¿Hacia dónde va la fotografía en México? Un ensayo de Carlos Cazalis

15/02/2017 - 8:48 am

Los jóvenes fotógrafos de hoy se ven compitiendo con toda la mezcla de artes multidimensionales que hoy se conjugan en lo digital y así mismo en el arte contemporáneo vemos transformaciones a veces hasta indefinibles al púbico. La definición de foto es: Elemento prefijal de origen griego que entra en la formación de palabras con el significado de “luz”.

Por Carlos Cazalis

Ciudad de México, 15 de febrero (SinEmbargo).– Tenemos un problema. O no. Pero al ser humano siempre le gusta estar resolviéndolos e inmediatamente se busca otro y entonces se mantiene en una perpetuidad de conflicto. Hoy, aquí el problema radica en la XVII Bienal de Fotografía, actualmente en el Centro de Imagen, y donde ya algunos miembros de la comunidad fotográfica en México han hecho llamadas para renombrarla la Bienal de la Imagen.

Pues ya acabaron antes con la Bienal de Periodismo, quizá la fotografía realmente ya ni la entienden o no les satisface. Este conflicto, se lo ha ido creando la comunidad por si sola, porque no se de ningún país, festival o bienal en otro lugar que este en estos conflictos que son internos. Inclusive estoy dispuesto a decir que es ya casi un problema cultural, a falta de una centro integro y disciplinado que promueva la fotografía en nuestro país. Porque el Centro de la Imagen no habla de un centro de coherencia. Hay una falta de pedagogía en el estudio de la fotografía y por ende de su educación en México y a donde va.

Empecemos, porque es importantísimo, recordar el origen y en especial para las nuevas generaciones. La definición por diccionario, pura y dura es: Técnica de obtención de imágenes por la acción química de la luz sobre una superficie con unas características determinadas
Claramente esta definición a un neófito le crea conflicto si acude a la bienal. Pero como se crea una pieza no debe ser el conflicto. Si uno tiene algo que decir, uno piensa, elabora, construye, experimenta y se lanza. Porque limitarse a la fotografía? Ahora si el concurso donde pretendo participar, ganar y ser juzgado en, es de fotografía, ¿entonces que hago?

Y sin embargo la definición de foto es: Elemento prefijal de origen griego que entra en la formación de palabras con el significado de “luz”.
Aquí ya cambia todo y entramos en múltiples posibilidades y eso es lo que se puede ver en la bienal: Una gran variedad de trabajos, de los cuales desafortunadamente, ninguno me hizo decir, “Orale!”. Y eso sí que lo considero pobre, porque si eso es lo mejor que se ofreció, volvemos al inicio. Que esta ocurriendo en la disciplina de estos participantes. ¿Hay fondo?

Como verán ya son muchas las preguntas que surgen. Lo que seguimos denominando como fotografía ha entrado en un estado acelerado de consumo y producción masiva con la llegada de la tecnología digital, pero lo que produce un profesional en el contexto de la fotografía internacional, como lo es la bienal y en el lento progreso, donde aun hay gente que duda si la “fotografía” debe ser reconocida como un arte y mas en su integración al arte contemporáneo, pues entonces sugiero ir a la vanguardia. Porque si no esta empujando entonces no tiene lugar.

En la exposición de los 49 participantes hay propuestas que no podemos decir que no son interesantes. Sin embargo, lo que las destaca es que muchas de las presentaciones involucran el uso de varios medios de artes plásticas. ¿Es una foto? ¿Es una foto con dibujo? ¿Es un dibujo con foto? ¿Es una escultura? Ah, es una escultura fotográfica. No, es un video multimedia que a veces tiene fotos. No toda imagen es una fotografía y un fotógrafo no esta para ser un ilustrador. La fotografía es una disciplina propia y quien la elija debe ser fotógrafo, y por lo tanto hacer uso de sus propias creaciones fotográficas.

Veo que hay incoherencia en la organización del certamen y que el formato ya mas bien esta anticuado. Irving Domínguez, miembro del jurado, explica en su blog sobre la bienal, lo que sucede. Podrán notar que el no se esta refiriendo a las propuestas en ningún momento como fotografías, sino como imágenes. Seamos honestos, hay en la bienal piezas casualmente interesantes y multi-disciplinadas, pero decir que son fotografías, donde tengo que leer extensas cédulas para entender, demuestra inseguridad, extensa racionalización, poca disciplina y falta de emoción o un misterio creativo. La lectura debe ser clara no escrita. Por mas que quieren hacer de la curaduría un declaración sobre el estado del arte, lo que debe sorprender son las obras.

