“La mayor red social del mundo no es Facebook, es la comida”: Ferran Adrià

16/03/2018 - 12:02 am

El chef que en 2011 cerró su restaurante El Bulli, considerado alguna vez el mejor del mundo, para luego convertirlo en todo un proyecto de apoyo a la innovación, planea abrir un museo dedicado a la creación.

Barcelona, 16 de febrero (EFE).- El cocinero Ferran Adrià aseguró que “la mayor red social del mundo no es Facebook”, sino “la comida”, un momento en que coinciden más de 4 mil millones de personas todos los días.

Lo afirmó en una conversación con Andrés Saborido, director de Wayra España, en el marco de un acto organizado por Telefónica Open Future en el 4YFN (4 Years From Now), un espacio dedicado a las “startups” (empresas emergentes), que se celebra en paralelo al Mobile World Congress (MWC), el principal evento mundial de la telefonía móvil.

El cocinero explicó que no le gustaba “ni cocinar ni comer”, pero se buscó “un trabajo de friegaplatos para pagarse un viaje” y así es como empezó su andadura en el mundo de la gastronomía.

“Empezar de esta forma tan azarosa me hizo hacerme preguntas desde muy pronto; entonces no tenía vocación y me fui enamorando de la cocina poco a poco, sin flechazo”, destacó Adrià, que subrayó que “la fuerza del Bulli es que hizo pensar a todo el mundo”.

“En los restaurantes antes solo había experiencias emocionales y en el Bulli hacíamos que la gente pensara”, señaló.

Según el cocinero, cualquiera “puede crear” pero “no todos pueden innovar, porque la gente te tiene que comprar esa novedad”.

Adrià aseguró que “el gran error hoy en día de las miniempresas es que a casi nadie le importa ser empresario”, pero ni siquiera “sabe qué es la visión, la misión y la estructura de la empresa”.

En su opinión, se confunde “la eficacia con la eficiencia” y consideró que “con poco presupuesto tienes que ser muy eficiente” y puso como ejemplo su antiguo restaurante, donde se gastaba el 22 por ciento de la facturación en I+D.

Adrià también se pronunció sobre el talento creativo, que “no se puede educar” y explicó lo que le ocurrió a él con el futbol. “Yo quería ser como Cruyff y entrenaba mucho para ello, pero lo más lejos que llegué fue a quinta división. La educación puede ayudar a mejorar, pero poco más”, aseguró.

El chef confesó que solo invierte en lo que controla y aconsejó que “si no es tu sector, no inviertas”.

“A mí el mundo de las ‘startups’ me interesaba, pero me dije: para entender esto, o haces un máster o inviertes, y así me animé a invertir en startups”, recordó.

Admitió que su motivación “no era ganar premios”, sino levantarse por la mañana y “ejercer la creatividad extrema”, lo que suponía 17 horas al día, 365 días al año “pensando en abrir caminos”.

“Nuestro objetivo era saber cuál era el límite de una experiencia gastronómica y estuvimos buscándolo durante 25 años hasta que lo encontramos”, explicó el cocinero, que confesó que al final se convirtieron “en una empresa perfectamente aburrida”.

Y cerró el restaurante el Bulli cuando encontraron “su límite”: “Lo teníamos todo demasiado controlado, no había caos; habíamos hecho un árbol, así que cortamos por la raíz y decidimos volver a empezar”.

Ahora Ferran Adrià está inmerso en El Bulli 1846, al que considera “el proyecto madre” y que “quiere ser un museo de creación e innovación”.

“Ahora mismo no hay ningún museo en el mundo de este tipo”, concluyó el cocinero. EFE

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