Barcelona se apunta para volver a recibir el espíritu olímpico, con el recuerdo fresco del fracaso madrileño

16/09/2013 - 12:30 am
Foto: Twitter
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Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).- Un parteaguas retumbó a la orilla del Mediterráneo. Era 1992 cuando se cumplió con la fecha pactada para que Barcelona fuera sede de los Juegos Olímpicos. Con la ciudad entera reformada para que todas sus puertas dieran camino al mar, un espíritu noble de competencia sana llegaba con la misión de ser inolvidable. La ciudad condal respiró deporte durante toda la justa. De mar a montaña, el mundo era testigo de las mejores olimpiadas de la historia.

A partir de aquel entonces, el ritmo de vida y la economía cambiaron junto al nuevo paisaje moderno que se veía. Una ciudad distinta se levantaba gracias al aura que una olimpiada dejó. Las instalaciones de los juegos quedaron como un símbolo de aquel cambio definitorio en la vida de los catalanes. El turismo se acrecentó, millones de seres humanos querían conocer ese lugar rediseñado del que todo el mundo hablaba. Muchos se quedaron y construyeron nuevas vidas. Una ciudad cosmopolita nacía.

El año pasado, los festejos por el XX aniversario de la olimpiada retumbaron fuerte en toda las ciudad. Barcelona revivió los mismos placeres que gozó a principios de la década de los noventa. Documentales, conferencias, entrevistas y la melancolía del día en que todo cambió. Aminorados por la crisis económica que afectaba a Europa por encima del resto del mundo, el recuerdo de Barcelona 92, le trajo un momento de paz a millones de personas.

La capital de Catalunya vuelve a ser noticia olímpica. En medio de la eterna disputa entre Madrid y Barcelona, después del duro revés que la capital española sufrió en la elección de la sede olímpica para 2020 que le fue otorgada a Tokio, la ciudad condal se prepara para recibir otra vez ese espíritu que cambio su fisonomía. Hace más de 20 años, fue el verano caluroso el que ambientó las competencias; ahora se espera que sea el relajado invierno el tiempo para que destacados atletas compitan.

“Lo primero que debemos decidir es si nos presentamos para 2022, 2026 o 2030. Y no debe ser una decisión que tome yo, tiene que ser colectiva”, declaró Xavier Trias, Alcalde de Barcelona. Los juegos de invierno son esa competencia, con mucho menos impacto internacional, pero con el mismo olimpismo. Los pirineos catalanes son el lugar que el gobierno de la ciudad ha dispuesto para optar por otra justa de tan alta escala deportiva.

La propuesta desde el gobierno mantiene firme su intención de darle otra vez a la ciudad la experiencia de unos juegos. En  un mes, 40 representantes del gobierno, federaciones deportivas y autoridades del pirineo, y algunas personalidades más, decidirán si la propuesta merece ser enviada al Comité Olímpico Español (COE) para poder validar la candidatura.

Se espera que 70 mil empleos se puedan crear si resultan ser elegidos. El impacto económico rondarían los 7 mil 865 millones de euros. Entre el lamento de Madrid, discursos políticos han comenzado a rondar en las tertulias sociales de la calle. Barcelona podría tener una segunda experiencia olímpica, cuando la capital española ha sufrido tres reveses consecutivos.

Xavier Trias, alcalde de Barcelona. Foto: EFE
Xavier Trias, Alcalde de Barcelona. Foto: EFE.

 

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