Nayla, una mamá muy valiente

16/05/2021 - 12:01 am
Nayla y Neo. Foto: Santuario Libres al Fin

Existe un vínculo muy hermoso y único entre las madres y sus hijos, un vínculo que dura por siempre y que es fundamental para el desarrollo del bebé.

Sin importar la especie, a la mamá le aprendemos todo, de chica jugaba a disfrazarme y pintarme como mi madre, a ponerme sus tacones y su ropa, quería imitar todo de ella, en los animales pasa algo muy similar, he tenido la oportunidad de presenciar maternidades e infancias de otras especies, y he podido ser testigo de lo hermosa y pura que es la relación de madres e hijos de otros animales.

En esta ocasión les platicaré de Nayla y Neo. Nayla es una oveja que fue reportada en un terreno baldío muy herida en Jalisco, activistas acudieron a su ayuda y pudieron rescatarla, fue necesario operarla ya que tenía una pata sumamente herida que no fue posible salvar y tuvo que ser amputada.

Nayla herida. Foto: Santuario Libres al Fin

Posteriormente a su recuperación, Nayla mostró signos de embarazo, fue un embarazo difícil siendo una oveja delgada, el embarazo en las borregas dura alrededor de 5 meses, en el caso de Nayla 5 pesados meses mientras se acostumbraba a tener solo tres patas mientras su bebé crecía.

Recuperación Nayla. Foto: Santuario Libres al Fin

Nayla y Neo fueron cuidados en diversos hogares temporales, pero nadie los acogía como un lugar definitivo hasta que llegaron con nosotros al Santuario.

Es increíble y muy hermoso de presenciar cómo los borregos empiezan a imitar todo de la mamá, aprenden a jugar, a saltar, a comer paja, mientras van formando su propia personalidad. Neo es un borrego alegre y exigente a veces, es ahora el borrego más grande y más fuerte del rebaño, al cual no duda en defender si percibe un peligro.

Tanto Nayla como Neo son muy cautelosos, aunque ya tienen años con nosotros, aún se ponen alerta cuando ven algo fuera de lo normal (como cuando queremos cortarles las pezuñas).

Nayla y Neo bebé. Foto: Santuario Libres al Fin

Nayla y Neo han sido muy afortunados, tuvieron la oportunidad de ser madre y de ser hijo, cuando para los animales de su especie es un derecho que les ha sido negado, as borregas no ven crecer a sus bebés, los corderos no tienen la calidez y el amor de su madre, usualmente son separados de sus madres aún siendo bebés y ambos están destinados a ser explotados y asesinados.

Neo creciendo. Foto: Santuario Libres al Fin

Nayla aún siendo más pequeña que Neo ahora, siempre lo mantiene cerca de su vista y si por alguna razón los separamos, hace lo imposible por escapar y acercarse de nuevo a él.

Tal vez salvar a un animal no cambie el mundo, estoy consciente de ello, pero estoy feliz de que Nayla y Neo puedan vivir su vida plena y sin miedo, disfrutar su amor de madre e hijo y es trillado, pero para ellos, sí cambió el mundo.

Nayla hoy. Foto: Santuario Libres al Fin

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