Por Noelia Román
Madrid/Barcelona, 31 ene (dpa) - Ante el reto de defender el liderato de la Liga española sin Cristiano Ronaldo, el Real Madrid superó hoy la prueba con un 4-1 ante la Real Sociedad, un rival que resultó ser tan inofensivo como horas más tarde el Eibar frente al Atlético de Madrid, que se reanimó con un 3-1 en una cancha en estado penoso.
Los triunfos de Real Madrid y Atlético apretaron la lucha por la segunda posición del torneo español, en posesión aún del Barcelona, que mañana recibe al combativo Villarreal sabedor de que los rojiblancos ya le empataron a 47 puntos y de que el equipo dirigido por Carlo Ancelotti evitó el pinchazo una jornada más.
Quizá algún azulgrana se hizo ilusiones cuando la Real Sociedad se adelantó al Real Madrid en el primer minuto de partido. Pero fueron vanas. El sueño de la Real Sociedad fue tan efímero como la nieve que cayó sobre el gélido Bernabéu, pero provocó cierto enojo en Ancelotti, cansado ya de que su equipo salte a la cancha sin la suficiente concentración.
"En la primera parte, como ya pasó otras veces, no empezamos bien, encajamos un gol y eso lo tenemos que mejorar", avisó el técnico italiano del Real Madrid, pese a lo bien que se corrigieron sus futbolistas tras recibir el tanto.
Al son que siempre marcó el español Isco desde el centro del campo, los blancos se sobrepusieron al rabioso frío y al testarazo inicial de Aritz Elustondo con autoridad y minutos de brillante fútbol.
La reacción del Real Madrid fue tan inmediata que ni siquiera el sancionado Cristiano Ronaldo, acompañado desde el palco por su hijo, tuvo tiempo a dudar.
El colombiano James Rodríguez igualó el duelo al minuto siguiente; Sergio Ramos le dio la delantera a los de Ancelotti en el 36 y el francés Karim Benzema redondeó su gran actuación y el marcador con los dos últimos tantos.
Más allá de los cuatro goles, se exhibió Isco en la dirección; compensó el galés Gareth Bale su ansia goleadora con un puñado de generosas asistencias en la segunda parte, y se reafirmó Benzema como un imprescindible para este Real Madrid, que el próximo miércoles recuperará ante el Sevilla el partido de Liga aplazado por el Mundial de clubes.
"Puede ser que dé descanso a alguno. Tenemos un partido muy importante porque nos da la oportunidad de tener el Barcelona y el Atlético a distancia, necesitamos un equipo fresco", reconoció Ancelotti, consciente de que el derbi ante el Atlético, el próximo fin de semana, exigirá al máximo a sus jugadores.
El duelo de hoy frente a la Real Sociedad continuó mucho más plácido de lo que se inició, sobre todo después de que el equipo dirigido por el galés David Moyes perdiera a Carlos Vela, al cuarto de hora de partido. El mexicano, principal referente ofensivo de los vascos, fue sustituido por problemas en el menisco de la rodilla derecha.
Sin Vela, la Real Sociedad reculó y el Real Madrid, con cuatro centrocampistas e Isco llevando la manija de manera magistral, se adueñó del balón e inició el acoso a la portería defendida por el argentino Gerónimo Rulli, que nada pudo hacer ante el implacable derechazo de Sergio Ramos pasada la media hora.
Todo fue coser y cantar para el Real Madrid a partir de entonces, aunque los dos goles del Benzema llegaran ya en el segundo acto.
"Karim (Benzema) tiene un remate fantástico en todas las posiciones del campo, ayuda al equipo en el juego de ataque y se mueve muy bien en todas las posiciones", destacó Ancelotti, después de que el delantero galo pusiera la guinda a su gran partido con un fabuloso derechazo con rosca que limpió la escuadra de Rulli.
Con los tres puntos, el Real Madrid se afianzó en la primera posición de la Liga con 51 puntos, pero no intimidó al Atlético que, con un perfecto ejercicio de practicidad, fulminó al Eibar por 3-1 y se recuperó de su eliminación de la Copa del rey.
No pudo mostrar mayor efectividad el equipo de Simeone que, pese a que no contó con el lesionado Arda Turan -al turco se le diagnosticó una contractura muscular en el bíceps femoral del muslo izquierdo-, marcó en tres de las cuatro ocasiones que tuvo en la primera parte.
La fuerte lluvia convirtió el estadio de Ipurua en un barrizal que puso en duda la disputa del partido, pero al Atlético le bastaron 25 minutos para sacarlo adelante con la mayor solvencia.
En estado de gracia, el francés Antoine Griezmann abrió el marcador a los seis minutos de juego y el croata Mario Mandzukic lo aseguró antes de la media hora anotando dos tantos en un par de minutos.
"Hicimos muy buen partido, sobre todo desde la interpretación y la voracidad con la que arrancamos el partido", celebró Simeone.
"Tuvimos muy claro por dónde atacar: buscábamos dejar a Griezmann siempre donde el campo estaba bien para que, con su velocidad y su uno contra uno, pudiera lastimar", explicó el técnico argentino.
El hasta ahora sorprendente Eibar estuvo lejos de parecerse al equipo que ocupa la octava posición de la Liga española. Y sólo los tres cambios que Garitano hizo ya al descanso, la menor mordiente del Atlético en el segundo acto y el gol del honor convertido por el italiano Federico Piovaccari en los últimos minutos le salvaron de una derrota más dolorosa.
Recompuesto tras el descalabro ante el Barcelona, el Atlético sumó los mismos puntos que el Real Madrid, empató con los azulgrana en la segunda posición y obligó al equipo dirigido por Luis Enrique a superar mañana al Villarreal en el Camp Nou para seguir dejando la Liga tal y como estaba al inicio de la vigésimo primera fecha.
En otro partido, el Granada alivió sus tremendas urgencias al superar al Elche por 1-0 y escapar de los puestos de descenso.
Después de acumular 16 partidos sin ganar, el gol del colombiano John Córdoba en el minuto 56 supuso tres puntos vitales para el equipo dirigido por Abel Resino que, a la espera de otros resultados, ascendió al décimo séptimo lugar.
En el último duelo del día, el Celta truncó su nefasta racha de diez partidos sin ganar al imponerse al Córdoba por 1-0 con un gran tanto del español Nolito.
El conjunto gallego pudo, no obstante, perder dos puntos cuando, en el minuto 80, el árbitro cambió varias veces de opinión sobre una acción que llegó a señalar como penal.
La indecisión del colegiado exaltó a todos los jugadores y también a Eduardo Berrizo, el técnico argentino del Celta, que se jugaba el cargo y acabó expulsado.