FIDEL CASTRO Y LA LITERATURA: Amigo de Gabriel García Márquez, enemigo de Guillermo Cabrera Infante

13/08/2016 - 12:04 am
Leía bestsellers y los originales de las novelas de García Márquez, antes de que fueran publicadas. Foto: efe
Leía bestsellers y los originales de las novelas de García Márquez, antes de que fueran publicadas. Foto: efe

A veces él mismo un personaje como salido de la literatura, el líder cubano cumple hoy 90 años, un hecho que entre otras cosas sirve para evocar su relación con importantes escritores latinoamericanos, entre ellos el autor de Cien años de soledad, un amigo fiel hasta la muerte

Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).- Los 90 años de edad del líder cubano Fidel Castro son evocados hoy en todo el mundo mediante perfiles que a favor o en contra redimen la importancia de su figura en el pasado siglo XX.

En un segundo plano de la política en el país que gobierna su hermano Raúl, el hombre que según las autoridades cubanas ha sobrevivido a 600 intentos de asesinato, no contará en su cumpleaños con la presencia del amigo que le fue fiel hasta la muerte: el escritor Gabriel García Márquez (1927-2014).

Fue el escritor cubano Manuel Pereira, quien en una entrevista con SinEmbargo hace unas semanas, a propósito del quinto aniversario de la muerte de su colega y amigo Eliseo Alberto (1951-2011), definió los términos de esa relación que le valió entre otras cosas al autor de Cien años de soledad el alejamiento con “Lichi”.

“Gabo se alejó de Eliseo cuando éste escribió Informe contra mí mismo, una crítica al Gobierno de Cuba. García Márquez siempre fue más amigo de Fidel Castro que de la propia Revolución, lo cual es entendible por la personalidad magnética” del líder de La Habana, dijo Pereira.

Hombre escritor y lector, Fidel todavía afila el lápiz para dar a conocer textos como los recientes “Reflexiones” o “El hermano Obama”, donde expone sus impresiones sobre diversos asuntos de la política internacional, temas que ya no puede discutir con el Premio Nobel de Literatura colombiano, quien se mantuvo siempre a su lado, incluso cuando otros se “desencantaban” con el desarrollo de la Revolución.

FIDEL CASTRO Y EL BOOM LITERARIO

No fue sin embargo sólo la amistad con Gabriel García Márquez lo que hizo al hoy nonagenario Fidel Castro una personalidad trascendente para la cultura latinoamericana. De hecho, el conocido y seminal movimiento literario “El Boom” (fenómeno editorial y literario surgido en la década de los ’60) se generó en un contexto histórico donde la Revolución Cubana y su líder resultaron paradigmáticos para los escritores que lo integraron.

Autores como el argentino Julio Cortázar, el brasileño Jorge Amado, el chileno José Donoso, el peruano Mario Vargas Llosa, el mexicano Carlos Fuentes, el cubano Guillermo Cabrera Infante y el paraguayo Augusto Roa Bastos, entre otros, diseñaron cada uno en su estilo una literatura potente que tenía en el continente latinoamericano su principal motivo, su gran objeto de interés.

Pero si en los orígenes del movimiento literario la mayoría de los autores involucrados simpatizaba con la Revolución Cubana en general y con Fidel Castro en particular, dicha adhesión evolucionó en distintas direcciones con el correr del tiempo.

Si García Márquez se mantuvo al lado de Cuba, Mario Vargas Llosa rompió con la Revolución y con todo lo que ella representa, mostrándose hoy como un pensador en las antípodas de las corrientes de izquierda que defiende la isla.

El caso del cubano Guillermo Cabrera Infante (1929-2005), quien murió en el exilio en Londres descreído del castrismo al que adhirió con fervor en su juventud, dirigiendo por ejemplo el suplemento cultural Lunes de Revolución y publicando el libro de “cuentos socialistas” Así en la paz como en la guerra, un libro de cuentos de fervor socialista.

 Fidel Castro y el escritor estadounidense Ernest Hemingway juntos en Cuba, 1960. Foto: Internet
Fidel Castro y el escritor estadounidense Ernest Hemingway juntos en Cuba, 1960. Foto: Internet

Las críticas a la omnipresencia soviética en los asuntos internos de Cuba, entre otros, le valieron al autor de Tres tristes tigres el despido del periódico y posteriormente la destitución como agregado cultural de la embajada de Cuba en Bruselas.

