El Papa no le hizo el milagro a Ecatepec: a un mes de su visita es más inseguro, dicen vecinos

14/03/2016 - 9:00 am

Tras la visita del Papa Francisco a Ecatepec, Estado de México, el pasado domingo 14 de febrero, el municipio volvió a ser el mismo donde imperan denuncias por inseguridad. A pesar que hay presencia de fuerzas federales, vecinos denuncian abusos por parte de los uniformados. 

Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Los encharcamientos fueron los primeros en hacer su aparición tras la visita del Pontífice. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

Ecatepec de Morelos, 14 de marzo (SinEmbargo).– A un mes de la visita del Papa Francisco I al municipio de Ecatepec, en el Estado de México, colonias como las Américas y Jardines de Morelos han vuelto a la normalidad. Con ello, a los problemas de inseguridad y a la falta de atención gubernamental de siempre, según comentaron sus habitantes.

De hecho, en las avenidas como Insurgentes o Independencia ya se retiraron los postes con cámaras de vigilancia que fueron colocados hace un mes. Sólo una torre quedó en la esquina de Narciso Mendoza y la avenida Antonio José de Sucre, pudo constatar SinEmbargo durante un recorrido por el lugar.

Previo a la visita del Pontífice al municipio, donde ofreció una misa, los habitantes acusaron al Gobierno estatal de “maquillar” la zona pintando bardas y realizando una “limpieza social” para desaparecer a migrantes e indigentes que forman parte del panorama local.

Retiro de postes con cámaras de vigilancia en avenida Insurgentes. Foto: Denuncia Ecatepec.
Retiro de postes con cámaras de vigilancia en avenida Insurgentes. Foto: Denuncia Ecatepec

Por otra parte, de los 10 mil uniformados que custodiaron el perímetro sólo unos cuántos se pueden ver todavía en la zona.

En las calles ecatepenses por donde pasó el Papa Francisco, siguen haciendo rondines elementos de la Gendarmería Nacional, Policía Estatal, Policía Municipal y miembros del Ejército mexicano.

Sin embargo, vecinos denunciaron acoso por parte de estas corporaciones, en especial las que pertenecen a las fuerzas federales.

Vecinos denuncian abusos por parte de las fuerzas federales. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Vecinos denuncian abusos por parte de las fuerzas federales. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

–¿Se siente seguro con tanta policía? –se le preguntó a un colono.

–Está bien hasta cierto punto. De hecho cuando van en caravana están tranquilitos, pero cuando andan solos detienen a cualquier muchacho y lo bolsean o le ‘encuentran’ droga, casualmente.

–¿Y detienen a los jóvenes?

–No, los bolsean, les quitan su dinero o sus celulares, o le llaman a sus papás.

–O sea, ¿los extorsionan?

–Pues sí.

–¿Siente que la delincuencia ha bajado?

–Se ve más tranquilo, pero no. Siempre ha estado caliente, aunque en Las Américas casi no se ve.

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Van a dar las tres de la tarde. El viento de Ecatepec golpea una lona cuyo mensaje advierte que hay ladrones que roban coches por la madrugada. Esa manta fue retirada durante la visita del Sumo Pontífice, pero ha sido colocada nuevamente.

Sobre la avenida Insurgentes, el agua de lluvia crea una ligera corriente que empuja una hilera de graba que se ha ido despegando del pavimento y que va a dar a las coladeras desniveladas, a causa del chapopote fracturado.

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Las remodelaciones comienzan a desvanecerse en Ecatepec. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Las remodelaciones comienzan a desvanecerse en Ecatepec. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

La remodelación lleva poco más de un mes, y en esta calle pareciera que ha pasado más tiempo. La pintura en las guarniciones de las banquetas, así como en los postes, ya se comienza a desvanecer.

Las heces de los perros adoquinan la banqueta pegada a terrenos de Casas Ara. Y, hace cinco semanas, cuando SinEmbargo preguntó por mascotas en situación de calle, los trabajadores aseguraron que “limpiaron” la zona, e incluso, hubo una serie de quejas de activistas y vecinos porque no se supo a dónde fueron a parar decenas de perros y gatos.

Pero ahora, en este nuevo recorrido, bajo el viento y la lluvia, un perro de pelaje negro camina por la tierra en busca de comida.

De los bebederos instalados para los miles de visitantes que acudieron a escuchar al jerarca católico, no quedó ni uno. Lo que sí permanece es el tránsito constante de camiones de carga.

A gran velocidad se abren paso por esta remodelada avenida sin importar las denuncias vecinales por las grietas que la vibración le ha hecho a sus casas.

Previo a la llegada del Papa, el acceso de estos camiones fue regulado e incluso se negoció con las autoridades, y se establecieron horarios y límites de velocidad. Pero eso se acabó, una vez que el líder católico se fue, de acuerdo con una comerciante de dicha avenida.

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“Ecatepec volvió a ser Ecatepec a los 15 minutos que se fue el Papa”, comentó uno de los vecinos, quien vive a unas calles de El Caracol, predio donde se realizó la misa y lugar en que permanece el domo del altar.

Aquel 14 de febrero miles de personas se quedaron sin poder salir del municipio, pues no había transporte público para evitar cualquier problema de seguridad.

Muchos esperaron horas a que el servicio del Mexibús se reabriera. Otros tantos, que llegaron desde un día antes, se recostaron bajo la sobras de puentes o anuncios cercanos a la avenida Central.

De aquello queda el recuerdo.

Así luce actualmente El Caracol, lugar donde se realizó la misa del 14 de febrero. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Así luce actualmente El Caracol, lugar donde se realizó la misa del 14 de febrero. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

Ahora, justo debajo de esos puentes sigue sin haber migrantes. Trabajadores del Estado de México que realizan labores de limpieza aseguraron que los centroamericanos ya volvieron, pero por el frío y la lluvia se fueron a otra parte.

“Hoy en la mañana había unos. Anda por aquí, pero quién sabe a dónde se fueron”, refirió uno de los trabajadores.

Un mes atrás, SinEmbargo, logró entrevistar a Giovani, migrante originario de San Pedro Sula, Honduras. El joven detalló que se escondía en una casa abandonada por miedo a las redadas que hubo en Ecatepec, ante la visita del líder católico.

“Me gustaría ir a misa [del Papa Francisco I]. Pero tengo miedo que me vayan a agarrar. Porque hay gente que aparenta ser buena y son los de migración”, dijo Giovani en febrero pasado.

Ecatepec es el municipio más poblado de América Latina con un millón 656 mil habitantes, y también está considerado uno de los más peligrosos del país, el 99 por ciento de sus habitantes vive en zonas urbanas y hay más robos allí que en otras ciudades con alta incidencia delictiva como Culiacán, Acapulco o Ciudad Juárez. Sólo entre enero y septiembre de 2015 los robos comunes ascendieron a 8 mil 403.

Del total de robos en Ecatepec, el 85 por ciento está asociado con automóviles; de enero a septiembre del año pasado se reportaron 7 mil 181 de estos casos; el 74 por ciento fue despojo con violencia. A esto se suma la violencia generalizada contra mujeres.

De 2013 a 2014, al menos 110 mujeres murieron asesinadas en este municipio, según se desprende de las cifras oficiales recientemente actualizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Mientras que la media nacional de homicidios es de 12 por cada 100 mil habitantes, en Ecatepec se ubica en 20. Entre enero y septiembre de 2015 el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) reportó que hubo 331.

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