La medida anunciada el sábado por la NFL fue adoptada aun cuando el Departamento de Seguridad Interna (DHS) negó el riesgo de amenazas creíbles contra Estados Unidos.

“La seguridad de nuestros fanáticos, el personal de los estadios y los equipos es nuestra prioridad” indicó.

En Baltimore las autoridades, en coordinación con la NFL, desplegaron agentes con perros entrenados para detectar explosivos, entre otras medidas de seguridad previas al partido ante los Cuervos de Baltimore y los Jaguares de Jacksonville.

En el estadio FedexField, la casa de los Pieles Rojas de Washington, las autoridades prohibieron el ingreso de bolsas de gran tamaño y restringieron el acceso de artículos personales, como ocurrió en otros del país.

Autoridades del Condado de Prince Georges movilizaron incluso patrullas de policía que fueron estacionadas dentro del estacionamiento y en las inmediaciones del estadio en la comunidad de Landover, como muestra de fuerza.

Al final del partido, Jay Gruden, el entrenador en jefe de los Pieles Rojas, aludió el aumento de la seguridad en este partido, pero dijo a reporteros que no distrajeron a su equipo, que se impuso a los visitantes con marcador de 47-14.

Poco antes del inicio del juego, los asistentes al partido guardaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas fatales, los heridos y sus familias, en una escena que se repitió a través del país en todos los estadios donde la liga celebró partidos.