Con la consigna de invertir en “suelos sanos”, el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación pretende crear conciencia sobre el avance inminente de terrenos yermos en el orbe debido a diversos factores como el cambio climático y sistemas de producción no sostenibles, por ejemplo.
Esta jornada que se lleva a cabo cada 17 de junio en todo el mundo se centra, en esta ocasión, en “lograr la seguridad alimentaria para todos a través de sistemas alimentarios sostenibles”. Sin embargo, también puede servir de pretexto para recordar que el desierto puede convertirse en un escenario sin igual del cual pocos pueden lograr salir. Algunas películas dan fe de ello. Estos son tres ejemplos.
Sunna no ona
1964
Hiroshi Teshigahara
Japón
Thriller
La película cuenta la historia de Jumpei, un entomólogo que, buscando un nuevo espécimen de insecto, queda varado en una aldea perdida en las dunas de una playa. Sin proponérselo, termina conviviendo con una mujer que vive sola en una vieja casa, y con la que establecerá una extraña relación. Lo cierto es que, mediante un engaño, Jumpei es retenido contra su voluntad en la casa de la viuda y es forzado a trabajar a su lado para palear fuera la arena que constantemente se filtra por el techo y las paredes.
Zabriskie Point
1970
Michelangelo Antonioni
Estados Unidos
Drama
Tras un enfrentamiento en un campus universitario entre estudiantes y policías, Mark, un joven de familia acomodada, cree haber matado a un agente y huye, en compañía de otro joven al desierto de Arizona. Allí se encuentra de un modo fortuito con Daria, una muchacha que trabaja para un abogado, director de un importante proyecto inmobiliario, y que está cruzando el desierto en automóvil para asistir a una reunión de negocios.
The King Is Alive
2001
Kristian Levring
Dinamarca
Drama
Un autobús con 11 pasajeros, la mayoría turistas queda varado en un desierto africano, de modo que los viajantes se ven obligados a protegerse del calor entre las ruinas de un pueblo abandonado. A medida que la posibilidad de ser rescatados va disminuyendo, crece la ansiedad y para combatirla surge la idea de montar una obra de teatro. Sin embargo, la elección de “El rey Lear”, de Shakespeare, sólo les produce confusión. En medio de esta situación, surgen entre ellos tensiones emocionales y sexuales y, una vez eliminadas todas sus inhibiciones, su único objetivo será sobrevivir.