Twitter es una basura: la lengua afilada de Caitlin Moran

16/01/2016 - 12:00 am
Una feminista divertida e inteligente. Foto: Anagrama
Una feminista divertida e inteligente. Foto: Anagrama

¡Qué personaje entrañable! Llamada la más famosa socialista pop del Reino Unido, la autora de Como se hace una chica, otorgó una entrevista muy reveladora al diario.es

Ciudad de México, 16 de enero (SinEmbargo).- Una entrevista a cargo de la periodista Lucía Lijtmaer, publicada el año pasado en el diario.es ayuda a entender un poco más el fenómeno de Caitlin Moran, la periodista británica abanderada de lo que se conoce como el nuevo feminismo y que ha ganado muchos lectores con su libro Cómo se hace una chica (Anagrama).

“Si eres una adolescente con unos kilos de más, te masturbas con sigilo para no despertar a tu hermano pequeño, vives en Wolverhampton, formas parte de una familia numerosa con una economía precaria, tienes un padre con aspiraciones nunca cumplidas de triunfar en la música, que abusa de la botella, y una madre depresiva, la vida puede ser un asco. Si para colmo haces el ridículo en la televisión local leyendo un poema, probablemente ha llegado el momento de tomar una decisión drástica. Empezando por cambiarte el nombre”, empieza el libro que ha elogiado tanto la crítica anglosajona como la española.

Caitlin Moran (Brighton, Reino Unido, 1975) recibió en 2010 el Premio de la Prensa Británica al mejor columnista del año y en 2011 el premio al mejor crítico y entrevistador. Moran cuenta con más de 500.000 seguidores en Twitter. En Anagrama también ha publicado Cómo ser mujer (uno de los mayores y más fulminantes éxitos en lengua inglesa de los últimos tiempos, libro del año en los Galaxy National Book Awards y que obtuvo el British Book Awards Book of the Year y un Irish Book Award).

LAS COSAS QUE DICE CAITLIN MORAN EN LAS ENTREVISTAS

Sobre la política en Reino Unido: Necesitamos partidos del siglo XXI, estructurados de manera que la gente pueda participar. Eso es lo que aprendimos de la mierda que ha supuesto UKIP (partido de la derecha), salieron de la nada y acapararon los medios de comunicación y eso resulta muy fácil de hacer. Por eso la trilogía de la que forma parte Cómo se hace una chica sigue con un libro en el que la protagonista se hace famosa y el siguiente ella crea su propio partido político, saliendo de la nada, insertándose en un sistema para cambiarlo, como hicieron sus abuelos, por ejemplo.

Sobre la clase obrera en Reino Unido: Vivimos en un contexto en el que se ha borrado la cultura de clase y a la clase obrera en general del panorama mediático y social en el Reino Unido. Sólo sabemos nuestra propia historia porque nuestras familias la comparten: no se enseña en los colegios, no hay series de televisión al respecto. Nosotros inventamos la Gran Bretaña moderna: el fin de semana, las fiestas, el rock and roll, la era industrial. Si te fijas en todo lo que se celebraba en los Juegos Olímpicos de 2012: los Beatles, JK Rowling, las raves… lo hacían pasar por logros británicos  y no lo son. Son logros de la clase obrera.

Sobre la clase media: ¡Cada vez es peor! ¡Eso es lo que lleva al fascismo, esa idea de que somos parásitos del sistema! El concepto de igualdad para la clase media es que hay que creer en ella porque es algo noble, para ayudar a los menos afortunados y se equivocan. Necesitamos igualdad porque esa es la verdadera fuente de riqueza, y no el uranio o el plutonio. Si un chico de un colegio público de mierda no llega a la universidad, no inventará una cura contra el cáncer y moriremos todos. Y en un país que se considera democrático pero la democracia no se ejerce ni se sustenta, nadie quiere votar, por eso estamos jodidos.