Les doy un ejemplo, que hasta me pareció interesante, de cierta ingenuidad pero contundente. Gladys Serrano, con su obra Mario, explica en su cédula que es una video instalación pero también es una impresión de mil tirajes. En la pared las fotografías utilizadas para criticar al Gobernador de Sonora, Mario López Valdez, no son de ella, provienen de la cuenta de Flickr del mismo. Claro, la dificultad de obtener imágenes de autor para poder criticarlo puede ser compleja y entiendo que Serrano inclusive ya ha sido amenazada, pero eso no es excusa para apropiarse de imágenes, de fotografías de otro fotógrafo y luego llamarse fotógrafo. Será artista sin duda, pero parece que hemos llegado a un acuerdo, donde el estado de la fotografía hoy, nos permite como artistas la apropiación por decreto. ¿O es por falta de ingenio? Surge una nueva y gran incógnita de la diferencia entre un fotógrafo y un artista, de un concurso de pintura y de uno de fotografía. La creatividad de Serrano no se cuestiona, pero su trabajo no funge como fotografía, del poder de observación y luego traducción a la imagen; es mas bien de carácter editorial y ilustrativo. A Serrano para todo esto no le hace falta ni una cámara.

En el caso de la ganadora, Sofía Ayarzagoitia, en su serie Every night temo ser la dinner, su cedula indica: “Este proyecto enfatiza la necesidad de generar continuamente una narrativa visual compuesta de imágenes intimas, cotidianas, y al mismo tiempo performativas, que nos permitan sobrevivir y no sucumbir ante el torrente de imágenes de carácter social que se van produciendo día a día, hasta hacernos incluso, perder el sentido.” La fotógrafa en su presentación es pobre y contradice, porque lo que hace el publico en las redes sociales no es precisamente creativo es abstracto en su modo, puramente narciso y son proyecciones de un publico sumergido en su ego. Ayarzagoitia solo esta haciendo mímica. Si por lo menso se auto-criticara algo estaría enfatizando en retrospección. Realmente no siento que este innovando, ni demostrando algo que no puedo ver diario en las redes.
Lo que mas me llamo la atención en la bienal fueron dos cosas. La primera es la entrega de no tres o cuatro menciones honoríficas, ¿pero diez? ¿Cual era el propósito? ¿Acaso no es coherente o suficiente el reconocimiento de estar expuesto? La otra son las cédulas, que ya dije son extensas y que en muchas ocasiones me parecían mucho mas interesantes como ideas, que me creaban varias imágenes, pero eran en múltiples ocasiones exageradas o mas interesantes que las obras expuestas.

Paso al trabajo de Diego Berruecos, ganador del segundo lugar, inspirado por el trabajo fotográfico del estadounidense Ed Ruscha, que hizo 26 fotografías de gasolineras en EU en 1963. Berruecos pasa simplemente a adaptarlo a las circunstancias actuales de México y PEMEX. Excelente analogía, para al público, pero al fin y al cabo solo esta imitando, copiando, y robando y entonces para el neófito o al ignorante del medio se le esta diciendo que para ganar, no hace falta ni crear.

Consultando al jurado, porque como tantos otros ya se han expresando, yo también me vi perplejo con la controversial pieza denominada Linde, de Carlos Iván Hernández, que el mismo define en la cédula como: “Instalación realizada con alambre de púas y pelo de vaca.” Y es lo único que es y así es textual en tercera dimensión. Hablé con Carlos Iván sobre su propuesta y me sorprendí que hasta el día de hoy, después de tanta controversia, nadie le había ni consultado ni preguntado porque puso esa pieza. Resulta que el concursó con una instalación en video y 16 fotografías, pero que la curaduría le aconsejo que interviniera con otro material porque el material presentado ya se había expuesto anteriormente. Aclaremos que en las bases de la bienal, el jurado podía solicitar esta opción. Carlos Iván sin embargo, coincidió en que el se sentía con esta pieza que presento ajeno a lo que la bienal significaba. La curaduría se apropio del arista y de su intención.

