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Adrián López Ortiz

14/04/2019 - 12:02 am

¿Hay más homicidios con López Obrador que con Peña?

Eso es preocupante por dos razones: primero, porque no vamos a resolver un problema tan grave si no lo medimos correctamente. Si presidencia sigue midiendo igual, el “subregistro” podría representar entre 4,800 y 6,200 homicidios al año. Entre 29 mil y 37 mil durante todo el sexenio. ¿Cómo procurar justicia para homicidios que según el Gobierno federal “no existen”?

“Pero, ¿quién tiene razón y quién no? Sobre los homicidios y de acuerdo con los datos que disponemos (y que produce el mismo Gobierno, por cierto), la verdad es que con López Obrador los homicidios no están bajando, de hecho están subiendo”. Foto: Especial

“Las cifras indican que sigue aumentando el número de asesinatos, 8,524 en los tres meses”, le dijo fuerte y claro el periodista Jorge Ramos al Presidente López Obrador durante la mañanera del 10 de abril. El Presidente respondió: “No, no han aumentado. Yo tengo otra información”. Luego invitó a Jorge al frente para revisar los números.

Para eso debe servir el periodismo frente al poder: para preguntar, para debatir y para llegar a la verdad. Más allá del estilo personal de Ramos y del mismo Presidente, hay que agradecer que el reportero pregunte cosas concretas con información a la mano y claridad en las ideas. Y que el gobernante responda y replique. Democracia, le dicen.

Pero, ¿quién tiene razón y quién no? Sobre los homicidios y de acuerdo con los datos que disponemos (y que produce el mismo Gobierno, por cierto), la verdad es que con López Obrador los homicidios no están bajando, de hecho están subiendo.

Y aquí van los datos. Desde que asumió el poder, el Gobierno de López Obrador registró un promedio diario de homicidios de 92.74 en diciembre, 92.03 en enero y 99.86 en febrero, para un total de 8,524 víctimas, lo que representa un incremento de 12.68 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior durante el Gobierno de Peña Nieto.

De seguir así, el sexenio de López Obrador registraría más de 200 mil homicidios. El más violento de la historia moderna de México. Muy por encima de los criticados gobiernos “neoliberales” de Peña Nieto y Calderón.

Eso datos contrastan con los datos de promedios diarios presentados por AMLO durante la polémica rueda de prensa: diciembre 2018 con 79.9, enero 2019 con 75, febrero con 83.1 y marzo con 77.5.

Es decir, el presidente SÍ tiene otras cifras. Y eso está mal, muy mal, porque SUS cifras registran entre 14 por ciento y 18 por ciento menos homicidios que las que presenta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y que se considera como el registro oficial de la incidencia delictiva en México. La pregunta es ¿por qué?

La respuesta la explica bien el periodista Arturo Ángel en Animal Político: el reporte de homicidios que usa el Presidente es elaborado por un equipo multidisciplinario con cifras preliminares y no definitivas de las fiscalías estatales.

Lo que llama la atención es que a más de tres meses de Gobierno, en presidencia siguen usando y presentando al público información incompleta, cuando ya ha sido actualizada y corroborada por las instituciones competentes y responsables de ese registro.

Eso es preocupante por dos razones: primero, porque no vamos a resolver un problema tan grave si no lo medimos correctamente. Si presidencia sigue midiendo igual, el “subregistro” podría representar entre 4,800 y 6,200 homicidios al año. Entre 29 mil y 37 mil durante todo el sexenio. ¿Cómo procurar justicia para homicidios que según el Gobierno federal “no existen”?

Y segundo, porque no podemos ser ingenuos y creer que el Presidente y su equipo no están conscientes de que las cifras que presentan no son correctas ni definitivas, sino preliminares. Al presentar información imprecisa e incompleta al público el Presidente engaña a la sociedad para presumir un éxito que no existe en su mayor responsabilidad como gobernante: garantizar la seguridad de los mexicanos.

Entonces, por el bien del nuevo Gobierno y de todos, es fundamental que tanto el Presidente López Obrador como los responsables de las instituciones de seguridad, acepten su responsabilidad de informar con precisión sobre los homicidios y difundan datos correctos, actualizados y definitivos.

Por último, nadie espera que en tan sólo cuatro meses el nuevo Gobierno resuelva un problema tan complejo como la añeja violencia que aqueja a nuestro país, pero sí esperamos honestidad y claridad en la estrategia, las acciones y la información con la que daremos seguimiento a la principal promesa del Presidente: pacificar a México.

“No me gusta decir mentiras”, dijo el Presidente a Jorge Ramos…

Adrián López Ortiz
Es ingeniero y maestro en estudios humanísticos con concentración en ética aplicada. Es autor de “Un país sin Paz” y “Ensayo de una provocación “, así como coautor de “La cultura en Sinaloa: narrativas de lo social y la violencia”. Imparte clase de ética y ciudadanía en el Tec de Monterrey, y desde 2012 es Director General de Periódicos Noroeste en Sinaloa.

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