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Óscar de la Borbolla

15/10/2018 - 12:03 am

Canto al hastío

La vida es nuestro tiempo. No el que pasa y se va, sino el que se queda marcado en la memoria y en el cuerpo. Y qué remedio, habrá que pagar las consecuencias.

“Hoy, como nunca, quisiera ser el otro, el que se fue por la acera de enfrente, el que leyó otros libros y escribió otros cuentos, o quien no leyó nunca ni escribió jamás esto ni aquello”. Foto: Especial

Estoy harto de esta cara y estos sueños; de reconocerme en las fotografías y en los espejos, y de que mis sueños sigan siendo sueños: zanahorias sembradas en un horizonte que se aleja. Quisiera cambiar de cuenta bancaria y de recuerdos: acordarme de otras cosas, volar o retorcerme de manera distinta, tener otro timbre de voz y una sombra a la que no reconociera. Como me gustaría hablar otras palabras, romperme de otro modo, pensar en otras gentes; pero la vida es esto: un montón de años que son como los hijos para siempre.

La vida es nuestro tiempo. No el que pasa y se va, sino el que se queda marcado en la memoria y en el cuerpo. Y qué remedio, habrá que pagar las consecuencias. Hoy, como nunca, quisiera ser el otro, el que se fue por la acera de enfrente, el que leyó otros libros y escribió otros cuentos, o quien no leyó nunca ni escribió jamás esto ni aquello. Pero ahí está mi nombre en la cabeza de este texto y en cada letra y en cada giro y en cada queja. Soy la suma de lo que sumo y lo que resta y, por eso, quisiera venir de otros naufragios y haber vivido bajo cielos ajenos.

Entiendo que este hastío sería idéntico si hubiese sido cualquiera de los otros, pues la puerilidad no existía en ninguna de mis posibles versiones. Lo sé perfectamente, pero, al menos, hoy estaría arrepentido de esas otras vidas y deseando ésta. Porque lo malo de la vida no es la vida, sino que sea tan sólo una para cada quien.

Y por favor no se me malentienda, mi vida no ha sido la sosa monotonía de una vida simple; me he dado el lujo de una vida donde han cabido varías y, no obstante, me falta: siempre me faltará ser otro y otro diferente muchas veces.

Y tampoco el problema fue haber elegido lo que me hizo, pues el problema no es el pasado, sino lo poco que a ese pasado le queda de futuro, porque fuera el que fuese del pasado uno no sale ileso.

Twitter: @oscardelaborbol

Óscar de la Borbolla
Escritor y filósofo, es originario de la Ciudad de México, aunque, como dijo el poeta Fargue: ha soñado tanto, ha soñado tanto que ya no es de aquí. Entre sus libros destacan: Las vocales malditas, Filosofía para inconformes, La libertad de ser distinto, El futuro no será de nadie, La rebeldía de pensar, Instrucciones para destruir la realidad, La vida de un muerto, Asalto al infierno, Nada es para tanto y Todo está permitido. Ha sido profesor de Ontología en la FES Acatlán por décadas y, eventualmente, se le puede ver en programas culturales de televisión en los que arma divertidas polémicas. Su frase emblemática es: "Los locos no somos lo morboso, solo somos lo no ortodoxo... Los locos somos otro cosmos."

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