Sobre las periodistas y los periodistas: Mientras nosotras nos quedábamos haciendo periodismo cultural, los periodistas hombres se especializaron: política, historia, economía… no conozco a ningún tipo al que lo llamen para hablar de esas cosas aunque no sea un especialista y se niegue por falta de conocimiento. En cambio, a las mujeres se nos ha educado en la falta de confianza, por eso hay menos expertas en los debates televisivos. Así que todas esas compañeras de las que hablas y yo básicamente tratamos temas de género y feminismo porque en eso sí que tenemos experiencia, de eso sabemos que podemos hablar. Claro que de repente aparece algún tipo a decirte cómo ha sido el movimiento feminista y da un poco de risa. A mí me pasó en Twitter la semana pasada: un tipo me quería explicar la historia de la sexualidad femenina. En serio.

Sobre los estereotipos femeninos: Sí, Johanna es una adolescente gorda y por cómo se cuentan las cosas en la ficción, debería haber pasado por una etapa en la que nadie se quiere acostar con ella. Pero es que la realidad no es así: los hombres no tienen muchos prejuicios, no eligen. Si le dices a un chico en una discoteca: “Me gustaría que me besaras”, en un 90% de las ocasiones, lo hará. Las mujeres nos obsesionamos por ser perfectas en un futuro. Siempre pensamos: en diez años, mi vida comenzará. O “cuando pierda esos kilos, mi vida será genial realmente”. Y eso no es así, tu vida es tuya ahora, eso es lo que hace el personaje: tomar las riendas. Odio esa mierda del hombre que descubre a la mujer en las películas y los libros, como Rochester con Jane Eyre: “Yo veo tu belleza interior”. Francamente, Rochester: que te jodan. Quería una protagonista que fuera consciente de su atractivo, de sí misma, que no tuviera que esperar a que un tipo se lo enseñara.

Sobre el feminismo socialista: Soy una feminista socialista que habla de sexo todo el rato con sentido del humor y jamás he tenido tantas ofertas de miembros masculinos como ahora. En serio, desde que soy famosa, tipos increíbles, muy guapos y muy listos me han ofrecido llevarme a la cama. Estoy felizmente casada pero es muy agradable tener estas ofertas. Realmente creo que no hay truco: si te presentas como alguien con sentido del humor, inteligencia y le dices a todo el mundo que eres buena en la cama, tu vida es fantástica (ríe). La gente piensa que si hablas de género y feminismo tu vida será una mierda, todo el mundo te verá como una amargada, te trolearán en Twitter y jamás podrás vivir de esto. Nosotras somos la prueba de que te lo puedes pasar bien y vivir de esto. Chicas, en serio: he ganado muchísimo dinero, han venido hombres maravillosos a pedirme que nos acostáramos.

Sobre las redes sociales: Las redes sociales son básicamente un cúmulo de cinismo. Los adolescentes se protegen con la armadura del cinismo y atacan lo que ocurre a su alrededor por puro miedo. Y eso funciona al principio, pero te dificulta mucho pasártelo bien. Cualquiera que tenga un público ante el que responder comenzará siendo cínico, es lo que me pasaba a mí de joven, estaba rodeada de chicos mayores y quería impresionarlos. A veces todavía me pasa: cuando Ed Sheeran actuó en el Jubileo de la Reina, tuiteé en su contra porque realmente odiaba su disco. Me contestó que sentía mucho que no me gustara su música. Me di cuenta de que, como él es amigo de Taylor Swift, básicamente acababa de tirar a la basura cualquier oportunidad de ser amiga de Taylor Swift en un futuro. Nadie te dirá jamás: “Me enamoré de ti cuando comenzaste esa campaña de odio contra tal persona”. No hay nada más hermoso que hablar de las cosas que te gustan, es lo más natural y positivo que hay y te lleva mucho más lejos. Convertirte en alguien cínico solo revienta tus posibilidades de contribuir a la revolución.

