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La corrupción volvió a México el paraíso de las constructoras en este sexenio, dicen especialistas

15/04/2018 - 5:30 pm

Los coordinadores del capítulo “Las ciudades de México. Retos para el desarrollo sostenible”, Luis Zambrano González, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, y Salvador Medina Ramírez, maestro en urbanismo, coincidieron en que las metrópolis de la República Mexicana han crecido de forma desordenada.

Además, afirmaron, los gobiernos federal y locales han permitido que la corrupción mande, pues las autoridades han actuado en favor de los intereses económicos de las empresas constructoras, sin tomar en cuenta las necesidades de la población y las características de las zonas a desarrollar.

Ciudad de México, 15 de abril (SinEmbargo).- Las ciudades mexicanas han sido poco planeadas y concentran problemas de gobernanza, desigualdad social, distribución del agua, transporte público, manejo del territorio, basura y contaminación, afirman especialistas.

En un esfuerzo por construir alternativas y propuesta a los retos que enfrenta México en materia ambiental, 40 investigadores de distintas facultades e institutos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial A.C. “Ing. Jorge L. Tamayo” (CentroGeo) y el Colegio de México desarrollaron la Agenda Ambiental 2018.

Además de las distintas instituciones académicas, a la realización de la agenda presentada hace algunas semanas se unieron el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, Conservación Biodiversidad, la Fundación Semillas de Vida y la Iniciativa Climática de México.

En entrevista para SinEmbargo, los coordinadores del capítulo “Las ciudades de México. Retos para el desarrollo sostenible”, Luis Zambrano González, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, y Salvador Medina Ramírez, maestro en urbanismo, coincidieron en que las metrópolis de la República Mexicana han crecido de forma desordenada.

“Las ciudades han crecido de manera exponencial. Hace 10 ó 15 años no existían tantas ciudades […]. Las megaurbes como la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara han crecido de manera exponencial y con muy poco orden en términos territoriales y eso es lo que nos tiene preocupados”, indicó Zambrano González.

En el mismo sentido, Medina apuntaló: “Tenemos un problema generalizado en las ciudades de México: crecimiento expansivo, desordenado y a veces un poco anárquico”.

Los académicos afirmaron que el crecimiento exponencial y la dinámica de las ciudades complican determinar con precisión cuántas urbes existen en México. Pero, de acuerdo con el documento “Tendencias del desarrollo urbano en México”, elaborado el año pasado por ONU-Habitat, un programa de la Organización de las Naciones Unidas, existen 384 ciudades en el país, cifra que para 2030 llegará a 961, donde podría concentrarse 83 por ciento de la población nacional, predominantemente pobre.

Zambrano destacó que en los últimos años, las ciudades de Oaxaca, San Luis Potosí, Oaxaca, Mérida y León han ido creciendo de manera exponencial y afirmó que el “desorden” con el que se han desarrollado  obedece al manejo de los territorios que se ha generado en atención a la oferta- demanda y plusvalía, sin tomar en cuenta un plan de desarrollo, sino sólo el interés de la industria de la construcción.

“Todas las ciudades están poco planeadas en México. Ha fallado fundamentalmente regulación en manejo de territorio. Ha sobrado corrupción y ha sobrado impunidad”, remarcó.

La corrupción, puntualizó, se ha dado en el manejo del territorio, ya que las autoridades han actuado en favor de los intereses económicos de las empresas constructoras, sin tomar en cuenta las necesidades de la población y las características de las zonas a desarrollar.

“Las constructoras indican a las autoridades en qué zona buscan implantar sus proyectos y el Estado modifica las leyes a modo para que ellos puedan construir. Verdaderamente las políticas públicas se basan en lo que las constructoras quieren, más que en la necesidad de la ciudad para crecer de mejor manera. [Las autoridades] se han doblado ante las inmobiliarias”, insistió.

Y añadió: “El gran error de la administración es doblegarse ante las grandes constructoras que son ahorita las mafias más importantes, peores que las del narcotráfico, desde mi punto de vista. Las mafias de las constructoras son las más pesadas, las más fuertes y las que más doblegan a todas las alcaldías de todas las ciudades”.

LAS CONSECUENCIAS DE UNA MALA PLANEACIÓN

Zambrano González evidenció que el descontrol y poca planeación del crecimiento urbano ha ocasionado distintas problemáticas que impactan la calidad de vida de los habitantes, entre ellas desigualdad social, falta de transporte adecuado, exceso de basura, escasez de agua, contaminación e incluso inundaciones.

Si una ciudad está mal planeada y si se expande mucho y rápidamente, explicó, se reduce la cantidad de infiltración de agua que a su vez provoca escasez del vital líquido, pero no sólo eso, también disminuye la capacidad de absorción del recurso en un evento extremo, por lo que llega a ocasionar inundaciones.

