En 1896, Werner Von Siemens propuso que el sistema de Metro en Berlín se hiciera aéreo, con dos objetivos muy precisos: suplir necesidades en movilidad y renovar la ciudad; las autoridades respaldaron la obra de 8 kilómetros por temor a que las líneas subterráneas afectaran la red de alcantarillado. Fue el primer Metro elevado.

Actualmente más de 30 urbes en todo el mundo, entre ellas París, Vancouver, Dubai, Tokio y la Ciudad de México han encontrado en este sistema una solución a los problemas de tráfico y movilidad, que permite transformar urbanísticamente sus espacios y hacerlos más agradables.

Este fin de semana, en Iztapalapa comenzaron las pruebas de operación del Trolebús Elevado, que, con 8 kilómetros de recorrido en 11 estaciones, se coloca como un sistema de transporte único en su tipo a nivel mundial. Como trolebús, es el primero elevado en el mundo.

El sistema, por sí mismo, representa una nueva forma de concebir y de experimentar los traslados de hasta 27.7 millones de usuarios al año de la zona oriente, en su conexión con sus centros laborales o actividades cotidianas con el centro y el poniente de la capital nacional.

La obra, que beneficiará a 22 colonias en su mayoría integradas por pueblos originarios, sintetiza la justicia social impulsada por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, y asumida por la alcaldesa de Iztapalapa Clara Brugada, en su dimensión de atender las necesidades de quienes menos tienen.

La democratización del transporte no significa únicamente diversificar, sino acercar, precisamente donde se manifiestan las mayores necesidades de movilidad —y en ese sentido el oriente de la capital nacional es prioritario—, facilitar la conexión hacia otros puntos, así como la sustentabilidad e impacto ambiental.

Japón es un ejemplo recurrente, al brindar opciones de conexión dentro y entre los grandes espacios urbanos mediante trenes locales, rápidos, exprés, alternativas subterráneas o terrestres. Las ventajas de la integración entre distintos medios de transporte ha sido clave para su utilidad.

El Trolebús Elevado coloca hoy a Iztapalapa como un centro de referencia de obra pública, de sustentabilidad y de justicia social de la Ciudad de México y del país. Estas políticas de movilidad podrían ser replicadas.

Además, mejora la percepción sobre el ambiente comunitario: por un lado, armoniza la urbe al revelar menor congestionamiento vial con la sustitución de viejos esquemas, como los microbuses —250 de estos vehículos serán reemplazados por 26 trolebuses—, lo que además disminuirá los tiempos de traslado: el recorrido que actualmente se realiza hasta en una hora se podrá hacer en 18 minutos.

Por otra parte, favorece la mejoría en la seguridad al reducir considerablemente las posibilidades de que ocurran robos en el transporte público, al contar con un sistema de videovigilancia con siete cámaras en cada unidad.

Lo fundamental de un proyecto de transporte es su capacidad para beneficiar a un mayor número de usuarios, lo que evidentemente hará el Trolebús Elevado a partir de la última semana de octubre.

Salvador Guerrero Chiprés

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Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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