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México, como los gringos: le paga menos a migrantes y los explota en el campo: informe binacional

13/06/2016 - 1:33 pm

Las cifras oficiales más recientes indican que en 2014, 370 mil centroamericanos cruzaron por México para llegar a Estados Unidos. Sin embargo, el país no ha dado respuesta de asilo o económica. Un migrante centroamericano puede ganar hasta 40 por ciento menos que un mexicano por la misma actividad laboral.

Migrantes hondureños mutilados por el ferrocarril “La Bestia” en una protesta en el Zócalo capitalino en marzo de 2015. Foto: Cuartoscuro
Migrantes hondureños mutilados por el ferrocarril “La Bestia” en una protesta en el Zócalo capitalino en marzo de 2015. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).- A pesar de que los migrantes de origen centroamericano ocupan los trabajos más precarios en varias zonas del territorio nacional, por los que reciben salarios hasta 40 por ciento más bajos en comparación con los trabajadores mexicanos, el país enfoca su política migratoria a Estados Unidos, mientras que su actuar en la frontera sur es agresivo.

Esta situación, de acuerdo con los resultados de la investigación del Central America-North America Migration Dialogue (CANAMID) y del Centro de Investigaciones de Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), tendría que obligar a Mexico a trabajar en la elaboración y ejecución de políticas bilaterales de trabajo y protección de la población migrante, que del año 2000 al 2010, aumentó 55 por ciento.

“La principal relación de México es con Estados Unidos. Hacia Centroamérica no hay respuesta de asilo o económica, cuando se sabe que lo que buscan los migrantes es una forma de vivir […] se tienen que hacer acuerdos bilaterales y se pueden tener programas que den mejores condiciones”, comentó el doctor Agustín Escobar, Director general del CIESAS.

De acuerdo con los documentos, en el continente los migrantes centroamericanos son el grupo más vulnerable y México es un paso obligado en la intención de llegar a Estados Unidos. Se encontró que a pesar de las condiciones políticas y económicas adversas el flujo continúa creciendo, lo que refleja un régimen de bienestar excluyente, de protección débil que no garantiza el acceso de las personas a los servicios más básicos.

Las cifras oficiales más recientes indican que en 2014, 370 mil centroamericanos cruzaron por México para llegar a Estados Unidos.

Sin embargo, la condición de México como país de destino y no solo de tránsito, se fortaleció. Aunado a esto, en varias zonas del territorio nacional hay una necesidad de contratar mano de obra poco cualificada y son los migrantes e indígenas quienes ocupan esos espacios.

Después de que el Plan Frontera Sur fuera implementado en 2014, México acabó con la tradición de ser un país receptor de refugiados, alertan. Foto: Cuartoscuro/Archivo
Después de que el Plan Frontera Sur fuera implementado en 2014, México acabó con la tradición de ser un país receptor de refugiados, alertan. Foto: Cuartoscuro/Archivo

En el caso de Chiapas, explicó el doctor Pablo Mateos, investigador del CIESAS-Occidente, el 65 por ciento de los guatemaltecos que ahí residen, son los peor remunerados en las actividades laborales, principalmente relacionadas con la agricultura.

Un guatemalteco puede percibir un salario mensual de 2 mil 780 pesos y un chiapaneco, por la misma actividad, recibe 3 mil 900 pesos; 40 por ciento más.

El 47 por ciento de la mano de obra guatemalteca en Chiapas se desempeña como jornalera o peón; el 26 por ciento desarrolla trabajos de limpieza; y 11 por ciento labora como albañil, carpintero o plomero.

Después de que el Plan Frontera Sur fuera implementado en 2014, México acabó con la tradición de ser un país receptor de refugiados. En ese mismo año se registraron un total de 118 mil detenciones de centroamericanos, sin importar el motivo por el que abandonaran sus países de origen.

“México desde 2014 es agresivo y comienza a expulsar a más migrantes, lejos de satisfacer los derechos de todos, no cumple con ese deber”, agregó Escobar.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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