Así mismo está la pieza de Jesús Jiménez, de la serie Apuntes de una negociación. Impresiones enormes, de números, que van del techo al suelo, representando enormes tickets de una calculadora analógica. Hecho, como indica la cédula, sobre papel bond de 310 gramos. ¿No hubiese sido mejor hacerlo directamente sobre el mismo papel periódico de las calculadoras? Cobraría aun mas fuerza como pieza. Como si por imprimir en papel de foto, ¿lo convierte en qué? En fin, ninguna de las dos obras cabe en ser una fotografía ni una foto y no puede haber defensa para estar ahí. Ahora eso si, hubo público en la bienal que cuando les cuestioné sobre lo mismo, y en específico Linde, me decían, “pues a mi si me crea una imagen”, pero no se atrevían a decirme si lo consideraban una fotografía o si realmente debía estar ahí. Se atoraban en el lenguaje. Con lo de Jiménez se quedaban mudos.

Hablando extensamente de las controversias de estas dos piezas con Irving Domínguez, en ambas pude entender perfectamente su origen y se me hicieron, confieso, interesantes. Sin embargo, como ya mencioné, también descubrí que en ambos casos, las dos piezas no representaban el conjunto de lo que ambos propusieron. ¿Dónde quedo el concurso? Me parece negligente la falla del jurado y ofensivo para todos aquellos que su obra no fue aceptada. En mi opinión le correspondía al jurado explicar esto al público. En el caso de la obra de Jesús Jiménez que finalmente es una ilustración conceptual de su experiencia ante el secuestro, coincide una vez mas con muchas otras obras que hacen uso de otras artes plásticas, que no son fotografías, pero que crean imágenes en nuestro consciente. De acuerdo, ¿pero dónde queda entonces el trabajo fotográfico de Carlos Iván y Jesús Jiménez? ¿El público no merece verlo?

Me quedo con una impresión de que hay una gran falta de madurez en la fotografía que se esta presentando, o que no saben presentar o que pues quizá ni existe. Por un lado esta un jurado que como bien dijo la jurada, Yvonne Venegas en entrevista con Imagen Líquida, “la intención era provocar” y que el jurado se veía en la tarea de que hacer con la actual sobre producción de imágenes a nivel global. Pues eso no se si es como una escapatoria por falta de recursos, porque hay que tener contenido, fondo, sustancia para provocar. ¿O es que porque estamos tan saturados de imágenes en la sociedad ahora sólo sentimos que tenemos hay que hacer un reflejo? Venegas, como fotógrafa y ganadora de un Premio Guggenheim, provoca, pero no hace uso ni mezcla de ningún otro medio plástico para expresarse.

Stanley Kubrick decía que la mejor manera de aprender a hacer cine es hacerlo. Si decidieron ser fotógrafos, disciplínense, investiguen mas a fondo a sus sujetos o temáticas, exploren y experimenten romper o redefinir la narrativa, pero con fotografías. Hagan uso de otros medios para enfatizar o redefinir la narrativa, pero la fotografía es la que debe ser el principal medio para comunicarse. Da la impresión de que se están dejando llevar por la curaduría y no por lo que hacen como fotógrafos. Pongo dos ejemplos: el trabajo en libro de David Alan Harvey, Based on a true story, donde logra definir varias narrativas en una y hasta permite al publico deshacer el libro y crear la suya. El otro es el trabajo de Harit Srikhao, joven Tailandés que con el uso del collage, cortando e interviniendo directamente en los negativos y impresiones, reunió un impresionante ensayo quimérico que atestigua una serie de trágicos acontecimientos a través de su experiencia personal en el golpe de estado reciente.

Ahora, está bien, siempre cabe ser el abogado del diablo, aunque sea por un momento, porque hay circunstancias tanto digitales como de competencia que han cambiado mucho el rumbo de la “fotografía”. Los jóvenes fotógrafos de hoy se ven compitiendo con toda la mezcla de artes multidimensionales que hoy se conjugan en lo digital y así mismo en el arte contemporáneo vemos transformaciones a veces hasta indefinibles al púbico. Entonces, ahí si tenemos otro problema, el arte nuevamente se esta aislando. Mi impresión es que yo debo ver el arte y sentir algo, que algo se mueva en mi y no tener que leer un texto para entonces intelectualizar y racionalizar la pieza. El problema no se va resolver haciendo un batido.

Sin embargo, no puedo negar que la controversia desatada con la bienal ha provocado y nos ha llevado a cuestionar que esta sucediendo en la actualidad con la fotografía, por lo menos en México. Pero concluyo que tanto el jurado, como la curaduría han superado a los fotógrafos y no positivamente, porque están encasillados y intentando salir adelante con otras herramientas en vez de las que se les han otorgado a los concursantes. Hay muchas preguntas, pero a mi parecer casi todas ya existían y no se han resuelto. Quizá sea mejor así. Nos hace falta mas misterio entre ceja y ceja y no crear distanciamientos entre disciplinas por faltas de madurez.

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