Sobre las celebridades: Courtney Love me pareció extremadamente inteligente, increíblemente culta. Lo ha leído absolutamente todo y resulta un placer hablar con ella de cualquier cosa: política, literatura, poesía… puede hablar durante horas. Entrevistar a Lady Gaga me supuso una noche divertidísima con ella y me permitió un acceso total a su intimidad. Se fue de juerga, se pilló una borrachera antológica y aun así nadie sacó una foto, nadie reveló nada embarazoso. Se dedicó a ir a la barra del bar y pagar las bebidas de todos los que estábamos ahí de manera relajada, algo nada habitual cuando tienes ese nivel de fama, me pareció una persona muy madura. Con Benedict Cumberbatch me emborraché un poco y le pedí que hiciera de Sherlock, así, sin anestesia. Le reclamé que hiciera todos los papeles de su carrera: Julian Assange, William Pitt, Alan Turing… consecutivamente. Y él me iba obedeciendo como si se tratara de un karaoke (ríe).

Sobre la cultura de la celebridad: Nuestra cultura convierte a los famosos en dioses modernos, son la gente de la que aprendemos lecciones. Que Bruce Jenner, padrastro de Kim Kardashian, esté en proceso de transición de género y lo explique nos hará aprender muchísimo como sociedad. De la misma manera que tuvimos al primer concursante abiertamente homosexual en Gran Hermano, un tipo brillante y encantador, y a su lado a un compañero en el reality que era homofóbico que le hacía la vida imposible y el contraste nos horrorizó: ¿cómo se podía tratar mal a un chico tan agradable y simpático? Eso nos hizo aprender como sociedad, en esa época en conjunto éramos un país tremendamente homofóbico. La cultura de las celebrities es muy útil, puede afectar muchísimo positivamente. El problema son las revistas que lo analizan todo de manera reduccionista -pienso en Hello! o OK Magazine-. Necesitamos escritores que analicen por qué la cultura de los famosos es como es y que lo hagan con cierta compasión.

Sobre la sexualidad femenina: no se habla lo suficiente sobre la sexualidad femenina. Según los estudios, a las mujeres les excita casi todo, pero vivimos en una cultura donde se nos representa como frígidas. Y ni hablar del hecho de que nos podamos correr durante toda la noche. Piénsalo: las mujeres se excitan y se corren más que los hombres y nuestra cultura nos repite que estamos mucho menos interesadas en el sexo. ¿De qué va esto?

Sobre el troleo a las feministas: Me dedico a esto hace más de veinte años y realmente tengo mucha suerte: para ser feminista y socialista no me atacan ni la mitad que a mis compañeras. Creo que tiene que ver con cómo lo comunico: me preocupo mucho de que sea con preguntas o dudas, con respeto. Eso se lo recomiendo a todas las mujeres en la causa: no comuniques desde la emoción o el enojo porque siempre sales perdiendo. Aun así, las redes sociales tienen que evolucionar. Fíjate en Twitter, es una basura: generan millones y aun así se niegan a controlar los ataques y el troleo. Intenté iniciar una campaña con todos los famosos para que nos fuéramos de Twitter: sin todas las mujeres, los negros y los trans, Twitter estaría acabado. Todos somos el público, la gente que genera su contenido. Aun así, las redes sociales sí cambian el mundo porque por primera vez en la historia la gente y los medios se relacionan de tú a tú.

Sobre la cura de la resaca: Primero hay que tener en cuenta que he descubierto que el vermut con gaseosa no te emborracha, te convierte en alguien mucho más listo y progresivamente más de izquierdas a medida que avanza la noche. En serio, la noche que lo descubrí me convertí en Karl Marx tras unas copas. La cura para la resaca es: las aspirinas Berocca, 20 gotas de silimarina, una hierba que ayuda al hígado y se encuentra en cualquier herbolario y unas pastillas para frenar la deshidratación tras la diarrea, las puedes conseguir en la farmacia. Con esto acabas con el 80% de los efectos de la resaca. No te cambia la vida, pero al menos no te levantas con la sensación aterradora de tener amnesia tras haber matado a alguien la noche anterior.

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