Las protestas contra las reformas se apoderan de la red; entre lo fugaz de la indignación y la permanencia de lo leve

14/12/2013 - 12:03 am
Foto: Francisco Cañedo
Foto: Francisco Cañedo

Ciudad de México, 14 de diciembre (SinEmbargo).- La fuerza de convocatoria que existe en la red hace que los movimientos sociales, que hace años llevaban semanas y meses en difundirse, lleguen a todo mundo en cuestión de horas. Sin embargo, con la misma facilidad con la que crecen desmesuradamente, desaparecen también, muchas veces sin dejar rastro. La viralidad, entonces, se convierte en un fenómeno que cobija modas en Internet y, sin importar que se traten de auténticas revoluciones, sólo pasan a formar parte de un archivo de tendencias que constantemente se va renovando.

De acuerdo al sitio de la organización Article 19, “durante los últimos 10 meses las protestas en el Distrito Federal se han intensificado en número y tono. La policía del nuevo gobierno capitalino, en diversas ocasiones, ha actuado de manera represiva contra los manifestantes”. Sin embargo, esta observación no es exclusiva de esta agrupación de defensa y promoción de los derechos humanos.

Foto: Twitter
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Las muestras de control policial han sido, a todas luces, excesivas a partir del llamado 1D, día en el que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de México, en medio de protestas ciudadanas y actos de vandalismo. Desde entonces, poco más de 12 meses han transcurrido en los que la inconformidad se ha manifestado en todas sus variantes, desde plantones, bloqueos y marchas. Sin embargo, es en la red en donde otro amplio sector de la población mexicana ha librado un intercambio de opiniones a través de las redes sociales.

No obstante, a pesar del constante flujo en redes sociales como Twitter y Facebook, los cuales sirven como escaparate para que los internautas compartan sus puntos de vista sobre la situación política de la República, han sido particularmente los últimos dos meses de 2013 en donde un activismo en la red se aprecia de manera más clara.

Las inconformidades despertadas por la Reforma Energética sirvieron de esta manera como detonante para que una serie de eventos se encadenaran y tuvieran su mayor exposición en la red de redes. Así, tópicos, convocatorias e incluso imágenes virales se convirtieron en la voz de la protesta que ejemplifica el descontento de la ciudadanía hacia leyes, disposiciones y acontecimientos que han estado en boca de todos durante las últimas semanas.

EL SALTO CONVOCADO

Con un paralelismo sin precedentes la Reforma Energética, la Ley de Manifestaciones Públicas para el Distrito Federal y el aumento a la tarifa del Metro en la ciudad de México fueron aprobadas con un escaso margen de diferencia. De esta manera, la red se pobló de manifestaciones de repudio ante la tercia de propuestas que fueron autorizadas en un marco de imposición. Así, las redes sociales fueron el principal escenario en donde los mensajes escritos y las imágenes se reunieron para mostrar inconformidad.

Dentro de la red social de 140 caracteres el hashtag #PosMeSalto fue el principal de muchos que convocaban a la desobediencia civil, mediante el libre acceso a los andenes del metro, brincando los torniquetes que se localizan a la entrada de cada estación. La etiqueta se convirtió en uno de los temas más vistos y, tras figurar en la red de microblogging, dio un salto a Facebok, en donde recibió mayor difusión.

Por otra parte, la llamada “Ley antiprotestas” tuvo su momento viral y apenas tres días después de la inconformidad provocada por el aumento del transporte, miles de usuarios de Twitter exponían sus puntos de vista sobre la Ley de Manifestaciones Públicas para el DF con la etiqueta #LeyAntiprotesta, en donde diversas organizaciones de derechos humanos lanzaban recomendaciones a los internautas para defender su derecho a manifestarse. De igual manera, se viralizaron los memes alusivos al tema, sobre todo aquel en donde aparecía la imagen del Diputado del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Sotomayor Chávez quien aparecía parodiado en la figura del clásico “Bad luck Brian”, sobre todo por las incongruencias de su propuesta.

Foto: Twitter
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FUERA TRAPOS

Sin embargo, en menos de una semana, la aprobación de la Reforma Energética tuvo otro invitado inesperado. De esta manera, el Diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Antonio García Conejo, decidió manifestarse ante sus colegas despojándose de su ropa, quedando parcialmente desnudo. La reacción de los internautas no se hizo esperar. El #PosMeEncuero hizo su aparición. El desplante del político, lejos de ser contundente y mostrar su desacuerdo a la reforma se volvió motivo de burla y no fueron pocos los usuarios de la red que empezaron a ridiculizar el hecho utilizando el hashtag correspondiente. #PosMeEncuero, surgió así, como respuesta a las manifestaciones de descontento de los usuarios del metro y con esto, lo que se vislumbraba como una nueva moda, se confirmó como un hecho ineludible de estás últimas fechas: hay un “pos” como respuesta para todo.

EL PREFIJO DE MODA

En pocos días los hashtags se convirtieron en el común denominador de las preocupaciones más recientes, desde el #PosMeSalto al #PosMeEncuero, pasando por #LeyAntiProtesta, las etiquetas ponían nombre a los problemas. El prefijo “pos” se convirtió, entonces, en la excusa perfecta para toda actitud. #PosYaQue, pudo verse entonces como una señal de la resignación ante el caos. Un “¿Para qué?” con el que muchos escogieron ocultar su apatía por medio de un disfraz divertido y de moda.

Foto: Twitter
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Foto: Tumblr
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LOS MÁRTIRES DE LOS TORNIQUETES

Finalmente, las redes sociales tienen un poder de convocatoria masiva que no siempre llevan a una conclusión coherente a sus inicios. Aunado a esto, en México, la presencia de las parodias y las burlas han demostrado ser siempre, invariablemente, más poderosas que cualquier propuesta, sin importar que su origen sea desde terreno civil o en el seno de la burocracia. De esta manera, la levedad, pese a su nombre, se impone a cualquier enojo ciudadano, el cual sucumbe ante burlas lanzadas desde la comodidad de una conexión a Internet. ¿Que ocurrió, pues, con todo el enojo desatado por la Reforma Energética, la desobediencia civil en el Metro y la arbitraria “Ley antiprotestas”? Simplemente quedaron sepultadas por la viralidad de la misma red que una vez los alimentó y los hizo crecer.

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