Cuando hablar de represión es un crimen; los 40 literatos chinos tras las rejas en El Día del Escritor Preso

15/11/2012 - 12:00 am

Por Andreas Landwehr / dpa

Pekín.- Más de 40 escritores chinos están entre rejas. ¿Sus crímenes? Hablar sobre un tema tabú, como la sangrienta represión del movimiento democrático de 1989, o enfrentarse al régimen comunista pidiendo libertad y democracia. Para recordarlos a ellos y a quienes sufren su misma situación en otros países se celebra el 15 de noviembre el Día del Escritor Preso.

Sin duda, el escritor chino en prisión más famoso es Liu Xiaobo. Galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2010, cumple prisión en una cárcel de Jinzhou, en el noreste de China. Su mujer, Liu Xia, fue puesta bajo arresto domiciliario en su vivienda de Pekín después de que los académicos lo premiaran. Casi como una rehén, quizá para provocar su salida, especulan defensores de los derechos humanos.

En China, los escritores críticos con el régimen o tienen un pie en la cárcel o no encuentran editorial. “Los autores tienen que autocensurarse si quieren publicar”, afirma a dpa Patrick Poon, presidente del Club PEN en Hong Kong. “Quienes piensan de forma diferente sólo pueden publicar en páginas web extranjeras o editar sus libros fuera.” A muchos, como a Liao Yiwu, que huyó a Alemania, o a Yu Jie, que vive en Estados Unidos, sólo les queda el exilio si no quieren someterse a la censura y la presión de la seguridad del Estado.

Sin embargo, el escritor chino Mo Yan, que este año fue honrado con el Nobel de Literatura, ha logrado adaptarse. Se mueve por el campo minado de la censura, pero no por eso es peor escritor, aunque tenga que justificar por qué es tan cercano al régimen. Mo es vicepresidente de la asociación oficial de escritores, mientras que Liu Xiaobo es el presidente honorífico del Club PEN de escritores chinos independientes.

Mo manifestó tras el premio sus esperanzas de que Liu “pueda recuperar su libertad lo antes posible y con buena salud”. Aunque no se sabe si volverá a acordarse de su compatriota cuando en diciembre pronuncie el tradicional discurso Nobel en Oslo. Hace dos años, una silla vacía simbolizó durante la ceremonia la falta de libertad en China. Liu Xiaobo fue el primer Nobel desde el publicista alemán detenido por los nazis Carl von Ossietzky (1889-1938) al que no se permitió recibir en persona el galardón.

Pero también hay escritores menos famosos que sufren la represión del régimen chino. Uno de ellos es Yang Tianshui, condenado en 2006 por sus artículos online críticos con Pekín a 12 años de cárcel. O Qi Chonghuai, que en 2008 fue sentenciado a cuatro años de prisión por destapar la corrupción de las autoridades locales. Imbatible, escribió un artículo sobre el maltrato a presos en las cárceles, que fue descubierto. En mayo de 2011, un mes antes de su puesta en libertad, fue condenado a otros ocho años entre rejas.

La nueva cúpula china no hace prever que la situación mejore. Una vez culmine el Congreso del Partido Comunista, que se celebra cada cinco años, el jueves se nombrará a la nueva generación de líderes. El saliente jefe de Estado y Partido, Hu Jintao, será reemplazado por el actual vicepresidente Xi Jinping, diez años más joven.

“No espero mucho de la nueva cúpula”, dice Poo. “Sólo espero que reconozcan que la libertad de expresión es un avance que no pueden frenar: muchas personas, sobre todo jóvenes, expresan su opinión sobre los problemas políticos y sociales a través de Internet”, añadió el presidente del Club PEN. “Al gobierno le interesaría dar más libertad de opinión a los ciudadanos y escritores. Así, las quejas de la sociedad podrían canalizarse en discusiones, y eso revierte en estabilidad. Pero de eso se preocupa demasiado el gobierno.”

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