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Sandra Lorenzano

15/01/2023 - 12:03 am

Argentina 1985: Entre el Nunca más y los Globos de Oro

Ahora que Argentina 1985 -que recibiera hace unos días el Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa- ha recuperado la historia de los juicios a las cúpulas militares, la sociedad toda ha vuelto a recordar y a conmocionarse con esas 30 mil ausencias que nos acompañan cada día.

Estela de Carlotto abraza a otra activista tras el anuncio de la identificación de un nuevo nieto hallado que había sido sustraído durante la última dictadura militar argentina. Foto: Victor R. Caivano, AP

La película muestra que cuando un pueblo lucha, consigue la verdad y la justicia. Aún seguimos con los juicios de lesa humanidad. Es muy importante recordar ese Nunca Más que marcó al Juicio a las Juntas y cómo pudimos construir este periodo democrático que es el más extenso de nuestra historia.

—Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo[1]

En los hijos que buscan a sus padres, en las madres que buscan a sus hijos, en las abuelas que buscan a sus nietos, en las siluetas que acompañan los actos por la memoria, en los escraches, en los álbumes familiares, en las historias que nos seguimos contando, en cada chico que se acerca al Nunca más[2], en cada anciano que levanta el puño un 24 de marzo… Allí están nuestros desaparecidos. En nuestros recuerdos, en nuestros dolores, en nuestra fe en los que vendrán, en los años de exilio y silencio… Allí están nuestros desaparecidos. Allí están nuestros 30 mil; nuestros hermanos, madres, tíos, amigos, compañeros, asesinados por la dictadura cívico-militar. Allí están quienes nos faltan desde hace casi cincuenta años; allí están quienes no pudieron ver crecer a sus hijos, ni vieron envejecer a sus padres, ni pudieron consentir a sus nietos. Allí están quienes no pudieron seguir soñando con un mundo más justo, más luminoso; con un mundo mejor.

Cada uno de nosotros, de nosotras, los recordamos, los convocamos, conversamos con ellos; son parte de nuestra vida, como son parte de la vida de aquel país de mis amores al sur de todos los sures.

En Argentina el régimen militar que gobernó el país entre 1976 y 1983 detuvo e hizo desaparecer a 30 mil personas. Foto: Twitter @abuelasdifusion

Ahora que Argentina 1985 -que recibiera hace unos días el Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa- ha recuperado la historia de los juicios a las cúpulas militares, la sociedad toda ha vuelto a recordar y a conmocionarse con esas 30 mil ausencias que nos acompañan cada día.

Una escena me emocionó especialmente después del estreno: la proyección de la película en una sala vacía; era la función reservada a los “protagonistas de esta historia que no pudieron verla”. La función reservada a quienes ya no están. Al final, un silencio atronador parecía repetir a coro ese “Nunca más” con el que el fiscal Julio César Strassera cerró su alegato en 1985, y que palabra por palabra repite Ricardo Darín en una de las últimas secuencias del film.

Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: “Nunca más”.

Más allá de las críticas que se le pueden hacer a la película -y que quien quiera puede seguir en los medios-[3], las largas filas para verla en cine, las lágrimas y los aplausos con que el público acompaña cada función, el orgullo por los reconocimientos que está recibiendo en el ámbito nacional e internacional, hablan de la importancia del papel que “Argentina 1985” juega en la recuperación del tema de la memoria. En un momento de retorno, tanto en aquel país como en una parte importante del continente, de las fuerzas más retrógradas y conservadoras -pienso en el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner, en los partidarios de Bolsonaro invadiendo el congreso, en la violencia golpista en el Perú, entre otros episodios de los últimos tiempos- la película defiende el estado de derecho, la democracia, la lucha por los derechos humanos, la independencia de los órganos de justicia, la importancia de la transmisión de la memoria a las nuevas generaciones. Su valor ético en este sentido es indiscutible.

Cierro estas líneas como Santiago Mitre, director de la cinta, eligió cerrar la película: con una canción que marcó el final de la dictadura y que desde su lanzamiento en 1982 es uno de los hitos del soundtrack de mi vida, “Inconsciente colectivo” de Charly García:

Mamá, la libertad siempre la llevarás
Dentro del corazón
Te pueden corromper, te puedes olvidar
Pero ella siempre está

Ayer soñé con los hambrientos, los locos
Los que fueron los que están en prisión
Hoy desperté cantando esta canción
Que ya fue escrita hace tiempo atrás
Es necesario cantar de nuevo una vez más

Y, como lo escribe Emilio Crenzel: Vaya si es necesario cantar de nuevo y volver a decir Nunca Más.


[1] Estela Carlotto en: https://revistaharoldo.com.ar/nota.php?id=779

[2] Nunca más: informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas es el libro que recoge el informe emitido por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) sobre las desapariciones ocurridas durante la dictadura cívico-militar argentina (1976-1983).

[3] Recomiendo especialmente la nota de Emilio Crenzel, unos de los principales especialistas sobre el tema de dictadura y memoria, publicada en el diario argentino Página 12 el 20 de octubre de 2022 https://www.pagina12.com.ar/491196-argentina-1985-argentina-2022

Sandra Lorenzano
Es "argen-mex" por destino y convicción (nació en Buenos Aires, pero vive en México desde 1976). Narradora, poeta y ensayista, su novela más reciente es "El día que no fue" (Alfaguara). Investigadora de la UNAM, se desempeña allí como Directora de Cultura y Comunicación de la Coordinación para la Igualdad de Género. Presidenta de la Asamblea Consultiva del Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación).

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