¡Cómo hemos cambiado! Costumbres mexicanas que se adaptaron a la tecnología

16/09/2014 - 12:02 am
Objetos e instrumentos que antes se consideraban tradicionales han cedido el paso a gadgets y otros dispositivos electrónicos. Foto: Cuartoscuro
Objetos e instrumentos que antes se consideraban tradicionales han cedido el paso a gadgets y otros dispositivos electrónicos. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).- Las tradiciones mexicanas pueden contarse por montones. Sin embargo hay algunas más emblemáticas que otras y sintetizan, en términos generales, el tan manoseado (e indefinible) término de “mexicanidad”.

Sin embargo, conforme han pasado los años, las actividades de los mexicanos se han ido adaptando a los tiempos que transcurren. De esta manera, algunas costumbre o hábitos –otrora característicos de los connacionales– se han modificado, ya sea de manera imperceptible o, de plano, drásticamente.

La tecnología es un gran actor en esta transición. Sin embargo, cuando muchos se apresuran a condenar el avance técnico como una amenaza a nuestras tradiciones, hay que aclarar también que los mexicanos han sucumbido casi sin oponer resistencia a la novedad y sobre todo a la comodidad al momento de dejar atrás aspectos tradicionales de su vida diaria y cambiarlos.

El álbum familiar
Cierto, en todo el mundo han existido álbumes fotográficos. Desde la comercialización de las fotos y la modernización de las cámaras la captura de imágenes ha sido el pan de cada día en hogares de todo el orbe. Sin embargo, la acumulación compulsiva de bochornosos compilaciones fotográficas puede considerarse una debilidad y gusto (así, de manera simultánea) del mexicano.

La masificación de los smartphones y tablets llevó a la fotografía a un terreno digital. Foto: EFE
La masificación de los smartphones y tablets llevó a la fotografía a un terreno digital. Foto: EFE

Por otra parte, la embarazosa situación en la que las amistades eran invitadas por las madres mexicanas a contemplar ese pedazo de historia familiar ha ido desapareciendo poco, en primer lugar por la capacidad de memoria de los modernos smartphones y tablets o, bien, gracias a los sistemas de almacenamiento en línea proporcionados por redes sociales como Facebook o Google +, y de servicios como Flickr.

El verdadero problema viene cuando los dichosos gadgets se extravían (ya sea por accidente o por intervención de los amantes de lo ajeno) o cuando la seguridad en línea de los propietarios de imágenes son vulneradas por hackers.

Cambio de juegos
Los juguetes mexicanos son bastante admirados fuera del país. Son típicos de casi cualquier exposición sobre la cultura nacional y, sobre todo, son bastante representativos al grado del cliché. Sin embargo, si en algo se han modificado las costumbres de los mexicanos es, precisamente en, el aspecto lúdico.

Los juguetes tradicionales sucumbieron a los juegos de video. Foto: Cuartoscuro
Los juguetes tradicionales sucumbieron a los juegos de video. Foto: Cuartoscuro

A partir de la década de los 80 a la fecha, una avalancha de consolas estacionarias y portátiles se han vuelto del agrado, no sólo de niños, sino de muchos adultos ue han hecho de los juegos de video un estilo de vida que rebasa el calificativo de moda pasajera.

Chismógrafo digital
Para los mexicanos que acudieron a la secundaria y la preparatoria hace más de 15 años el pasmo y la falta de atención en la pubertad y gran parte de la adolescencia no hubiera sido tan fácil de digerir si no hubiera sido por un cuaderno comunitario que pasaba de mano en mano por cada aula. Se trata del chismógrafo.

Dicho cuaderno no tenía otro objeto que ventanear la opinión de quien lo escribía, así como señalar a otros. Fuera de esto, sólo se trataba de una manera de darle cauce al ocio característico que provocaban las clases más aburridas. No obstante, con la llegada de la red a la vida de todos, los secretos e indiscreciones pasaron a formar parte del mundo virtual.

El “refinamiento” del chisme se redondeó luego con las redes sociales hasta llegar al monstruo que todos hoy conocemos, siendo su mayor representante Facebook. Sin embargo, incluso ahora Facebook con sus miles de reglas de convivencia plagadas de doble moral se antoja caduco. La esencia del chismógrafo es simple y, por lo tanto, justa. Así las cosas, lo que más se le parece es secret, la nueva aplicación que tantos dolores de cabeza está causando a adultos de todo el mundo.

La muerte de pepito
Cada país que se jacte de hacer las mejores bromas tiene un modelo (o varios) básico. En México uno de estos son los chistes protagonizados por un niño llamado Pepito: cábula, desvergonzado, que siempre se encargaba de servir como ejemplo del gran ingenio del mexicano. No obstante, está de más decir que los chistes han cambiado bastante en los últimos 20 años. A pesar de todo, siguen habiendo “clásicos”.

Con una velocidad increíble los memes se apoderaron de la red y los mexicanos pronto los adoptaron. Foto: Twitter
Con una velocidad increíble los memes se apoderaron de la red y los mexicanos pronto los adoptaron. Foto: Twitter

Lamentablemente para “Pepito el de los chistes” las cosas no son tan buenas en la actualidad y gran parte del humor que las personas comparten está centrado en gran medida en la red, principalmente de los memes que circulan en ella. Así, prácticamente no hay persona que no haya reído con uno al menos. sólo basta navegar brevemente por las principales redes sociales y estos saltarán a la vista.

Hasta la cocina
Así es, básicamente la tecnología se metió hasta la cocina de los mexicanos, y a pesar de que el estereotipo nacional (a pesar de los intentos para erradicarlo) siga siendo un ranchero borracho bajo la sombra de un cactus, lo cierto es que millones de familias en el territorio nacional cuentan con todo tipo de comodidades tecnológicas en sus hogares.

Amado por muchos, desconocido por otros, cada día que pasa el molcajete es una pieza que tiene el museo como destino. Foto: Wikimedia Commons
Amado por muchos, desconocido por otros, cada día que pasa el molcajete es una pieza que tiene el museo como destino. Foto: Wikimedia Commons

Dado que la comida es un aspecto muy importante para el mexicano, es poco probable que las recetas de los platillos tradicionales cambien en mucho tiempo. Sin embargo, en cuanto a los métodos de preparación, estos se han visto bastante influenciados por la presencia de la tecnología en las casas. Así, el ejemplo más característico de esto es la aparición de la licuadora, misma que ha desplazado poco a un elemento tan identificable en épocas pasadas como el molcajete.

De esta manera, el tradicional mortero de piedra y su eterno acompañante el tejolote se venden ahora más como una artesanía que como instrumento para preparar alimentos. Lo rescatan algunos cocineros ortodoxos o, como suele decirse, personas de “la vieja guardia”, pero no queda duda de que cada vez es menos su uso en las ciudades.

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