Ciudad de México, 6 de marzo (SinEmbargo).– México es el ejemplo más “sombrío y terrible” de cómo las grandes compañías de alimentos están “infiltrando” los canales de distribución de alimentos tradicionales para sustituirlos por comida chatarra, advierte el estudio “Libre Comercio y la Epidemia de la Comida Basura en México”, elaborado por el Centro para la Investigación de la Globalización, una organización independiente con base en Canadá.
A las empresas que venden alimento de alto riesgo para la salud, muchas de ellas nacionales, suelen ser calificadas como "el cártel de la chatarra" por las organizaciones civiles y de defensa al consumidor.
El análisis destaca que estas corporaciones actúan a menudo con el apoyo de los gobiernos para hacer que sus alimentos “procesados baratos” lleguen al mayor número de consumidores, generalmente, las personas más pobres. El centro también menciona a los tratados comerciales como una puerta a través de la cual han ingresado al país más productos chatarra, principalmente bebidas azucaradas, golosinas y comida rápida.
“En México, la pobreza, el hambre, la obesidad y las enfermedades van de la mano. Los mexicanos no sólo están luchando para pagar lo suficiente para comer sino que los alimentos que consumen no son los adecuados”, dijo la investigación.
A raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, hace 20 años, se registró en el país un aumento inmediato de la inversión directa de EU en el sector de alimentos procesados. En 1999 "las empresas estadounidenses invirtieron 5 mil 300 millones de dólares en la industria de procesamiento de alimentos de México, 25 veces más que lo que se había registrado en 1987 y más del doble de los 2 mil 300 millones registrados un año antes de la firma del TLC", refirió la experta en temas de salud, Corinna Hawkes, quien agregó que entre 1995 y 2003 la venta de alimentos procesados en el país creció a un nivel de 10.5 por ciento al año.
Las ventas de productos de panadería, lácteos, aperitivos y comida chatarra aumentaron más rápidamente que cualquier otra categoría, especialmente los refrescos, cuyo consumo pasó de 275 mililitros por persona a 15 mil 402 mililitros al año.
“México es ahora uno de los diez mayores productores de alimentos procesados en el mundo, y todas las grandes corporaciones transnacionales de alimentos procesados, tales como PepsiCo, Nestlé, Unilever y Danone, han ampliado sus operaciones de manera importante…Estas empresas están haciendo mucho dinero”, advierte el documento.
La investigación plantea que las ventas totales de alimentos procesados en el país en 2012 fueron de 124 mil millones de dólares, lo que representó para las corporaciones de alimentos procesados ganancia superiores a los 28 mil millones de dólares, 46.6 por ciento más que en Brasil, la economía más grande de América Latina.
LAS VENTAJAS COMERCIALES
En su momento, el semanario inglés The Economist señaló que México era un paraíso para las empresas de procesamiento de alimentos, no sólo por los bajos costos -que equivalen a un ahorro del 14.1 por ciento en comparación con los costos que tendrían en Estados Unidos- sino también por ventajas competitivas tales como una "red de acuerdos comerciales que permiten el acceso a grandes mercados, como la Unión Europea, con preferencias arancelarias”.
De acuerdo con Corinna Hawkes, el TLCAN impulsó "el comercio de alimentos, la inversión directa su elaboración y un cambio en la estructura comercial (sobre todo la llegada de los supermercados y tiendas de conveniencia); el surgimiento de empresas transnacionales de la alimentación mundial y la agroindustria y la profundización de la publicidad alimentaria mundial”.
LOS DUEÑOS DEL MERCADO
De acuerdo con el análisis, una de las razones por las que las grandes corporaciones de alimentos son tan seguras de su capacidad para aumentar las ventas a pesar del nuevo impuesto, es el alto nivel de control que ejercen sobre la distribución de alimentos, el que adquirieron luego de la entrada de México al libre mercado.
El documento señala que con el TLC los supermercados y tiendas de conveniencia pasaron de 700 en 1997 a más de 5 mil 729 en el año 2005.
“Las empresas de alimentos comenzaron colonizando las redes de distribución de alimentos de los vendedores a pequeña escala, conocidas las tiendas de la esquina. Hay unas 400 mil tiendas, estanquillos o misceláneas locales en México, tiendas de menos de 10 metros cuadrados que llevan una variedad limitada de productos y están equipadas con una cantidad limitada de refrigeración e inventario”, agrega.