Poco tiempo después, el exilio perpetuo en Europa, la censura total de sus obras en Cuba y la construcción de la figura de “un intelectual enemigo” en la isla, al ritmo de un anticastrismo feroz que fue la bandera de Cabrera Infante hasta su muerte.

CASA DE LAS AMÉRICAS

Fundada en La Habana en 1959, la institución Casa de las Américas, publicando una revista y otorgando un premio literario anual del mismo nombre, resultó trascendente para la difusión de los escritores latinoamericanos del Boom y los que vinieron después como los chilenos Antonio Skármeta, Enrique Lihn y Poli Délano.

Fidel mantuvo siempre el ojo atento al organismo bajo cuya égida se llevó a cabo una edición masiva de Paradiso, de José Lezama Lima y del cual Vargas Llosa llegó a ser miembro de su consejo directivo. Poco a poco, junto a autores cubanos como Severo Sarduy, el mencionado Cabrera Infante, Reynaldo Arenas, Virgilio Piñera, Pablo Armando Fernández, Norberto Fuentes, Jesús Díaz y el famoso Heberto Padilla, entre otros, el autor de Conversación en la catedral, se fue alejando de Castro y de la Revolución otrora loada.

Julio Cortázar y el nicaragüense Ernesto Cardenal, entre los firmes adherentes al régimen cubano, una postura que no transformaron pese al sonado caso de Heberto Padilla, un parteaguas en el ideario de los escritores latinoamericanos en los ’70.

Fidel Castro en una imagen de 2013, junto al escritor español Ignacio Ramonet. Foto: CubaDebate
Fidel Castro en una imagen de 2013, junto al escritor español Ignacio Ramonet. Foto: CubaDebate

Heberto Padilla (1932-2000) fue un poeta disidente cubano que murió en el exilio de Estados Unidos, a los 68 años de edad.

Pasó a la historia no sólo por su reconocida calidad literaria, sino también como la figura que en el continente obligó a tomar posturas frente a una Revolución que si bien había concitado simpatías en sus inicios,  fue generando un número importante de disidentes entre los que el autor de Las rosas audaces y El justo tiempo humano se convirtió en paradigma, cuando en 1971 fue encarcelado a raíz de las críticas al castrismo sustanciadas sobre todo en su libro de 1968, Fuera de juego.

Posteriormente, fue autorizado por Fidel Castro a abandonar el país y emigrar a Estados Unidos, lo que no impidió que el líder cubano secuestrara su novela En mi jardín pastan los héroes, publicada en España 10 años después.

Fidel Castro, Gabriel García Márquez y el cineasta argentino Fernando Birri. Foto: efe
Fidel Castro, Gabriel García Márquez y el cineasta argentino Fernando Birri. Foto: efe

En su tiempo, intelectuales de todo el mundo como Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Octavio Paz, Julio Cortázar, Marguerite Duras, Ítalo Calvino, Susan Sontag y Roberto Juarroz, entre otros, clamaron por la salida de prisión de Padilla, quien desde la cárcel escribió una carta de retractación en la que nadie creyó. El abismo estaba instalado y ocasionó la renuncia de Vargas Llosa al Comité de Casa de las Américas.

EL ENCANTADOR DE SERPIENTES

Hoy, Fidel Castro cumple 90 años y han pasado ya 42 desde que el escritor y diplomático chileno Jorge Edwards publicara por Seix Barral su polémica novela Persona non grata, de la que en 2014 se conoció una versión corregida y aumentada.

La última edición contiene también cartas inéditas a Edwards escritas por Graham Green, Arthur Miller, Carlos Prats y Guillermo Cabrera Infante. Este último aplaudía el “magistral” retrato que el diplomático chileno hacía en su libro de Fidel Castro, “con su mezcla de esquizofrénico y gran actor”.

Edwards, Premio Cervantes 1999, llegó a La Habana en 1970, como encargado de Negocios de Chile en Cuba, con el fin de restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países al llegar Salvador Allende al poder. Pero su estancia apenas duró tres meses y medio, ya que fue prácticamente expulsado por el régimen.

Edwards fue uno de los primeros eruditos latinoamericanos que se distanció de Castro y dejó de ser “el típico intelectual de izquierdas” que dio forma a toda una corriente literaria y de pensamiento político en la mitad del siglo XX latinoamericano.

Entrevistado recientemente por la agencia efe, descartó todo encuentro con Fidel. “Le temo más a la sonrisa y al abrazo de ese encantador de serpientes, que el palo que me pudiera dar”, dijo.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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