Noel Caballero
Bangkok, 12 mar (EFE).- La libertad de expresión es un derecho amenazado en todos los países del Sudeste Asiático, donde gobiernos democráticos y dictaduras por igual mantienen leyes para restringir libertades ciudadanas y promulgan nuevas medidas que controlen el auge de los medios de comunicación por internet.
En las últimas semanas, la junta militar tailandesa registró las casa de 20 estudiantes críticos con el régimen, las autoridades birmanas reprimieron con dureza manifestaciones estudiantiles, Malasia detuvo a cinco periodistas acusados de sedición, mientras Singapur presentó cargos contra un adolescente por criticar al recién fallecido Lee Kwua Yew, fundador de la ciudad-estado.
"No existe ningún motivo razonable por el cual los gobiernos de la región sean tan taxativos. No hay conflictos, existe un progresivo desarrollo económico y quieren formar parte del mundo moderno. Los gobiernos parece que han perdido el contacto con su propia gente", asegura a Efe Sam Zarifi, director para Asia y Oceanía de la Comisión Internacional de Juristas (ICJ, en inglés).
Según el experto, la severidad de los castigos al vulnerar leyes que penan ciertos comportamientos críticos acentúa la escasa protección legal sobre la libertad de expresión.
Además, la irrupción de las nuevas tecnologías y el uso generalizado de internet como herramienta de comunicación acarrea una tendencia hacia posiciones "más duras" de los diferentes Ejecutivos.
La organización Reporteros Sin Fronteras publicó a principios de febrero su clasificación anual mundial de la libertad de prensa por países en la cual los estados del Sudeste Asiático sin excepción se encuentran en posiciones retrasadas.
Timor Oriental, en el puesto 103 de 180 países, es el Estado de la región mejor clasificado a pesar de una bajada de 26 escalones respecto a 2014 por la creación de una nueva y dura ley de medios que ha llevado a la autocensura generalizada, remarcan los activistas.
"En Indonesia (138) y Filipinas (140) es donde existe una mayor libertad de expresión relativa comparando con los otros países de la zona", apunta Zarifi al desgranar que ambos archipiélagos conservan "líneas rojas definidas".
En Indonesia, además de las leyes que prohíben las discusiones religiosas, la provincia de Papúa, donde reside un fuerte movimiento independentista, es terreno vetado para los medios internacionales y organizaciones no gubernamentales.
La violencia contra miembros de la prensa, con asesinatos y desapariciones, es una constante en la zona de Filipinas controladas por grandes terratenientes y poderosos clanes.
El director de ICJ para Asia señala que han registrado "un incremento de restricciones" en la libertad de expresión en países como Tailandia (134), Malasia (147) o Camboya (139).
"La represión ha llegado de manera rápida y de manera totalmente inexplicable", comenta Zarifi al destacar el ejemplo de Tailandia, país que vive bajo una dictadura militar tras el golpe de Estado de mayo de 2014.
Desde entonces, los uniformados tailandeses han adquirido el poder para "cerrar medios" a su antojo y han multiplicado las denuncias por delitos de lesa majestad, la ley que protege con penas de entre 3 y 15 años de cárcel a aquellas personas que osan denigrar a la monarquía del país -incluso basándose en la verdad-.
Birmania (144), que mejora una posición en la lista de Reporteros Sin Fronteras, continúa aplacando de manera violenta las protestas contra el gobierno civil que asumió el poder en 2011 tras casi medio siglo de continuas juntas militares.
La alabada y deslumbrante dictadura singapuresa (153) es "absolutamente decepcionante y deprimente" en su protección de derechos fundamentales a pesar de su acierto en el desarrollo económico en una ciudad-estado que carece de "verdaderas raíces culturales en libertad de expresión".
Tras la muerte a finales de marzo del "autócrata" Lee Kwan Yew, las autoridades locales prohibieron las protestas públicas en el "Speaker's Corner", un rincón del parque Hong Lim previamente habilitado para las demostraciones.
En este lugar, la Policía singapuresa detuvo el pasado 4 de abril a dos personas, que portaban pancartas donde se leían los mensajes "injusticia" y "No podéis silenciar a las personas", acusados de organizar asambleas públicas sin permiso.
La opacidad del Gobierno de Laos (171), el régimen absolutista del sultán de Brunei (121) y la dictadura comunista de Vietnam (175) -donde se persigue sin disimulo a blogeros disidentes- "son los países más autoritarios", según Zarifi.
"La imagen de la región en conjunto es una zona en retroceso", sentencia el experimentado jurista.