"Estas tiendas han demostrado ser fundamentales para la ‘difusión’ de la comida chatarra; ellos son el medio por el cual las transnacionales y empresas nacionales de alimentos venden y promocionan sus alimentos a las poblaciones más pobres en las ciudades y pequeñas comunidades ", dijo Corinna Hawkes en 2006. De hecho, según la investigadora Coca Cocal y PepsiCo registran el 90 por ciento de sus ventas en este tipo de establecimientos.
El documento observa que los canales de distribución en México permiten a estas empresas no solamente distribuir uno sino varios de sus productos, por ejemplo, PepsiCo, puede colocar no sólo refrescos sino también su línea Sonric de caramelos, múltiples variedades de sus papas fritas Sabritas y otros aperitivos. Cada línea de productos tiene enormes ventas debido a lo que la industria llama "el dominio absoluto del punto de venta. Esta disponibilidad se ha convertido en un factor crucial para comprar y consumir. La gente va a comer lo que tiene a la mano, y los bienes disponibles son casi sólo los alimentos procesados”.
Advierte también que las tiendas de la esquina, los canales más efectivos para hacer llegar la comida chatarra a la población, están siendo reemplazadas por minoristas corporativos que ofrecen a las grandes compañías mejores beneficios.
Para el 2012, las cadenas minoristas ya habían desplazado a las “tienditas” como la principal fuente de ventas de alimentos de México, con el 35 por ciento del mercado del país. De acuerdo con la datos de la Cámara Nacional de Comercio de México, en el país existen cinco tienditas por cada tienda de conveniencia.
“Oxxo (propiedad de la filial de Coca-Cola FEMSA) abre un promedio de tres nuevas tiendas por día – en algún momento de este año abrirá su tienda 14,000 en México. Oxxo su número de tiendas entre 1999 y 2004. En julio de 2012 estaba abriendo sus instalaciones diezmilésima. Esto significa la apertura de unas mil tiendas al año, es decir, un promedio de tres locales por día. Durante el tercer trimestre de 2014, la cadena registró ganancias 13.2 por ciento superiores a las del mismo periodo del año anterior”, según el informe.
Compara que el crecimiento de las ventas de Oxxo fue 10 veces mayor al de la cadena Soriana, la segunda cadena de supermercados más grande de México.
LOS PROBLEMAS EN MÉXICO
La amplia disponibilidad de comida chatarra en México ha derivado en graves problemas de salud para el país. El documento del Global Research destaca que en 2012, el Instituto Nacional de Salud Pública encontró que la proporción de mujeres con sobrepeso entre las edades de 20 y 49 años aumentó del 25 por ciento al 35.5 por ciento y el número de mujeres con obesidad en este grupo de edad aumentó de 9.5 por ciento a 37.5 por ciento. Un “asombroso” 29 por ciento de los niños mexicanos entre las edades de 5 y 11 presentaron sobrepeso, al igual que el 35 por ciento de los jóvenes de entre 11 y 19 años, mientras que uno de cada diez niños en edad escolar sufren de anemia.
Según la Federación Mexicana de Diabetes, en el país existen entre 6.5 y 10 millones de personas con esta enfermedad, alrededor de dos millones no saben que la padecen. Esto significa que más del 7 por ciento de la población mexicana tiene diabetes. Esta es la tercera causa más común de muerte en México, directa o indirectamente. En 2012, México ocupó el sexto lugar en el mundo por las muertes por diabetes. Los especialistas predicen que habrá 11.9 millones de mexicanos con este mal en 2025.
"La diabetes vinculada a la obesidad es un problema de salud muy grave en México. El país pagó un monto equivalente a 2 mil 970 millones de pesos en 2003 y 8 mil 800 millones de pesos en 2010 para los tratamientos relacionados con la diabetes. Este es un aumento de 290 por ciento en tan sólo siete años", según Alejandro Calvillo Unna, director de El Poder del Consumidor, citado por la investigación. Mientras tanto, La Secretaría de Salud advirtió que el costo de los tratamientos de enfermedades relacionadas con la obesidad podría aumentar en los próximos años de 80 mil millones a 150 mil millones de pesos.