“En una lluvia muy fuerte, en lugar de que el agua se absorba en los bosques, avanza rápido por las tuberías, llega a las zonas más bajas muy rápido y al hacerlo inunda. Somos más vulnerables a las inundaciones cuando tenemos urbanización en las zonas más alejadas”, describió.

La contaminación es otra de las dificultades a las que se enfrentan las urbes mexicanas, pues la falta de transporte público y la apuesta por la infraestructura para el automóvil han originado que cada vez incremente más el parque vehicular, lo que además desata tráfico y merma la calidad de vida a consecuencia de los largos trayectos y mala calidad del aire.

Además, advirtió, progresivamente las ciudades se quedan sin espacio para verter residuos, toda vez que el tipo de consumo ha originado la elaboración de productos empaquetados en materiales como el plástico.

“Las ciudades están produciendo un exceso de basura. La ciudad ya no tiene espacio para verter sus residuos”, comentó.

En ese sentido en la agenda se incluye lo siguiente : “Los residuos sólidos urbanos han crecido a una tasa
anual promedio de 3.3 por ciento (superior a la de la economía), duplicándose entre 1992 y 2012, mientras que la generación per cápita ha crecido de 0.7 a 1.0 toneladas anuales. El 90 por ciento de los residuos sólidos urbanos se recolecta, y la disposición en rellenos sanitarios representa el 70 por ciento del total recolectado, lo que implica un grado muy reducido de oportunidades de  reciclaje”.

Por otro lado, en una misma ciudad, señaló el especialista, existen realidades distintas: “No es lo mismo Polanco que Iztapalapa, aunque estén dentro de la Ciudad de México”, dijo.

Por ejemplo en las zonas de alta plusvalía hay mayor acceso al agua, más seguridad, mejores sistemas de transporte público y vías de acceso; mientras que en áreas marginadas, la disponibilidad del vital líquido es limitada, hay menos vigilancia y el transporte es de menor calidad, como microbuses y vagonetas.

“Si hay falta de agua en las ciudades, los primeros que sufren son los barrios que tienen menor capacidad económica […] La distribución del agua en las ciudades es uno de los grandes problemas de inequidad en el país”, ejemplificó.

Por si fuera poco, los especialistas advierten que las ciudades son más vulnerables al cambio climático que el resto del territorio mexicano debido a la concentración poblacional y al excesivo parque vehicular.

¿QUÉ DEJA EPN EN LAS CIUDADES?

La administración priista de Enrique Peña Nieto está en la recta final, ocho meses es todo el tiempo que le queda en la silla presidencial, pero, ¿qué hizo en el tema de ciudades durante los 5 años y 4 meses que ha gobernado? Nada positivo, afirmó Zambrano González, por el contrario desató “un desastre” con el desarrollo del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).

“A nivel federal no les importó el tema de las ciudades. Lo único que generaron fue un desastre porque impusieron el aeropuerto en una de las zonas más sensibles de la Ciudad de México, la ciudad más importante del país. Tomaron una decisión muy arbitraria y muy poco pensada que va a afectar a 20 millones de habitantes en términos ecosistémicos”, sostuvo.

En las distintas urbes del resto del país, a nivel local hubo “algunas pinceladas” de avance. En el caso de la capital mexicana existieron “intentos” de mejorar la movilidad en bicicleta, pero esos aciertos, aclaró, le pertenecen a la sociedad civil que ha luchado por la expansión de las ciclovías, por ejemplo.

PROPUESTAS DESDE LA ACADEMIA

Ante este panorama, los expertos enunciaron que las administraciones federal y estatales que están próximas a llegar al poder tienen retos que atender en materia de gobernanza, transporte público, manejo territorial, desigualdad, agua y basura, principalmente.

Entre las recomendaciones que el documento ofrece se encuentran:

–Incluir en la política de agua el análisis de la capacidad de los acuíferos y la restauración y manejo de los cuerpos de agua superficiales para evitar inundaciones y aumentar las posibilidades de provisión.

–Crear un sistema de monitoreo público sobre calidad del aire y del agua potable en las distintas urbes.

–Afrontar el tema de movilidad con esquemas de eficiencia para mover personas, de reducción de externalidades y no pensada sólo para los automóviles. El transporte público de calidad es fundamental para reducir contaminación y la inequidad en la movilidad.

–Cada ciudad debe contar con un Instituto Municipal de Planeación o Instituto Metropolitano de Planeación que sea autónomo de las autoridades y que se encargue de los programas de manejo territorial.

–Las ciudades que estén asentadas en las mismas cuencas deberán contar con un programa intergubernamental que permita tomar decisiones políticas integrales.

–Las políticas de sustentabilidad requieren considerar la desigualdad creciente en las ciudades y la existencia de mercados informales.

–Las metrópolis deben contar con un programa de planeación para la adaptación y mitigación frente al cambio climático que reduzca su vulnerabilidad.

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