situación de inseguridad que se vive en México y por hechos como la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, ocurrida hace más de tres meses.
Luego de un encuentro de una hora en la Casa Blanca, ambos mandatarios dieron una conferencia conjunta en la que Barack Obama reiteró su apoyo a México en materia de combate al los cárteles del narcotráfico, en la cooperación en temas de migración y la aplicación de las reformas estructurales.
"En materia de seguridad hemos seguido con preocupación los hechos trágicos de los estudiantes. El Presidente [Peña Nieto] habló de su estrategia y nosotros queremos apoyar esas medidas para apoyar el flagelo", señaló el mandatario estadounidense en su mensaje a medios.
Obama reiteró su ofrecimiento de ayuda a México para combatir el crimen organizado, sin embargo aclaró que será el pueblo mexicano quien tome la decisión sobre este apoyo y resuelva a través de la justicia este tema.
En diciembre pasado, el gobierno de Obama ya había ofrecido a México su colaboración para investigar la desaparición de los estudiantes.
“Esto será investigado [el caso Iguala]. Hemos ofrecido asistencia para dar exactamente con lo que pasó, nuestras capacidades forenses, para llegar al fondo”, manifestó Obama en una entrevista concedida a la cadena latina Telemundo.
Por su parte, Peña Nieto afirmó que el "claro reto" que tiene su país actualmente es "combatir con mayor eficacia y contundencia al crimen organizado".
Afirmó que México,por su parte, trabajará en el tema migratorio en su frontera sur.
LAS PROTESTAS
Mientras Obama y Peña Nieto estaban reunidos en el Despacho Oval, cerca de medio centenar de manifestantes se concentraron ante la Casa Blanca para protestar contra el Presidente mexicano y exigir respuestas ante la desaparición de los estudiantes.
Desde ayer, grupos de activistas entregaron cartas a senadoras para que pidieran la cancelación de la ayuda militar a México, incluso la organización internacional Human Rights Watch hizo la misma petición al gobierno de Obama y exigió la cancelación de los recursos de la Iniciativa Mérida ante la falta de resultados por parte de México en el tema de combate a los cárteles de la droga.
“¿Quiénes son Ayotzinapa? Todos somos Ayotzinapa”, “¡Vivos se los llevaron, vivamos los queremos!”, “¡No eres bienvenido Peña Nieto!” y “¡Ayotzinapa vive y vive, la lucha sigue y sigue!”, son algunas de las consignas que gritaron los manifestantes afuera de la Casa Blanca.
También un grupo de ciudadanos de Nueva York salió a primera hora de este día para viajar con rumbo a Washington para protestar en contra del mandatario.
En Chicago, a primera hora cerraron el Consulado y ofrecen información sobre la Iniciativa Mérida, tratado firmado entre Estados Unidos, México y algunos países de Centroamérica para combatir el narcotráfico. También hablan del corporativo G4S, una empresa de seguridad privada utilizada por el consulado mexicano y las formas en que los consulados violan rutinariamente las leyes y tratados internacionales por medio del uso de la actuación policial, la intimidación y el maltrato a los ciudadanos mexicanos en el exterior.
Y finalmente de los “ataques contra los estudiantes de Ayotzinapa y la farsa de investigación que lleva acabo la Procuraduría General de la República (PGR); presos políticos en México y la represión contra los movimientos sociales”.
El Presidente de México Enrique Peña Nieto llegó este martes en punto de las 11:00 horas a la Casa Blanca. A bordo de una camioneta negra blindada, Peña Nieto entró por el acceso principal de vehículos de la residencia oficial, escoltado por una guardia de honor integrada por los cinco cuerpos de las Fuerzas Armadas.
En la puerta de la casona de la Avenida Pennsylvania 1600, lo recibió Peter Selfridge, jefe de Protocolo de Estados Unidos, quien lo condujo a la Oficina Oval donde despacha el Presidente Barak Obama.
El Presidente Peña estaba acompañado por el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Aurelio Nuño Meyer.
PEÑA NIETO CIERRA SU VISITA HONRANDO A LOS SOLDADOS CAÍDOS DE EU
El Presidente Peña Nieto concluyó hoy su visita oficial a Washington honrando con flores en un solemne acto en el cementerio nacional de Arlington a los soldados de Estados Unidos caídos en combate.
El mandatario, tras reunirse con su homólogo estadounidense, Barack Obama, se trasladó al cementerio de Arlington, situado sobre una colina frente a la ciudad de Washington, a orillas del río Potomac en Arlington (Virginia), y en el que yacen más de 400,000 soldados estadounidenses y sus familias.
Las 252 hectáreas del cementerio también acogen diversos memoriales y tumbas como la del presidente John Fitzgerald Kennedy, que descansa junto a sus hermanos Edward y Bob Kennedy y donde arde desde hace 50 años la conocida "Llama eterna".
El sonido de los cañones anunció la llegada de Peña Nieto, que fue recibido por el comandante mayor del distrito de Washington, Jeffrey S.Buchanan, y por decenas de militares estadounidenses que flanqueaban la escalinata que conduce a la tumba del soldado desconocido.
Hasta allí subieron Peña Nieto y Buchanan seguidos por la delegación que forma parte de la visita del presidente a Washington y que estaba encabezada por tres soldados que sostenían la bandera mexicana.
Peña Nieto depositó a los pies de la sarcófago blanco de mármol una corona de flores y escuchó en solemne quietud el toque de silencio de una trompeta, sintonía tradicional en honores militares y cuyo origen se remonta a la Guerra Civil estadounidense (1861-1865).
Posteriormente, visitó el memorial que se encuentra tras la tumba y que es uno de los lugares principales para honrar a los militares estadounidenses fallecidos en acto de servicio.
Tras unos minutos dentro, Peña Nieto salió y saludó la bandera mexicana y luego abordó un vehículo negro para partir de regreso a su país.
El sonido de cañones despidió al presidente, que con la ofrenda floral cerró su visita a Washington.
El simbólico camposanto de Arlington fue inaugurado y establecido como cementerio nacional en 1864, durante la guerra civil estadounidense, aunque la tumba del soldado desconocido fue construida después de la Primera Guerra Mundial.
Tres estatuas que representan la paz, la victoria y el valor custodian la tumba blanca del soldado desconocido, marcada por las palabras: "Aquí descansa en honor y gloria un soldado estadounidense conocido solo por Dios".
Antes de este acto, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, mantuvo un encuentro hoy con su homólogo estadounidense, Barack Obama, en el que admitió que un "claro reto" para su país es combatir más eficazmente al crimen organizado.