Iraníes pasan de la ansiedad a la impaciencia ante un pacto que dan por hecho

29/06/2015 - 7:00 am

Álvaro Mellizo

Teherán, 29 jun (EFE).- Los iraníes han pasado de la ansiedad con la que veían las negociaciones de su país con las potencias del Grupo 5+1 sobre su programa nuclear a una sensación que mezcla impaciencia y tedio por lo prolongado de unas conversaciones cuyo resultado positivo dan por hecho.

A falta de pocas horas para que se cumpla el plazo impuesto por las partes para llegar a un acuerdo definitivo sobre el tema, los más de trece años de debates, dudas, declaraciones, presiones y diálogos en torno al asunto han agotado la paciencia de un pueblo convencido de que el pacto es inevitable.

La posibilidad de que las negociaciones se extiendan otra vez pasada la fecha límite del 30 de junio, algo que las delegaciones reunidas en Viena dan por hecho aunque solo sea por unos días, tampoco ayuda a cambiar el humor de una ciudadanía harta de esperar y que cree estar viendo un "espectáculo de teatro" diseñado para "convencer y acostumbrar a la gente de uno y otro lado" de las condiciones del acuerdo.

Hace apenas unos meses, sin embargo, antes de que se anunciara el 2 de abril en la ciudad suiza de Lausana el pacto de principios alcanzado entre Irán y el Grupo 5+1 para avanzar en las negociaciones, el ambiente era completamente distinto y la gente no cesaba de preguntar a cualquiera que se encontraba por la calle "si ya había pacto" ni de expresar su frustración por la incertidumbre en las redes sociales.

Ramin Rabii, director gerente de la empresa Turquoise Partners, dedicada a gestionar capital extranjero en la Bolsa de Teherán, reconoció a Efe que el país tiene "un sentimiento positivo" respecto a un pacto, una situación que ha cambiado de un lado a otro desde que Irán y el Grupo 5+1 (los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido- más Alemania) retomaron las negociaciones hace dos años.

"Antes de la fecha límite de noviembre (2014), la gente estaba segura de que habría acuerdo. Luego se alargó, así que desde noviembre a marzo, se volvió pesimista. Y en abril, con Lausana, volvió a tener sentimientos positivos. Como empresario, creo que hay motivos para tener un "optimismo cauto". Muchos de los temas en las negociaciones parecen haber sido discutidos y tienen una solución", afirmó el empresario.

En cualquier caso, Rabii destacó que lo peor en este período está siendo la "incertidumbre", que en términos económicos es incluso peor para los negocios "que no tener un acuerdo".

"La gente cree una cosa, pero no se atreve a tomar pasos en ese camino hasta que sea definitivo", apuntó.

Hosein, propietario de una tienda de suministros médicos en el centro de Teherán, fue más categórico al expresar esta sensación y explicó a Efe que las negociaciones nucleares "ya están hechas y acabadas", y que todo lo que se está viendo "es un juego para decir que hay algo que acordar".

"La negociación ya está. No está en manos ni del Gobierno ni de nadie, y solo se trata de cursar etapas para que la gente lo asuma. Las grandes potencias son las que deciden qué se hace y qué no. Esto es para que la gente lo vaya asumiendo y para que los poderes vean como se recibe", afirmó con impaciencia.

Con una mayor indiferencia lo ve Neguin, empleada de una compañía privada que confesó a Efe no seguir más "la novela nuclear", que a su juicio es tan solo "un juego político" que "no cambiará en nada" su vida, ya que "los precios no bajarán".

El acuerdo que las partes negocian en Viena busca garantizar que el programa nuclear iraní no pueda desviarse de fines estrictamente pacíficos, a cambio del fin de las sanciones internacionales que asfixian su economía.

Estas sanciones impiden a Irán usar el sistema internacional de transferencias bancarias, lo que en la práctica restringe casi todo su comercio exterior, así como vender su petróleo en el mercado global, salvo a un pequeño número de países.

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